Verónica, una de las Vulturi más peligrosas, temida y maligna. El, Alec Vulturi su compañero inexperto en el amor.
¿Que sucederá cuando estos dos se den cuenta de sus sentimientos?
¿Alec logrará enamorarla?
¿Verónica lo aceptará?
|Espero que disfrut...
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- Ayyy bruto— le retó Alec quitándole su dedo a Eros, que se quedaron mordiéndolo. Este gruñó, para luego abalanzarse sobre Alec y darle besos por toda la cara– si, yo también te quiero, Eros.
Sonreí, Alec y Eros tenían una relación tóxica-amorosa que era súper graciosa.
- ¿Quien es mi bebé? - preguntó Alec moviendo a Eros.
- El no es tu bebé, es mío— empuje a Alec.
- Ajá, a mi me muerde el dedo no a ti.
- El se duerme en mi regazo ya ti te ataca.
- Eros me prefiere a mí, incluso para jugar.
- Si pensar eso te hace feliz ... Pero ambos sabemos que me ama más a mi.
- Parecen padres y Eros el bebé– comentó Felix ahogándose de la risa– venga con el tío favorito, Eros– extendió los brazos hacia el pequeño león.
Eros se encontró mordiendo el pelo de Felix, súper feliz. Mientras que Alec y yo nos reíamos de la cara de Felix.
- Si muy gracioso ... Pero prefiero que me muerda el pelo antes que el dedo– miro a Alec con burla.
Felix se había marchado dejándonos solos.
Miré a Alec atentamente, mientras que el miraba el piso, como si fuera lo más interesante del mundo. Agarré su mentón levantándole la cabeza, haciendo que me mirara atentamente. Le devolví la mirada y él se fue acercando a mi cara. Miró mis labios y como un acto reflejo, también le miré los suyos. Tenía unos muy bonitos labios, rojos, carnosos. Simplemente perfectos. Levanté la mirada, mirándolo a los ojos. Vi inseguridad en ellos, que me causó una dosis de ternura. Acaricié su suave y pálida mejilla. En un movimiento inesperado, sus suaves labios estaban encima de los míos. Era un beso tímido, torpe, pero lleno de amor. Sabía que era su primer beso, así que tomando la iniciativa, puse mis manos en su cuello, acariciando su nuca. Él como respuesta puso sus manos en mi cintura. Le sonreí entre medio del beso, para darle más seguridad. Toque su suave cabello, me encanta cuando los hombres tienen lindo cabello. El apretó mi cintura, con delicadeza.
Sin esperarlo, él se levantó y se marchó, dejándome completamente confundida.
