Capítulo 18

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POV Daniela.

Que gratificante se siente decir que María José Garzón es mi novia.

Ella me prometió que haría las cosas bien, justo como la he venido haciendo todo este tiempo, y yo le creo.. sus ojos no mienten.

Y no hay nada en el mundo que me pueda hacer más feliz que eso, estaré en su vida y en la vida de Lexi por un buen tiempo.

Seguimos en la terraza, basándonos un poco más, y disfrutando de un delicioso postre de chocolate que nos han traído.

- Y, te gusta? - Me pregunta María José mientras me da de comer del postre.

- Sí, está muy delicioso. - Digo saboreando mis labios.

- Es curioso, porque me dijeron que este postre, es afrodisíaco, y que tiene muchas ventajas después de comerlo. - Dice en un tono ronco y profundo.

- De verdad? Pues supongo que debemos probar esas ventajas, no? - Digo pícara. - Mira que mi cuerpo te ha extrañado tanto. - Doy en el punto porque noto como los ojos de María José se oscurecen y se levanta a llamar al mozo y seguidamente, pedir la cuenta.

- Es hora de ir a casa, cariño.. quiero que me demuestres lo mucho que me has extrañado. - Me dice con un tono de voz tentador.

- Tranquila... - Me acerco a su oído. - Mi prioridad será que esta noche te olvides hasta de tu nombre.

- Me vas a matar, Daniela Calle. - Me responde con la voz agitada. - Vámonos ya, antes de que te haga mía aquí.

Un rato después, ya ambas nos encontramos dentro del auto, María José conduce tan rápido como puede.

- Y vamos a tu casa? - Le pregunto acariciando su muslo lentamente.

- Es mejor que vayamos a un hotel, Alexa está en casa con Camilo y su nana, y no quiero que piensen que me estás matando cuando me hagas gritar. - Dice intentando apartar mi mano de su muslo.

Vuelvo a poner mi mano en su muslo, esta vez más cerca de su entrepierna. - Perfecto, me encantan que tengas las cosas tan claras. - Aprieto mi mano y ella se sobresalta.

- Dan-Daniela, mejor te calmas un poco. - Me dice tartamudeando levemente.

- Está bien, me calmaré un poco.. pero apenas lleguemos, nada me va a detener. - Le advierto.

•••••••

+18

En nuestro camino a la habitación, nos vamos despojando poco a poco de nuestra ropa, mientras nos seguimos besando intensamente.

Cuando logramos entrar, ya no tengo mi camisa, y mi pantalón está desabrochado, y María José no tiene su blazer.

Ella me tira en la cama de la habitación y empieza a besarme fuertemente, sin perder el romanticismo de por medio. Me dejo llevar por todas las sensaciones que estoy experimentando.. y cuando empieza a besar mi cuello, mis gemidos salen descontroladamente.. pero la detengo.

Está noche la que manda soy yo.

María José me mira extrañada, pero logro darnos la vuelta, dejándola debajo de mí.

Es una vista que sin duda todos deberían tener el placer de tener, pero que sólo estará disponible para mis ojos.

- Prepárate para gritar hasta que te duela la garganta. - Le digo.

- Enséñame todo lo que tienes. - Me responde y esa es la señal que necesitaba.

La beso como toda persona merece ser besada en la vida, es fuerte, pasional, tierno, romántico, pervertido.. todas esas maginficas sensaciones en uno. Poco a poco empiezo a descender a su cuello, su precioso cuello que tanto la vuelve loca cuando lo beso. Me encargo de dejar marcas por cada rincón que puedo, sé que eso no es bueno, pero no me importa, ella debe saber que es mía.

La despojo de su brasier, y a mi vista quedan sus perfectos pechos, los muerdo, chupo y beso, eso a María José parece enloquecerla porque sus gemidos salen más como gritos. Y honestamente, eso me tiene por los cielos. Pobre de los otros huéspedes del hotel que escucharán nuestro concierto de gemidos.

- Dani-Daniela. - Dice María José entrecortadamente.

