Por la ventana tan sólo entra la luz que desprende la luna. Son las dos de la madrugada y estoy muy cansada, pero el sueño no llega a mí. A veces, cuando no puedo dormir, miro fotos de mi madre y pienso en ella.
Decido coger su álbum favorito de fotos. Lo guardo en mi mesilla porque es algo que a ella le encantaba y tenerlo cerca, me ayuda. Comienzo a ojear las fotos hasta que encuentro una de unos meses antes de que dejara este mundo. Un flashback viene a mi mente.
Yo acababa de llegar de clase y estaba muy cansada. El día había sido horrible y sólo quería meterme en mi cama y desaparecer. Al llegar a casa, mi madre me recibió con su amplia sonrisa. Da igual que estuviera cansada, ella siempre tenía una sonrisa para dedicarme.
Había preparado mi pizza favorita, pero me enfadé con ella porque se le había quemado. Le grité que no valía ni para cocinar una simple pizza y me fui muy cabreada a mi habitación.
Más tarde me enteré de que se le había quemado la pizza por estar haciéndome un vestido a mano. Ella sabía que yo deseaba tener un vestido muy caro, pero no podíamos permitírnoslo. Mi madre dedicó todo el día a hacerme el vestido para verme feliz y tuvo un descuido con la pizza.
Sujeto la foto de mi madre con manos temblorosas mientras las lágrimas comienzan a rodar por mis mejillas.
—Te echo tanto de menos, mamá... —susurro con la voz rota—. Si tan sólo te hubiera valorado más, mami...
Mami, tú siempre dabas lo mejor de ti para verme feliz y yo no lo supe ver a tiempo. No valoré tus detalles, tus sonrisas, tus deliciosas comidas... Daría lo que fuera por volver a casa un día y verte sonreír.
Tu sonrisa era lo mejor de mi vida y me he dado cuenta demasiado tarde. Ahora ya no estás conmigo y jamás podré volverte a escuchar decir que me quieres. A veces me cuesta recordar tu hermosa voz y eso me atormenta.
Quiero morir para estar contigo, mami. Quiero que me enseñes a volar tan alto como puedas; pero quiero volar a tu lado. Yo no puedo vivir sin ti, mamá. Siento que el mundo me queda grande y la luz que desprendías ya no puede guiarme por el camino correcto.
Simplemente, daría cualquier cosa para retroceder en el tiempo y haberte dicho más veces lo que pienso. Te habría dicho que te quiero con todo mi corazón, que eres mi ejemplo a seguir, que te admiro muchísimo por haber sufrido tanto y aún así, seguir luchando contra viento y marea para verme feliz. Te diría tantas cosas, mami...
Pero ahora ya nada importa, estás muerta y no puedes escucharme. Finalmente consigo dormirme con un último pensamiento: morir para poder ver de nuevo tu hermosa sonrisa.
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Mi obsesión (COMPLETA)
Teen FictionPamela es una adolescente que tras la pérdida de su madre, comienza a tener ataques de ansiedad y a subir de peso. Como consecuencia, todo el mundo se burla de ella para intentar hundirla más, hasta que sin esperarlo, alguien que se hace llamar @dar...