—¡Usagi!— Darien la llamó en un gritó pero ella corrió hacia su habitación —¿Por qué hiciste eso? No tienes derecho a reclamarme nada ni a hablarme de esa manera.
—Lo siento Darien, tienes toda la razón, no hay motivos para hablarte así, es solo que me sorprendió ver a una mujer aquí, en tu casa, pensé que... Tal vez... Bueno, ¿Pero podrías decirme quién es esa chica?
—Es mi paciente, de la que te platiqué, hoy la di de alta y no quise que fuera a algún albergue, sería inhumano abandonarla en las condiciones en las que se encuentra su salud mental.
—Pues para hacerlo por humanidad te preocupas demasiado. Bien Darien, espero que así sea, por el bien de esa chiquilla— pensó para sí misma la joven amiga de Darien
— Bueno Darien, me voy, nos vemos mañana, te dejo con tu paciente— comentó en tono sarcástico.Darien subió a la habitación de Usagi para hablar con ella —Usagi ¿Estás bien?— la rubia volteó su rostro hacia el lugar de donde provenía la voz que le hablaba. —¿Podemos pasar?— Darien entró con su pequeña hija en brazos.
—¿Por qué no me lo dijiste Darien?
—¿Decirte qué?— Darien la observaba y reía.
—¿Es acaso que te estás burlando de mí? Me hubieras dicho que estabas casado, que tenías una familia y jamás habría aceptado venir a tu casa a causarte problemas— Usagi era frágil y no pudo contener las lágrimas mientras hablaba.
—¡Usagi! ¡Tranquilízate! No me estás causando ningún problema, como te dije, creí que lo correcto es que vinieras aquí, además ¿Que es eso de que estoy casado?— Darien soltó una carcajada.
—Entonces ¿No son tu familia?
—Mi única familia es está hermosa niña que está aquí conmigo su nombre es Rini. La chica que estaba en la sala es mi amiga Rei, me ayuda a cuidar de mi hija mientras estoy trabajando. Entre ella y yo no hay nada más que amistad.
—Entonces ¿Por qué te reclamaba sobre mi presencia?
—Muchas veces me ha dicho que está enamorada de mi pero aunque es una mujer muy atractiva, inteligente e independiente no puedo verla como algo más. No es el tipo de mujer que me interesa. Es demasiado superficial y ambiciosa. Yo preferiría una mujer con un carácter noble, sencilla y de buenos sentimientos.
—Lo siento Darien, ni siquiera sé por qué actúe de esa forma. De cualquier forma, aunque fuera tu esposa no tendría motivos para reclamar nada, menos después de lo que has hecho por mi— Usagi agachó su cabeza, estaba avergonzada, no entendía qué era lo que estaba sintiendo con respecto a su médico —Darien ¿Y en dónde está la mamá de Rini?— de pronto esa duda invadió su mente, tal vez no era Rei la esposa de ese hombre, pero la madre de su hija debía estar en algún lado.
—Falleció, hace un año, justo el día en que Rini nació— la voz de Darien se entre cortó y un semblante de tristeza invadió su rostro.
—Darien, lo siento ¿Qué fue lo que le sucedió?
—Disculpame Usagi, es un tema muy difícil para mí, aún no lo supero del todo y no quiero hablar de eso. Si no fuera por Rini no sé qué sería de mí. A propósito, ya es hora de dormirla ¿Me acompañas?
Ambos salieron hacia la habitación de la pequeña, atravesando por un pasillo en el que podía observar una habitación con una puerta diferente, estaba hecha de una madera muy fina y tenía grabadas las letras "S D" —¿Que hay en esta habitación Darien?
—Usagi, voy a pedirte un favor, puedes recorrer toda la casa hasta sus más íntimos rincones, pero por ningún motivo entres a esta habitación, te lo pido, no intentes entrar— Usagi quedó extrañada ante tal petición, aunque sabía que si Darien se lo pedía era por una poderosa razón que por el momento está a dispuesta a respetar. Siguieron su camino y llegaron a la alcoba de la pequeña hija de Darien, por supuesto, estaba ambientada para una niña, cubierta de tonos pastel, colgantes y múltiples juguetes y muñecos de peluche. Darien arropó a su hija y en compañía de Usagi salió de la habitación.
Al transcurrir la noche Rini se encontraba inquieta y su llanto sonaba por el pasillo hasta los oídos de su padre quien se levantó para atenderla, pero pese a su gran esfuerzo la pequeña no se calmaba.
—¿Qué sucede Darien?— Usagi apareció en frente de Darien.
—No lo sé, no se calma.
—Tal vez necesita que la abracen, déjame intentar— Darien colocó en brazos de Usagi a su hija, y de inmediato la chica comenzó a arrullarla cantando una dulce canción de cuna. Darien no podía salir de su asombró al ver la tierna escena, Usagi debía poseer una ternura inmensa, la suficiente como para lograr que Rini cayera rendida en un profundo sueño.
A la mañana siguiente se escuchaba ruido desde temprano en la cocina —Darien ¿Que sucede? Preguntaba Usagi al bajar a ver de dónde provenía el ruido.
—Es tarde, estaba muy cansado ayer, y luego me desvelé con lo de Rini, me venció el sueño y no escuché la alarma, solo desayuno y me voy al hospital. No me dará tiempo de dejar a Rini en casa de Rei, así que ella vendrá por la niña.
—Si quieres yo puedo cuidar de ella, déjame ayudarte.
—Lo siento Usagi, pero no estás aquí en calidad de nada más que mi huésped, anda, ve a descansar, Rei se encargará de todo, no hace falta que abras la puerta, ella trae llaves. Nos vemos por la noche.
Usagi se dispuso a visitar a Rini, y a su paso cruzó por esa habitación misteriosa a la que Darien le había prohibido la entrada, pero desafortunadamente era demasiado curiosa y desobedeció la petición del médico. Abrió la puerta y observó una habitación perfectamente ordenada y arreglada, la cama echa, las cortinas limpias, los cristales y el espejo pulidos, lo que a Usagi le llamó la atención fue una fotografía que se encontraba en el buró en la que se observaba a una joven y elegante mujer de cabellera larga atada en media coleta alta, junto a ella se encontraba Darien, abrazándola, rodeando con sus brazos el vientre abultado de ella. —Esa debió ser su esposa— pensaba Usagi, pero de pronto ese pensamiento se vió interrumpido por una voz que le habló molesta —¿Que demonios haces aquí? ¿Que acaso Darien no te dijo que está habitación está prohibida?
—Lo siento Rei, no era mi intención...
—Para ti soy la señorita Reí— la amiga de Darien sujetó a Usagi de los hombros y la colocó contra la pared —no familiarices conmigo, igualada, y ya que estamos solas voy a aclararte una cosa, Darien es mío, así que aléjate de él, estás aquí solo por tratamiento médico, así que no pongas tus ojos en ese hombre ¿Me entendiste mocosa?— las palabras de Rei fueron tajantes, y su lenguaje corporal, agresivo. Usagi sintió un miedo inmenso y quién sabe qué habría pasado de no ser porque la puerta de la casa se había azotado. Alguien había llegado para salvar a Usagi.
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Perseguida
FanfictionSerena conoce un secreto que debe permanecer oculto por el bien de ella y de su familia, pero también por las personas que protagonizan dicho misterio. Ella promete no contar absolutamente nada, pero hay gente peligrosa detrás de todo esto que inte...