Esa noche tan esperada se unirían dos cuerpos que se deseaban ansiosamente, pero al mismo tiempo se separarían dos almas que se amaban.
Darien comenzó a besar a Serena, era un beso apasionado, fuerte, un tanto violento, completamente ansioso, la tomo con toda su fuerza por la cintura, y ella sin lucha alguna se dejó llevar por él. Sumida en la inconciencia de ese beso, lo abrazó por la espalda ya descubierta de su amado con fuerza, dejándose atrapar por la mística del momento, dejándose hipnotizar por el aroma de la piel de Darien, por su aliento casi almendrado, por la fuerza de su abrazo y por su calor, las sensaciones eran infinitas, desmedidas, fantásticas era como un sueño hecho realidad. Él por su parte disfrutaba enormemente al sentir la respiración agitada de ella, su calor y su cercanía, lo embriagaba el aroma de su cuerpo y de su cabello como a flores de cerezo y el sabor de azahar de su boca, era como una fruta fresca el tacto de su piel, parecía como si besara a un ángel en lugar de una mujer y eso lo volvía loco, el beso se ahondó largos y maravillosos minutos, se separaron un poco, pero él no se alejó de ella, la besó en las mejillas, en los ojos, en cada parte posible en su rostro, como rindiéndole un tributo, bajó con sensualidad a su cuello y mordisqueó suavemente en él cuidando de no dejar ninguna marca o lastimarla y subía de nuevo a su boca para morder sus labios con cierto grado de erotismo, ella respiraba ya con dificultad, su sangre comenzaba a subírsele a la cabeza y su cuerpo aumentaba de temperatura, eso no podía estar pasando, no podía ser cierto era demasiado increíble, entonces dijo algo que la dejo helada —Te amo Serena— dijo escondiendo su rostro entre su pelo y diciéndolo suavemente en su oído mientras llegaba a su máximo placer —te amo con toda mi alma.
—Darien, yo también te amo, nunca lo dudes— fueron sus últimas palabras antes de rendirse a la sensación más maravillosa que había tenido en su vida, para luego caer profundamente dormida. Darien la observaba con ternura, su mente viajaba e idealizaba su vida al lado de esa mujer en un futuro. Él se acurrucó junto a ella y la abrazó para después caer dormido sin preocupaciones, aún sin pensar que su felicidad estaba por dar un giro inesperado.
Pasadas algunas horas Serena se levantó, era aún de madrugada. Darien seguía sumido en su profundo sueño, era el momento de actuar. Por más que ésto le doliera tenía que hacerlo, por el bienestar y la seguridad del hombre que amaba y de esa pequeña niña con la que tanto se había encariñado. Preparó una pequeña maleta con algunas cosas, ropa y artículos personales que pudieran serle de utilidad. —Perdóname, pero es lo mejor, no puedo arriesgarlos así. Te amo y no soportaría que algo les sucediera— con lágrimas en los ojos besó la frente de Darien y salió de la habitación dejando una nota sobre la mesita de noche y se dirigió hacia esa pequeña a la que había aprendido a querer como a una hija —Eres tan pequeña e inocente, te quiero mucho, te acostumbrarás a estar sin mi— tocó el rostro de la pequeña con su mano y la cubrió con su cobija. Salió de la habitación, bajó la escalera hasta la sala, cruzó por el recibidor y llegó hasta la entrada, la abrió, se detuvo, recorrió con su mirada melancólica el interior de la casa y con una lágrima salió dejando su felicidad del otro lado de la puerta.
Llegó la mañana y Darien abrió sus ojos para contemplar a la mujer de su vida, aunque al girar su cabeza ella no estaba ahí —Se levantó temprano— pensó erróneamente. De pronto algo llamó su atención, había una nota, la tomó y se dispuso a leerla:
"Darien, gracias por todas tus atenciones y por estar al pendiente de mi recuperación. Ambos sabemos que tengo una vida que recuperar. Me voy, no tengo nada que hacer aquí, no me busques, tal vez te amaba siendo Usagi, pero no como Serena. Lo que sucedió ayer solo fue por placer, por deseo, por satisfacción propia, no porque sienta algo. Cuídate y cuida a tu hija. Perdóname por no sentir nada por ti, ojalá encuentres a la persona indicada."
