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Después de cenar unos cuantos humanos junto a Arman, volvía a mi habitación todavía en compañía. Pero el aroma de mi cuarto había cambiado. Un extraño aroma a rosas se sentía desde la puerta.

Arman, que claramente era demasiado chismoso, abrió la puerta con rapidez y pasó a mi habitación como si fuera suya. Avance a paso lento, ya con una idea en mi cabeza de que se trataba el aroma.

– Awww es más tierno, te dejo unas rosas y una nota para que salgan a pasear por el bosque. Que hombre más romántico.

– Deja de leer cartas ajenas, Arman.

– ¿Perdón? Pero en esta relación somos tres.

Rodé los ojos y quite la carta y las tres rosas, una roja y las otras dos blancas.

"Tus ojos son luceros ,
Tus labios de terciopelo ,
Y un amor como el que siento,
Es imposible esconderlo.
Nos vemos en el bosque, Verónica"
Atte: Alec Vulturi.

– ¿Le respondo?

– Ve directamente al bosque.

– Perfecto.

Veronica VulturiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora