CAPITULO 28
—¿Cómo pudiste? ¿Te traté como a una princesa por qué ví en ti a la hija que no tuve, incluso permití que te enredadas con mi hijo, lo menos que esperaba es que algún día correspondieras a lo que hice por ti. Pudiste tener el mundo a tus pies pero no, tenías que traicionar mi confianza. En fin ¿Qué se podía esperar de ti si no eres más que la sangre de ese maldito policía? Debí haber dejado que te pudrieras en la miseria de vida que el estúpido de Kenji pretendía darte— esas palabras terminaron por confirmar la suposición que Seiya había tenido, efectivamente Mina y Serena eran hermanas.
—¿Qué estás diciendo?— Mina no podía contener su asombro.
—Veras querida Mina. Hace muchos años, cuando comencé en el negocio del secuestró un policía necio empezó a seguir mis pasos con una constante investigación. El tipo en cuestión tenía dos hijas, una de tres años y una recién nacida, así que para lograr que desistiera de su investigación le quité lo que más quería, a uno de sus preciados retoños. Una noche envié a Rubeus a sorprender al policía y la elegida fuiste tú. Tontamente tu madre intentó oponerse y eso le costó la vida. Si no maté a tu padre fue para que muriera en vida y supiera siempre que con Diamante Black no se juega. Durante años te crié esperando que en algún momento le encontrarás el gusto al negocio, incluso dejé que te enredadas con Yaten ya que él siempre mostró aprobación por lo que hacemos, pero no, lo tenían que arruinar, en el último momento salieron a flote sus tontos sentimentalismos y echaron todo a perder.
—¿Entonces ese borroso recuerdo que tengo en mi mente es real? es el recuerdo de esa noche— Mina estaba melancólica —Tengo un padre y una hermana.
—No te hagas ilusiones ya que no será por mucho tiempo ¡Este lugar será tu tumba! Si atenté contra mi sangre nada me cuesta acabar contigo también.
—Muy bien, si voy a morir aquí entonces quiero saber toda la verdad ¿Cómo llegó serena a sus vidas? ¿Por qué el resentimiento hacia ella? No lo entiendo— era el momento de revelar las verdades, y aunque quizá ya no serviría de nada Mina deseaba ahondar más en su verdadero lazo familiar.
—Yo te responderé eso— Seiya comenzó su hablar —conocí a Serena hace un año, estudiábamos en el mismo colegio, yo llegué ya iniciado el periodo escolar y al llegar al salón de clases la ví, era muy linda, hermosa diría yo, sus hermosos ojos azules resaltaban entre el dorado de su cabello y el níveo tono de su piel. Para mi suerte el profesor indicó que me sentará a su lado, yo solo la observaba totalmente embobado. Con el paso de los días nos hicimos amigos, y a pesar de mis múltiples intentos por conquistarla siempre me dejó claro que no podía verme como algo más, pero de pronto un día, de la noche a la mañana y sorpresivamente su manera de pensar cambió y el momento más feliz de mi corta vida llegó, por fin aceptó ser mi novia. Comenzamos a salir y yo con la posición que ocupaba me dediqué a consentirla y a poner un sin número de comodidades y lujos a su disposición. Cuando mi padre la conoció quedó maravillado, la idea de mi vida con Serena no le desagradaba, hasta que mencioné su apellido "Tsukino", y en ese momento comenzó una persecución que no terminaría nunca. Efectivamente serena era hija del policía que investigaba a mi padre. En cuanto me enteré confronte a Serena, necesitaba saber la verdad por su propia boca. En medio de llanto Serena se disculpó, su intención nunca fue sincera conmigo, si aceptó estar con migo fue por que supo que yo era un Black y colaborando con la policía, específicamente con su padre debía intoducirse en mi familia y así sería más fácil desenmascarar a mi papá, pero desafortunadamente el día que ella me lo confesó todo sucedieron dos cosas, la primera fue que me rompió el corazón en mil pedazos, pues yo me había enamorado como un tonto, pero a pesar de eso jamás guardé rencor, acepté las cosas y me resigné, y la segunda fue que los ojos siempre alertas de Rubeus observaron toda la escena y fue donde mi padre a contarle todo. Desafortunadamente, durante el tiempo que estuvimos juntos le conté a Serena todo lo relacionado con mi familia y el verdadero negocio millonario de ésta, así que desde ese momento solo me dediqué a protegerla. El día que mi compromiso con Michiru se anunció todo estaba preparado. Sin saber aún de qué se trataba invité a Serena a la celebración, pero al dar a conocer mi próxima boda Serena salió del lugar y yo lo hice detrás de ella. Sabía que si se alejaba de mí vida estaría en peligro, y le propuse irnos lejos, iniciar una vida nueva, sin crímenes ni sombras que nos rodearán y ella aceptó, no sé si por que de verdad quería estar a mi lado o fue el miedo lo que la invadió. Esa noche tomamos el auto que mi padre me regalaría en mi cumpleaños y que yo había puesto a total disposición de mi novia desde hacía unos días atrás, mi felicidad estaba completa, me iría lejos con la mujer que amaba para compartir nuestras vidas, pero en el trayecto todo cambió, una llamada me advirtió que los frenos del auto estaban mal, fue así como en una curva no pude maniobrar el vehículo y nos estrellamos. Cobardemente me fui del lugar y la dejé ahí esperando que alguien la rescatara, pero pronto la noticia de su muerte llegó a mis oídos. Debido a la culpabilidad y el remordimiento que sentía mis ganas de vivir se fueron y terminé aceptando mi compromiso y lo cumplí, aunque sin darme cuenta me había casado con una mujer maravillosa en todos los sentidos. Sin que nadie supiera ni sospechara nada Serena se mantuvo oculta, y a salvo, iniciando una nueva vida, amando de verdad a alguien más. Ese médico que le salvó la vida logró llegar a su corazón en tan poco tiempo, logró lo que yo no pude hacer en seis meses, pero me alegro mucho por los dos, sé que se aman con el mismo nivel de intensidad, y yo ahora solo deseo dedicarme a hacer feliz a mi esposa.
De pronto una carcajada retumbó haciendo eco por todas las paredes de ese tétrico túnel —¿Hacer feliz a tu esposa? ¡No me hagas reír! De aquí no saldrás jamás. ¡Qué pena! Es una completa tristeza que no puedas llevar a cabo tu deseo, pero más triste es que ni siquiera conocerás a tu hijo— con una mirada retadora y su característica sonrisa burlona Diamante le dió la noticia.
—¿Qué has dicho? ¿Mi hijo?
—Asi es, Michiru aún vive, pero solo será mientras ese niño nazca, después la eliminaré y me quedaré con mi nieto, lo criaré a imagen y semejanza mía, sin que nadie se interponga, haré de ese niño el Black que siempre soñé tener. Confieso que esa chiquilla hubiera tenido el mismo final que tú hermano, pero en un acto desesperado por conservar su vida me lo confesó, por ahora está segura, pero en cuanto tenga al niño en mi poder dudo mucho que vuelva a ver la luz del día.
Múltiples verdades se habían dado a conocer, y ahora más que nunca tenían salir de ahí, Darien deseaba volver a casa con su pequeña y compartir su vida con Serena, Mina quería salir de ese lugar para reencontrarse con su padre y su hermana, y Seiya ahora tenía un motivo más para luchar, tenía una familia que proteger. Ahora solo faltaba encontrar la manera de que todos salieran bien librados, aunque sin saberlo, un rayo de esperanza estaba por aparecer.
Mientras tanto, en la mansión Black, alguien se recuperaba de su estado inconsciente, al observar el cuerpo desfallecido de la otra persona que se encontraba en la misma habitación corrió e intentó hacerle volver en sí y una voz familiar hizo su aparición —Michiru, despierta, por favor, reacciona— después de varios intentos ella logró recuperar el conocimiento.
—¿Yaten? ¿En verdad eres tú?

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Perseguida
Fiksi PenggemarSerena conoce un secreto que debe permanecer oculto por el bien de ella y de su familia, pero también por las personas que protagonizan dicho misterio. Ella promete no contar absolutamente nada, pero hay gente peligrosa detrás de todo esto que inte...