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– ¡Dale! ¡Ábrelo! ¡La bolsa no muerde!– empezó a desesperarse Arman.

– Shhh– lo callé con un ademán de mano y empecé abrir la misteriosa bolsa.

Arman se posicionó a mi lado, rozando mi hombro. Saqué una caja antigua, forjada en oro y diamantes, allí adentro se encontraba un anillo en forma de serpiente de oro y unos pocos diamantes. Era hermoso y quedaba perfecto con mi dedo anular. Mi "maravilloso" acompañante volvió a tomar la caja, pero para sacar una nota.

– Léela– le ordené.

Te doy este anillo, porque sé que amas a las serpientes (aunque ellas no compartan ese mismo sentimiento).

Atte: Alec Vulturi.

– Aww, mira como te quiere– pellizcó mi mejilla— es todo un tierno.

Rodé los ojos, pero sonreí levemente. Era un lindo gesto, ademas no era romántico, cosa que me agradaba más.

Arman empezó a molestarme, se notaba que no tenía nada que hacer. Hasta que recordé a Demetri.

– ¿Viste como te miraba Demetri? Por poco te comía– le hablé con tono de burla.

Arman borró su sonrisa en menos de un segundo, sonreí mentalmente.

– No se a que te referís.

– Ahh, ¿ahora resulta que eres ciego y que no utilizaste tu don en él?

Arman me fulminó con la mirada, sin quererlo admitir.

– Fue de curioso nada más.

– Y yo soy rubia.

Río sonoramente. Sabía que él no lo admitiría, así que seguro me convertiré en cupido belissimo.








Muchas gracias por ayudarme maddoxev ❤️

Veronica VulturiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora