Navidades australianas.

Continuación II Día 13

- Aub, vuelve -dijo Mickey pasando su mano frente a mi cara.

- Perdón -me reí.

- Decíamos de ir por allí,  por la zona donde da tanto el sol -dijo Ash.

- Vamos, no tenemos ningún inconveniente -dijo María.

Volvimos a coger las mochilas y continuamos andando.

El día parecía estar bastante despejado y la zona, simplemente perfecta.

Las chicas fueron ralentizando sus pasos para poder hablar conmigo.

- Aub, confiesa -dijo Laura.

- No, de mí ya hemos hablado bastante desde que llegué.  Informarme vosotras -dije sonriendo.

- Si insistes -dijo Laura- Cada día todo va a mejor y veo que queda muy poco para el día en el que decida besarme -dijo.

- Pero él dijo que deberías hacerlo tú -dijo María.

- Sí,  pero supongo que fue una broma. Un simple pique. Vamos, doy por hecho que se lanzará él -dijo Laura confusa.

- Quizás él piense lo mismo sobre ti. Es decir, él ya ha hecho mucho por vuestra relación.  Quizás sea hora de que seas tú la que se arriesgue por un 'vosotros' -dije.

- Aub no te haces a la idea de  lo mucho que te quería antes de que dijeses eso -dijo Laura.

- Ash conmigo -interrumpió María- Vamos muy bien y me gusta que no tengamos la necesidad de poner etiquetas a lo que tenemos. Porque no es una amistad pero tampoco somos novios, tampoco es algo intermedio.  Es algo único,  algo nuestro que tan solo nosotros entendemos y somos capaces de definir -continuó- Además,  a veces parece que todo va muy lento. Pero otra veces, parece ir todo tan rápido...-dijo con una cara de imbécil de la que me reí un rato.

- Bueno, lo de las etiquetas te gusta por ahora... Porque como lleguéis a tener algo, no te va a molar nada ser invisible ante los ojos del mundo. Y mucho menos, no poder reprocharle nada...-dije.

- Dios Aub, nunca me explicaré porqué eres tan dura. Muérete -dijo María.

- Sí, o sea  vámonos. No quiero que sigas derrumbando nuestras ilusiones -se rio Laura.

- Y aprovecho y hablo con Luke -dijo María alejándose rápidamente.

No me dio tiempo a decirlas nada, porque enseguida estaban a su lado.

Me conecté a mis cascos, creando un mundo paralelo a este. Y entonces, vi como Ash me esperaba más adelante.

- No dios, no quiero hablar -pensé- Y menos con Ash, él siempre me hace ver todo lo malo. Y acabo llorando.

Me hice la tonta, pero no coló.  Pues Cal había hecho funcionar su móvil y estaba llamando a Ella, y Mickey se dirigía a Luke para sumarse a aquella conversación.

Comenzó a andar a la par que yo. Y no dijo nada, absolutamente nada,  ni siquiera me miró.  Simplemente anduvo a mi lado hasta que consiguió incomodarme.

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Luke iba andando solo, cuando las Polens se sumaron a su camino.

- ¿Qué ha pasado? -dijo Laura.

- Nada. Enserio, dejarlo -dijo él- Sabéis que no soy el típico chico que cuenta a diestro y siniestro sus problemas -aclaró.

- Respeto lo dices. Pero comprende que no vaya a dejar el tema, cuando tiene que ver con la felicidad de mi hermana -dijo María- Y menos después de la situación en la que os encontramos -dijo María.