Capítulo 29

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POV Poché.

3 meses después.

Por fin llegó el día.

El día en que Daniela se convertirá en mi esposa.

Estoy tan emocionada por eso, pero también me encuentro nerviosa, no veo a Daniela desde ayer, todo por la estúpida tradición de no ver a la novia antes de la boda.

Así que, acá estoy.. en la suite, arreglando los últimos detalles de mi traje, con la ayuda de Vale y Kim, mis 2 damas de honor.

Con Daniela decidimos realizar una ceremonia solo con personas cercanas, así que decidimos alquilar la terraza de un famoso hotel aquí en Canadá, y unas habitaciones para que nuestros invitados puedan arreglarse tranquilamente.

A mi amor le pareció que yo exagere al hacer eso, pero no me importa la verdad.

- Poché. - Me llama Vale. - Estás lista? - Me doy una última mirada en el espejo, sí.. ya estoy lista.

- Sí, lo estoy. - Digo y ella me sonríe, Kim se acerca y observo a mis damas de honor, ese color rosa pálido de sus vestidos les hace lucir muy bien.

- Se ven hermosas. - Les digo.

- Pero no se ven tan hermosas como yo. - Dice una vocecita detrás de Kim, ella se aparta dejándome ver a mi pequeña Alexa, tiene un vestido color champán con decoraciones en rosa, y una hermosa corona de flores adorna su cabeza.

- Mi princesa. - Digo y ella se aproxima a abrazarme. - Tu sin duda eres la más hermosa de todas. - Ella sonríe y empieza a girar para que observe bien su vestido. - Estás emocionada? - Le pregunto.

- Sí mamá, ya fui a ver a Dani.. creo que te vas a morir cuando la veas. - Dice y Vale junto con Kim se carcajean.

- De que hablas? Cómo así? - Pregunto intentando que Alexa me de más detalles.

- Síiiii mamá, está muy preciosa, y tiene un vestido grande, y su cabello está peinado hermoso y. - Vale la interrumpe.

- Muy bien pequeña chismosa, es hora de acomodarnos allá abajo, vamos vamos. - Dice y se lleva a Alexa junto con Kim.

Yo me quedo sola en la suite, salgo a mi balcón y tomo una respiración, no puedo creer lo mucho que ha cambiado mi vida en todo este tiempo... si alguien me fuese dicho que hoy estaría a punto de casarme con el amor de mi vida, probablemente me fuese reído sin parar. Pero la vida da muchas vueltas, y sin duda esto es la prueba perfecta de eso.

El sol está más radiante que nunca, el ambiente se siente ligero y muy lleno de paz. E inevitablemente siento la presencia de Abi aquí.

- Te siento. - Le digo. - Sabía que ibas a estar aquí, tu siempre nos acompañas.

- Lo logré. - Digo y siento mis ojos aguarse un poco. - Por fin estoy cumpliendo a tu promesa... encontré a una mujer que me ama, que ama a nuestra pequeña, y que sobretodo me hace feliz. - Trato de que las lágrimas no se escapen de mis ojos para no arruinar mi maquillaje.

De la nada siento como el viento sopla con un poco más de intensidad, y un pequeño pajarito azul se posa sobre la baranda. Yo sonrío por ese detalle.

- Te amaré eternamente, no sólo por el regalo que me dejaste, si no por todos aquellos momentos que pasamos juntas.... Gracias, de verdad. - Digo y observo al cielo con una sonrisa en mis labios.

- Poché... - Me grita Vale. - Es hora.

El momento llegó.

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