2: Amistades

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Un día nuevo, mierda nueva.

Cuando llego al instituto, suspiro. Odio el instituto porque es el lugar donde peor lo paso. Al menos en mi casa nadie puede verme y puedo sentirme a gusto conmigo. Camino sin mirar a nadie hasta llegar a la clase que me toca. Me siento al final en completo silencio.

—Hoy hablaremos sobre las amistades —anuncia el profesor.

Si algo tengo claro es que de amistades no sé nada. No sirven para absolutamente nada.

—¿Alguien quiere comenzar a hablar sobre este tema? —vuelve a hablar.

—Las amistades son geniales porque puedes confiar siempre en ellas —explica orgullosa una chica y mira a sus amigas con una sonrisa.

Patético.

—Los amigos sirven para cubrirte ante tus padres—aporta un chico riendo.

Solo dicen patrañas.

—Me gustaría que hablara alguien más. Siempre son las mismas personas las que aportan cosas —pide el profesor y bajo la mirada a mi cuaderno.

Odio hablar en clase. Me cuesta expresar lo que pienso porque siento que siempre me juzgan. Me quedo en blanco a pesar de que en el fondo, sé la respuesta. ¿Será por los nervios? ¿Por miedo a fallar, quizá? ¿Por miedo a que se rían de mí? Una mezcla de todo, creo yo.

Me falta confianza en mí misma, pero, ¿qué pasa si intento mejorarla pero día a día las personas intentan arrebatármela? Es muy fácil decir "tienes que confiar más en ti misma", pero ponerlo en práctica es más complicado de lo que me gustaría admitir. Cada vez que intento mejorar, aparece alguien que destruye mi progreso con tan solo una mirada o una mísera palabra.

¿Cómo lo hacen las personas para que no le molesten las opiniones? ¿Será que simplemente intentan simular que no les importa aunque en realidad sí lo hace?

—Pamela, ¿qué opinas tú de las amistades?

Las amistades me parece que cuando son verdaderas, son sanas para tu salud mental. Pero los amigos verdaderos no existen, tarde o temprano se acaba descubriendo que no son tan buenos cómo tú creías.

—Que están muy bien —miento y escucho como algunos se ríen.

—Pero qué sabrás tú, gordibola. Tú no tienes amigos porque nadie te quiere —habla Sabrina y su pandilla le ríe la gracia.

Y vuelta a la rutina. Por eso no me gusta hablar, diga lo que diga, se burlan de mí. Me maldigo por haber nacido.

—¿Qué es eso de gordibola? —pregunta confundido el profesor.

¿De lo que me han dicho solo pregunta por eso? Ni los encargados de enseñar, son capaces de evitar estas situaciones.

—Es un mote de Pamela. Lo tiene desde hace mucho.

Desconecto de la conversación porque estoy cansada. Siempre es lo mismo. No puedo más.

Mi obsesión (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora