Beautiful Love - Im JaeBum

•12 - ¡Má!

— ¡Perfecto!— sonríe victoriosa sobre mis labios—Ahora, Largo.

—¿¡En serio, crees que esto es todo!?....—Inquiero, absorto en su infantil juego— Acabas de decirme que podría follarte.

—Pero no me refería a " estos momentos"— balbucea y esa fachada de niña traviesa desaparece — Tengo que ir a clases.

—Ya es muy tarde para eso, cielo.

Notó como la sorpresa se ve reflejada en su lindo rostro de porcelana, en como sus exquisitos labios forman una pequeña o, en como se tensa al notar la presión de mis manos en su cadera, y como mi amigo exige salir de su escondite.

No me agrada el hecho de estar así, de encontrarme en un maldito callejón sin salida, de darme duchas frías solo porque a la pequeña mocosa se le apetece jugar con mi autocontrol.

¡Está vez, No lo hará!

Muevo mi rostro con cautela, despacio, enfocado en mi objetivo «Su cuello» se ve delicioso, delicado y totalmente accesible. Sin embargo, el destino no está a mi favor, y el sonido de mi celular logra hacerme enfadar. La chica sonríe con inocencia ante tan desafortunada interrupción.

—¡Habla!— Gruño a quién sea que esté al otro lado de la línea.

—Jaebeom. ¿¡Que es esa manera tan insolente de hablarme!?

La voz femenina me aturde un poco y los demonios dormidos finalmente despiertan para hacer estragos.

—¿Cómo se supone que debo hablarte?— murmuró entre dientes— No significas nada para mí. Te dejé en claro que no me molestes.

—Lo haré cuántas veces quieras.

—¿¡Que te da el maldito derecho de hacerlo!?— reclamo molesto— No eres nada en mi jodida vida, ¿¡acaso no lo entiendes!? No...

Mi molestia baja un poco al notar las intenciones de la pequeña troll; y hacer presión sobre su pequeña cintura es mi única opción. Me hierve la sangre el hecho de que su pequeño rostro muestre vergüenza. Puedo ver su inquietud, sus ganas de salir corriendo e irse de mi lado y darme espacio.

Sin embargo, eso no pasará.

—¡No irás a ninguna parte!—advierto.

Me es imposible no acercarme hasta sus labios, tomarlos con los míos y darles un pequeño mordisco.

—Pero... Tú... El....— Las palabras quedan atoradas en su boca, mientras que sus ojos viajan a mis manos, al maldito aparato en ellas.

—¡Oh, eso!— Exclamo, arrojándolo con fuerza hacia la pared.

Sus expresivos ojos se abren de par en par con sorpresa, me causa gracia como su cabeza observa el aparato hecho trizas, en como no comprende que ella es mi única prioridad.

—¿¡Que acabas de hacer!?— Gruñe consternada— ¿¡Cómo pudiste...

—Eso...— enfoco mi vista en lo que queda de mi antigüo celular—...Es  material, Puede ser reemplazado—Explico lento y pausadamente—«Ésto»...— mis manos viajan a su espalda baja, donde ejerzo fuerza y la atraigo más a mí— Ésto es... ¿¡Que demonios es!?

Me encanta su rostro, como puede expresar tanto en tan pocos segundos, en como procesa la información e intenta responder sin perder en el intento.

—¿Un juego?— Inquiere frunciendo un poco sus cejas.

Mierda.

Por supuesto que es un juego, uno que se está saliendo de control, uno que atormenta mi pobre cerebro y mi entrepierna. Pero, hay algo más, algo que me atormenta y no me deja en paz.