Miro mi armario. Estoy cansada de ocultar mi cuerpo porque poco a poco estoy aprendiendo a quererme tal y como soy. Me ha costado mucho tiempo y demasiadas lágrimas, pero lo importante es que haya conseguido sentirme a gusto conmigo misma.
No puedo temer a Sabrina ni a personas como ella. Necesito un cambio. Cojo un pantalón corto negro y una camiseta de tirantes que se ciñe a mi cuerpo. Me miro al espejo y por primera vez tras muchos años, sonrío de verdad. Me gusta lo que veo. Me da igual que se marque mi barriga.
Salgo de mi habitación y me encuentro a mi padre en el pasillo. Abre mucho los ojos, pero no dice nada.
—Buenos días —canturreo contenta y él sonríe un poco.
—Te sienta bien estar contenta —asegura.
Me fijo en su vestimenta; lleva el uniforme del trabajo y ojeras muy pronunciadas. Su barba comienza a crecer y es muy raro en él.
—¿Cómo estás? —pregunto preocupada y le oigo suspirar.
Sé que muchas veces es injusto conmigo, pero eso no quita que me preocupe por él.
—Bien, Pamela, tranquila.
Comienza a caminar por el pasillo y yo dejo caer mis hombros.
—Te quiero —le digo por primera vez desde la muerte de mamá.
Él frena en seco y se gira lentamente hacia mí. Yo me acerco con una sonrisa.
—¿He oído bien? —pregunta sin poder creérselo.
—Sé que no te lo digo nunca, pero te quiero, papá.
Sus ojos se cristalizan y me envuelve en un acogedor abrazo.
—Yo también te quiero, hija.
Cuando nos separamos, ambos sonreímos.
—No me gusta verte así de cansado.
—Es por Noelia, el trabajo, la casa... Son muchas preocupaciones en poco tiempo —confiesa sin mirarme.
—Una pareja no debe darte preocupaciones. Piensa en mamá un momento.
—Lo hago cada día de mi vida —confiesa en un hilo de voz.
—Eras feliz con ella. Una pareja debe complementarse y...
—Me siento solo, Pamela —espeta con la voz rota.
Me duele en el alma ver a mi padre triste.
—Siempre me tendrás a tu lado. Nunca estarás solo, papá. Sé que muchas veces nos peleamos y siento que no nos entendemos, pero no quiero pasarme la vida enfadada contigo. Quiero que sepas que puedes confiar en mí siempre —confieso y me acaricia la mejilla con delicadeza.
—Hija... Desde que murió Celeste, siento que me queda grande ser padre. No sé cómo criar a una persona solo. Yo... la necesito. Pensé que si encontraba pareja, podría estar mejor y...
—Quiero que seas feliz. Y es hora de avanzar, tenías razón. Mamá querría vernos felices. Pero lo digo en serio, papá, Noelia no es la indicada.
Papá me vuelve a abrazar y siento como las lágrimas amenazan con salir.
—Te pareces mucho a tu madre, ¿lo sabías?
—Es lo mejor que me podrían decir en la vida —aseguro—. Me arrepiento de todos los enfados con ella. Si tan sólo le hubiera dicho que la amo el día de su muer... —un sollozo sale del fondo de mi alma.
Se me hace muy complicado hablar de mi madre sin llorar.
—Pam, cielo —me llama mi padre. Por primera vez, me ha llamado como lo hacía mi madre.
—Ojalá la hubiera valorado más.
—Ella estaba segura de que la amabas. Y estaba muy orgullosa de ti, al igual que lo estoy yo. Prometo ser mejor padre contigo, Pam. Pero necesito que me ayudes, no soy muy bueno en esto —dice y se rasca la nuca nervioso.
—Juntos aprenderemos a entendernos —aseguro y me limpia las lágrimas.
—Vamos, te llevo a clase.
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Mi obsesión (COMPLETA)
Teen FictionPamela es una adolescente que tras la pérdida de su madre, comienza a tener ataques de ansiedad y a subir de peso. Como consecuencia, todo el mundo se burla de ella para intentar hundirla más, hasta que sin esperarlo, alguien que se hace llamar @dar...