CAPITULO 30

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Oculta en el lugar en el que Seiya le había recomendado Serena se encontraba sola, meditando, desesperada puesto que aún no tenía noticias de él. Apenas hace dos días había prometido ayudarle a encontrar a Rini y comunicarse con ella en cuanto descubriera cualquier cosa, pero ese momento aún no llegaba ¿Acaso Seiya le había mentido? ¿Había hecho bien en confiar en él? Concentrada en sus pensamientos por fin la tan ansiada llamada llegó.

El teléfono de Serena comenzó a sonar, De inmediato su semblante de preocupación cambió a uno de alegría al observar en la pantalla el nombre de la persona con la que más deseaba hablar en estos momentos —¡Seiya! ¡Qué alegría! Pensé que nunca llamarías— pero las noticias buenas que tanto anhelaba escuchar no aparecieron por ningún lado, al menos por ahora.

—Lo siento Serena, soy Michiru.

—Michiru... Yo... Lo que pasa es que...— Serena trataba de dar una explicación lógica al hecho de que Seiya tuviera su número registrado, pero antes de que pudiera terminar de articular alguna frase la chica del otro lado de la línea la interrumpió.

—Serena, tranquila, no estoy llamando para reprocharle nada, si te llamé es por qué Seiya está en peligro, pero también Darien y su pequeña.

—¿Qué?— serena hablo un poco sobresaltada por la noticia ¿Cómo sabes eso?— Serena no confiaba plenamente en las palabras de Michiru —Déjame adivinar, quizá Diamante te ordenó que me buscaras y me dijeras eso, pero si piensas que yo voy a salir corriendo para ir en su ayuda estás muy equivocada.

—Serena, no tengo tiempo de explicarte, cada segundo que pasa corren un peligro inminente, cuando la ayuda llegué quizá sea tarde. Escúchame bien, Seiya me contó que lo habías buscado para pedirle ayuda pues tenías la certeza de que Diamante era quien se había llevado a la hija de Darien— al escuchar esas palabras Serena comenzó a escuchar atenta a la chica —Necesitaba ayuda para poder llegar a la antigua propiedad que Diamante posee ya que suponíamos que ahí tenían a la niña, así que hizo creer a su padre que quería vengarse de ti, y precisamente como venganza, Diamante le ordenó secuestrar a Darien y así lo hizo, pero solo para poder llevarlo y tener cierta ayuda, aunque ya estando allá las cosas se salieron de control, Rubeus descubrió el plan y vino a contárselo a Diamante, pero Yaten y yo escuchamos todo el plan que tenían contra ellos y en un intento por silenciarnos le disparó a Yaten y a mí me golpeó. Afortunadamente Yaten se encuentra bien, solo fue una herida superficial.

—¿Y tú? Explícame ¿Por qué a ti no te hizo nada? ¿Estás de su lado verdad?

—No Serena, lo hizo porque le confesé que estoy esperando un hijo de Seiya, así que me permitió vivir un poco más, pero solo mientras el bebé nace, después lo más seguro es que me matará para quedarse con él. Es algo que ni siquiera le dije a Seiya, él estaba a punto de entrar en un terreno peligroso, así que supuse que si se lo decía eso lo mantendría desconcentrado.

—¿Y que se supone que tengo que hacer?— preguntó Serena dándole ya un poco de credibilidad a las palabras de Michiru.

—Yaten y yo nos encontramos en mi habitación, encerrados bajo llave, necesito que llames a la policía, comunícate con el capitán Tomoe, y con tu padre, avísales que están listas todas las pruebas en contra de Diamante, pero sobre todo, advierteles de la tragedia que sucederá si no se dan prisa.

Sabiendo que la vida del hombre que amaba estaba en riesgo, así como la de Rini, Mina y Seiya, Serena salió a toda prisa y abordó un taxi que la llevaría a casa de su padre para pedir ayuda mientras simultáneamente se comunicaba con el capitán Tomoe y le daba a detalle toda la información que Michiru le había proporcionado.

—¡Serena, hija, has vuelto!— el rostro de Kenji se iluminó al ver a su hija entrar por la puerta y la fundió en un fuerte abrazo.

—Papá, me fui porque necesitaba averiguar sobre la desaparición de Rini, así que le pedí a Seiya que me ayudara. Él se las arregló para llevar a Darien con su hija pero Diamante los descubrió y ahora están en peligro. El capitán Tomoe ya está al tanto de todo, y envió a sus hombres a encontrarse con ellos. Con las indicaciones que Yaten le dió lograrán llegar a ese apartado lugar. Debemos ir papá, por favor.

—No Serena, estás embarazada, debes cuidarte, por tu bien y el de ese ser que llevas dentro de ti.

—Papá, por favor, necesito ir a ese lugar, no sé qué pueda pasar y quiero que Darien sepa que nunca lo abandoné, que mi apoyo estuvo siempre ahí.

—¿Qué pasará con Diamante? Si nos ve querrá matarnos también.

—Michiru tiene pruebas de que Diamante fue el autor de mi accidente, además, Yaten está dispuesto a confesar todo lo que sabe, al igual que Seiya, por si eso fuera poco, el capitán y sus hombres lo sorprenderán en ese lugar y comprobarán otros más de sus crímenes. Diamante Black está acabado.

Al enterarse el capitán Tomoe de lo sucedido acudió al rescate de Michiru y Yaten, inmediatamente después desplegó un fuerte operativo. Una gran cantidad de oficiales se dirigían bajó las instrucciones de Yaten con rumbo a la casona. Se adentraron en la carretera hasta llegar al sendero oculto que los llevaría a su destino. Detrás de los hombres de Tomoe una diligencia organizada por Kenji con sus propios hombres los acompañaba para a apoyar en la difícil situación que estaban por enfrentar, por supuesto, Michiru y Yaten acompañaban al capitán Tomoe, y Serena a su padre.

Todos se encontraban llenos de incertidumbre, sabían que quizá el desenlace podía ser trágico, pero tenían la confianza en que algo bueno sucedería.

Los vehículos policiacos ingresaron a la difícil desviación de terracería en el máximo sigilo en que podían hacerlo. Al llegar a la casona todos los oficiales descendieron y tomando sus armas comenzaron a rodear el lugar. Entradas, posibles salidas y alrededores fueron cubiertos para evitar que tanto Diamante como Rubeus lograrán escapar.

Un grupo de hombres acompañados  y dirigidos por Yaten caminaron hasta llegar al imperceptible túnel, al escuchar voces se dieron cuenta de que estaban en el lugar correcto —Lo siento, realmente lo siento, es una pena que ninguno vaya a salir de aquí. ¡Darien! Me siento tan mal de que no podrás ver crecer a tu hija. ¡Mina! Es una pena que mueras tan joven. Y tú Seiya, mi querido Seiya, tu hermano siempre tuvo razón, eras mi primogénito, mi favorito, pero nunca quisiste ser como yo, eso te condenó— los oficiales escuchaban a lo lejos las palabras de Diamante.

—¿Qué esperas? ¡Hazlo! Si vas a matarnos hazlo de una buena vez. Acaba con ésto, así todos estaremos mejor— las palabras desesperadas de Seiya demostraban una inmensa valentía, aunque en el fondo sólo había un gran temor.

—Si eso es lo que quieres entonces te lo daré— al escuchar las palabras de Seiya, Diamante tomó su arma y apuntó directamente contra el joven que llevaba su misma sangre. El chico solo se colocó firme, con su cuerpo rígido producto de los nervios, en un acto reflejo abrió los brazos indicando que estaba listo para recibir lo que fuera y cerró sus ojos.

Un desenlace fatal hubiera ocurrido de no ser por qué una voz familiar para el padre de Seiya interrumpió el momento
—¡No lo hagas! Baja tu arma ahora. Diamante Black, estás detenido— el capitán Tomoe le había salvado la vida.

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