- Quédate tranquila. - Le digo y empiezo a bajar lentamente a su estómago, cuando llego a la zona del estómago, me encargo de dejar muchos besos y lamidas, amo saborear cada centímetro de su piel.

Le retiro su pantalón, y de una vez aprovecho de quitarle sus bragas, dejándola desnuda.. sólo para mí.

Me tiro en la cama, boca arriba. María José me ve sorprendida.

- Siéntate. - Le digo.

Ella se sienta encima de mi cuerpo, yo sonrio y niego con la cabeza, ella me ve confundida.

- Siéntate en mi cara, mi amor. - Digo y sus ojos se oscurecen como nunca los había visto, suelta un suspiro pesado y procede a realizar lo que ya le indiqué.

Tengo ese precioso lugar mágico a centímetros de mi cara, y no puedo esperar a saborearlo.

- Disfruta, novia mía. - Le digo y reclamo mi labio inferior antes de comenzar a atacar.

Beso su vagina como nunca antes lo había hecho, siento que un espíritu acechador entró a mi cuerpo y sólo me ordena que la haga gritar del placer.

Y de eso precisamente me estoy encargando.

Chupo, muerdo y beso todo a su alrededor, haciendo hincapié en su clítoris, eso parece desesperarla más porque grita y se mueve, como si estuviera follando mi boca.

Por sus reacciones, sé que está a punto de venirse, así que subo mis manos a sus pechos, los aprieto y masajeo con fuerza. María José ahora gime más.

- Vente para mí. - Digo con mi voz ronca y ella me hace caso, y se viene en un orgasmo demoledor, absorbo todo lo que ella tiene para mí, y luego de un rato, se tira en la cama, con una sonrisa de oreja a oreja.

- Wow. - Dice pesadamente. - Wow.

- Y... te gustó? - Le pregunto.

- Que si me gustó? Déjame demostrarte lo mucho que gustó. - Dice y se tira nuevamente encima de mi y empieza a quitar los restos de ropa que tengo.

Definitivamente hoy será una noche muuuuy larga.

•••••••

Pasadas las 11 am del día siguiente, nos retiramos del hotel. Ambas estamos agotadas ya que nos encargamos de mantenernos despiertas dándonos placer hasta el amanecer.. y seguiríamos durmiendo, pero llevaremos a Alexa a desayunar y allí le contaremos sobre nuestro noviazgo.

- Necesito ir al baño. - Digo frenando nuestra caminata a la puerta de salida. - Anda y espérame en el auto, yo no me tardo. - Digo dándole un pico.

- Estás segura? - Me pregunta.

- Claro que sí, tontita.. anda que ya voy detrás de ti. - Asiente y me da un último beso antes de retirarse.

Me dirijo rápidamente a los sanitarios, y luego de hacer mi necesidad, me encargo de lavar bien mis manos cuando siento a alguien detrás.

- Vaya vaya, Daniela Calle en persona. - Me volteo a ver de quién se trata y no puedo creer a quién estoy viendo.

- Que quieres, Juliana? - Pregunto irritada y tratando de salir del lugar, ella me lo impide.

- Así que andas follando por aquí? Que bajo has caído Calle, no te imaginaba así. - Dice rondando a mi alrededor.

- Lo que yo haga o deje de hacer con mi vida, no es tu problema, así que amablemente te pido que me dejes salir, y te alejes de una buena puta vez de mi. - Digo seriamente.

- Que ilusa eres Calle, que ilusa que eres... Se acerca levemente a mi oído. - Recuerda que tu eres mía, y que siempre lo serás.

- Escúchame, yo nunca fui tuya, ni nunca lo seré, así que corta tu rollo, y déjame salir, porque créeme que no querrás saber de lo que soy capaz de hacer. - Digo ahora ya furiosa.

- Tan agresiva, pero está bien.. te dejaré ir, por ahora.. porque recuerda mis palabras, tu eres mía, y.. muy pronto tendrás noticias mías. - Se aleja camino a la puerta. - Ah y Daniela.. disfruta tu época de madrastra mientras puedas. - Finaliza y se retira.

N/A: Que heavy lo que se vieneeee.🙊

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