Darien quedó atónito ante tal confesión, sin poder reaccionar ante lo que acababa de leer quedó inmóvil por unos instantes, sus manos soltaron la hoja y reaccionó. Salió de su habitación y fue a ver a su hija, la cargó, la abrazó y comenzó a llorar —Otra vez estamos solos, perdóname hija, perdimos a tu madre y ahora que pensé que reconstruiríamos nuestra vida y formaríamos una familia nuevamente te fallé— para Darien había sido un golpe muy duro, tanto que vió la necesidad de salir de su casa, quería liberar todo ese dolor, eran demasiados sentimientos encontrados, su presente hacia referente a sus recuerdos del pasado y no pudo soportarlo más, quería canalizar todas esas sensaciones como ya lo había hecho antes. Desesperado tomó el teléfono y llamó a la única persona que sabía que estaría disponible para él siempre —Hola, Rei, disculpa que te moleste ¿Podrías venir a mi casa?
—Darien ¡Qué sorpresa! ¿Pensé que estarías muy agusto con tu chica sin memoria?
—No Rei, ella se recuperó, recordó quien era y toda su vida. Se fue— aunque no quisiera demostrarlo había una inmensa tristeza en su hablar.
—Espera Darien, voy para allá— Rei se arregló para dirigirse a casa del médico —esa mujer ya no está, y ahora que Darien está dolido me convertiré en su paño de lágrimas, no me separaré de él. Tarde o temprano estaremos juntos, aunque sea por agradecimiento se quedará a mi lado.
—Rei que bueno que llegaste, necesitaba hablar con alguien.
—No te preocupes Darien, puedes contar conmigo para lo que sea, cuéntame ¿Que pasó?
—Pensé que de verdad me amaba— se llevó una de sus manos para sujetar su frente en señal de frustración —¡qué tonto fui! Tú me lo advertiste, no debí haberle dado tanta confianza ni libertad a una desconocida, me engañó, y lo peor es que Rini también la extrañará, estaba muy apegada a ella.
—Por Rini no te preocupes, yo puedo hacerme cargo de ella, como siempre lo he hecho desde que nació. También puedo ayudarte a olvidarla, claro, si tú quieres— Rei acarició el rostro de Darien de manera seductora incitando las cosas a otro tipo de situación pero el sonido del timbre de la puerta interrumpió las intenciones de Rei.
—Haruka, qué bueno que viniste.
—Claro Darien, eres mi mejor amigo, no podía abandonarte.
—¿Qué sucede Darien?— cuestionaba Rei.
—Necesito que me hagas un favor, necesito platicar con Haruka, hay cosas que quiero saber y otras que tiene que explicarme. ¿Podrías cuidar un momento a Rini?
—Por supuesto Darien, vete tranquilo.
Ambos jóvenes salieron rumbo a un bar en el que platicaron un buen rato. Darien tenía muchas incógnitas sobre la vida de Serena, y sabía que encontraría en Haruka algunas de las respuestas que necesitaba pues él la conocía, aún no sabía cómo ni por qué, pero estaba dispuesto a averiguarlo todo, por más doloroso que fuera. Lo que no sabía es que ese a quien consideraba su mejor amigo no le hablaría con la verdad, él estaba del lado de Diamante. De ese amigo de toda la vida no quedaba ningún rastro.
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Perseguida
FanfictionSerena conoce un secreto que debe permanecer oculto por el bien de ella y de su familia, pero también por las personas que protagonizan dicho misterio. Ella promete no contar absolutamente nada, pero hay gente peligrosa detrás de todo esto que inte...