Continuación Día 9

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- Lo siento chicos, pero tenemos una comida mejor -dije sacando los espaguettis de la madre de Cal.

- Los hemos hecho nosotras, a ver si os gustan -les dijo María.

Laura les dio a probar a todos.

- Dios, se parecen a los de mi madre -dijo Cal.

- ¿Solo se parecen? -dijo la madre de Cal, saliendo de una habitación con Liz.

- ¡Mamá! -Dijo Cal levantándose a abrazarla.

- Te he echado de menos -dijo la hermana apareciendo, como segunda sorpresa.

- Yo a ti no -bromeaba él.

Cal abrazó a su hermana y se quedó un buen rato abrazado a su madre.

- Bueno mamá, a ellos los conoces de sobra -dijo refiriéndose a los chicos -Ellas son Aubrey, Laura y María -nos presentó.

- Encantada, soy Joy -se presentó la madre ante nosotras.

- Encantadas -dijimos

- Yo soy Malí -se presentó su hermana.

Ella era mayor que él,  una chica bastante atractiva.

- ¿Por qué habéis venido? -Dice Cal.

- Pregúntaselo a ellas -dijo Joy.

- ¿Vosotras tenéis algo que ver en esto?- dijo él extrañado.

- Verás, sabíamos que la echabas de menos -dice Laura.

- Entonces hablamos con Liz para contactar con ella y que pudieras verla -añadió María.

- Y pensamos que también podría venir tu hermana -dije- Es para agradecerte todo lo que has hecho por nosotras hasta ahora -aclaré.

- Alfinal aguantaros vale la pena ¿No? -dijo abrazándonos y dándonos las gracias por aquel gesto.

Por lo que veo, sabemos elegir bien los regalos. A Mickey le había encantado tener a Mini Banana Clifford y a Cal la presencia de su madre y hermana.

Solo quedaban Ash y Luke por sorprender,  y algo me decía que las cosas saldrían bastante bien.

Joy y Mali tenían que cosas que hacer así que comieron con nosotros, al igual que Liz, y se fueron.

Recogimos todo y agradecimos a Liz por la ayuda.

- Enserio chicas, no me lo esperaba -dice Cal.

- Anda tonto,  no hay nada que agradecer -dice Laura.

- Sois una caja de sorpresas, eh -Dice Ash.

- Y las que todavía te quedan por descubrir -dijo María refiriéndose a la visita de su madre.

- Sí son así de geniales, no creo que nos importe hacerlo -dice Luke.

- Bueno, después nos llamáis cursis a nosotras -dice Laura devolviéndoles la pullita del otro día.

- Porque lo sois, y lo sabes -dice Mickey abrázandola por detrás.

Laura se sonroja y le da la razón. Mientras la abrazase, sería muy difícil que ella le llevase la contraria.

Mickey debilitaba extremadamente a Laura, bajaba sus defensas al mínimo pero a la vez le hacía sentirse segura y fuerte. Era algo raro, que ella solo experimentaba al estar con él.

Subimos a la habitación,  como todos los días a la hora de la siesta.

La madre de Ash estaría al caer.

- Hagamos algo diferente hoy -propone Ash- Siempre dormimos, salgamos -dice.

Teníamos que quedarnos para coincidir con su madre.

- La verdad me ha sentado mal la comida -dice María.

Nosotras le seguimos el rollo, pues era una escusa muy común entre nosotras para cuando queríamos escapar de alguna situación.

- A mí igual, creo que he comido demasiado -se queja Laura acariciando su tripa.

- Si me muevo demasiado, posiblemente vomite -añado.

Nos sentamos en el suelo, fingiendo tener muchas molestias en el estómago. Quizás no supiese mentir, pero fingir no se me daba nada mal.

- Entonces esperaremos a que esteis bien -dijeron ellos.

- Acostaros en la cama -nos dijo Luke- Os relajaréis más.

Le hicimos caso, nos aprovechamos un poco de aquella escusa.

- Mickey -dice Laura - ¿Me traerías agua? Iría yo pero me encuentro mal -dice fingiendo.

- Pues claro, de paso subo a Mini yo -dijo él.

Decidimos fingir un poco para aprovecharnos de aquella escusa y de la ayuda de ellos. Cuando supiesen que era broma, nos querrían matar. Pero hasta entonces,  a disfrutar.

- ¿Cal, me haces un té? -le dije.

- Está bien, solo porque te encuentras mal eh -me respondió.

- Gracias, eres un cielo -le dije.

- Ash, acercame ese cojín por favor -dijo María.

- ¿Así esta bien? -dice el colocándoselo.

- Sí, gracias -dice ella.

- Parecemos vuestros mucamos -se reía Luke.

- No estaría mal -dice Laura riendo.

- Bueno, estamos enfermas y nos ayudáis. Nada más -le digo.

Miramos el reloj y ya eran las tres y media. La madre de Ash estaría al llegar así que acabamos poco a poco con aquella escusa.

- El té me ha sentado bien -le digo a Cal.

- Me alegro enana -me dice.

- Gracias Mickey por el agua, creo que me encuentro mejor -dice Laura.

- Denada -dice Mickey haciendo como que el que habla fuese Mini Clifford.

- Podemos bajar al salón y jugar un rato a X-box -propone María- Aunque para que no estés solo, me quedaré contigo -aclara a Ash.

Él le sonríe, al parecer le agradaba bastante la idea

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Hola gentecilla.

Me pasaba por aquí para agradeceros mucho lo que hacéis por mi.

También quería agradecerle a @begobic por todo lo que hace por mi y todas sus aquellas preciosas palabras, con las que habla de mi y mi novela.

Me gustaría recomendar su historia, sé que disfrutaréis leyéndola. Dejarme comentarios de que os parece (:

Navidades australianas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora