—Darien— la melosa voz de Rei se acercaba a paso lento hacia el joven médico que se encontraba pensativo sentado sobre el sofá —¿Que tienes? ¿Estás bien?— Rei se acercó por la espalda de Darien, con sus brazos rodeó su cuello y colocó un par de besos seductores y cargados de deseo sobre él.
—Nada Rei, solo pensaba— Darien se levantó para separarse sutilmente de la chica.
—¿Qué pasa mi amor? Desde esa noche no has vuelto a tocarme. Por cierto, estuviste genial— Rei nuevamente se acercó a Darien y recargó su cuerpo sobre el de él incitándolo para provocar alguna reacción pero sus esfuerzos fueron en vano.
—¡Basta Rei! ¿Cómo puede ser tan insensible?— Darien comenzó a reclamar en tono molesto —Mi hija está desaparecida ¿Si recuerdas? ¿Cómo puedes pretender que piense en otra cosa que no sea ella? No sé en dónde ni cómo está y tú en lo único que piensas en intimar conmigo.
—Darien, yo pensé que tal vez si tú y yo... Bueno, que tal vez te relajarías un poco.
—Mira Rei, si esa noche pasó algo entre nosotros fue solo por qué estaba mal, me pasaron mil cosas en un solo día, esa noche Serena se fue y para colmo perdí a lo único que le daba sentido a mi vida. Perdón, sé que soy un canalla, pero esa fue la manera en la que me desahogué.
—¿Así que sigues pensando en esa mujer? Te recuerdo que todo lo que está pasando es por culpa de ella.
—¡Suficiente! No quiero hablar de ella.
—Tienes razón Darien, discúlpame— Rei bajó su tono de voz al notar que Darien estaba enfureciendo —mejor cuéntame qué has sabido del caso de Rini ¿Hay alguna noticia? ¿Algún indicio?
—No, aún no hay nada— Darien nuevamente se sentó en el sofá con su brazo recargado sobre una de sus rodillas y con la palma de su mano sujetando su cabeza en señal de frustración, para finalmente derramar algunas lágrimas —es increíble que hayan pasado dos meses y que la policía no tenga ninguna pista. Estoy desesperado, solo me dicen que tenga paciencia, que debo esperar. No saben cómo me siento, no sé cuánto tiempo más pueda resistir todo ésto. Si mi amada Rini no aparece me moriré.
—Cálmate Darien, sé que este tal vez no sea el mejor momento para decirte esto, pero quiero que sepas que no te voy a dejar solo, te voy a acompañar hasta el último minuto de este recorrido, sobre todo ahora que... Bueno yo...— Rei tartamudeó un poco antes de dar la sorpresiva noticia a Darien —Darien, estoy embarazada— de inmediato la mirada sorprendida del joven se elevó hacia el rostro sonriente de Rei.
—¿Qué has dicho? ¿Estás embarazada?
—Así es Darien ¿No te da gusto? ¡Vamos a tener un hijo! ¡Alégrate! Tendremos que casarnos y formaremos una hermosa familia. Ya verás que seremos muy felices mi amor, voy a dar lo mejor de mi para que tu bebé y tú estén bien.
—Lo siento Rei, pero no hagas planes tan rápido.
—¿Qué pasa? ¿Acaso no piensas hacerte responsable?
—Si efectivamente estás embarazada me haré cargo del bebé, pero no puedo prometerte más, no planeo casarme contigo. Me casé una vez, con Setsuna, una mujer maravillosa, y no pienso volver a hacerlo, a menos que encuentre a alguien que tenga la misma pureza en su alma. Además tú ni siquiera estás pensando en mi hija, es como si no te importara, a veces parece que te alegra su desaparición.
—¡Claro que no Darien! Por supuesto que pienso en ella, los cuatro seremos una hermosa familia.
—Lo siento mucho por lo que voy a decirte, pero debes entender de una buena vez que no te amo Rei, nunca te he amado y nunca lo voy a hacer. Eres fría, calculadora y solo piensas en ti misma. Nunca podría casarme contigo, como mi amiga respeto tu manera de ser y de actuar, pero nunca podría verte como pareja.
—Es por esa maldita mujer ¿Verdad?— sin ningún tapujo Rei comenzó a tomar una actitud hasta ahora desconocida para Darien —Desde que éramos adolescentes he estado enamorada de ti, soporté tu rechazo, soporté que te casaras, me oculté en las sombras esperando alguna oportunidad y cuando Setsuna murió creí que el momento había llegado. Me dediqué a cuidar de tu hija desde que llegó al mundo, con la esperanza de que algún día formáramos una familia, pero nuevamente me hiciste a un lado, y cuando esa intrusa llegó a nuestras vidas ví esa mirada tuya, iluminada, estabas alegre, te divertías, hacías cosas con ella que jamás hiciste conmigo a pesar del tiempo que tenemos de conocernos, nuevamente me equivoqué, estabas enamorado, se notaba desde lejos, el problema es que no era de mí. En el fondo creo que todo lo que te está pasando lo tienes bien merecido por tratarme como me tratas. Es más, deseo que tengas tanta soledad como la tengo yo, ojalá que esa maldita mocosa nunca aparezca— finalmente había demostrado sus verdaderos sentimientos, había revelado quién era realmente.
—¿Qué has dicho?— Darien se encontraba incrédulo ante lo que acababa de escuchar. Si bien sabía que Rei era egoísta jamás imaginó que fuera capaz de decirle tal cosa —Vete Rei, no quiero verte, sal de mi casa ahora y no regreses— Darien se encontraba furioso y decepcionado al mismo tiempo, en los últimos dos meses la vida lo había golpeado una y otra vez sin dar siquiera un poco de tregua. Por si esto fuera poco, lo que estaba a punto de descubrir desataría en él una irá inmensa, pero al mismo tiempo traería un poco de luz a la triste y tenebrosa oscuridad que rodeaba su vida.
—Pues me iré, pero no por que tu me lo pidas sino por qué no quiero estar con un tipo tan amargado como tú, entérate que no estoy embarazada, pensé que así por fin te atraparía, pero contigo es imposible— cada nueva palabra que salía de la boca de Rei sorprendía de sobremanera a Darien quien pensó conocerla, pero estaba descubriendo que realmente no era así.
Rei subió a la improvisada habitación que Darien había preparado en su casa para ella, comenzó a tomar las pocas cosas que ahí tenía y organizó un pequeño equipaje mientras Darien la observaba desde la entrada de la habitación ansioso por su partida. En un acto impulsivo lleno de coraje Rei jaló bruscamente su bolso ocasionando que sus cosas cayeran regadas a los pies de Darien quien de inmediato se inclinó con la intención de ayudarla a levantarlas pero hubo algo que llamó su atención. Darien observó una nota, la recogió y comenzó a leerla. Su contenido lo dejó en estado de shock por unos segundos, quieto, sin poder moverse la hoja cayó de sus manos lentamente hacia el suelo —¿Por qué tomas mis cosas?— el reclamo de Rei lo sacó de su estado para provocar una reacción totalmente inesperada.
Con un poco de fuerza y en un movimiento brusco Darien sujetó de los hombros a Rei y la colocó contra la pared —¿Me quieres explicar de dónde sacaste eso?— Darien había enfurecido.
—Suéltame, me estás lastimando.
—¡Habla! Dime de donde sacaste esa nota— la fuerza que Darien ejercía sobre ella era cada vez mayor, pero el estado en el que se encontraba no lo dejaba darse cuenta de su actuar.
—¡Basta Darien! Está bien. La encontré en tu sala, junto al sofá el último día que llegué para cuidar a Rini. Sabía que si la leías irías tras esa mujer y no podía permitirlo.
—¡Lárgate de mi casa! ¡Vete Rei! ¡No vuelvas nunca!— Rei salió de casa de Darien con un sentimiento de venganza y con un pensamiento firme —Me la vas a pagar Darien, esto no se va a quedar así— mientras que para Darien un rayo de esperanza se hacía presente, quizá su suerte estaba por cambiar —me ama, se fue para protegerme, tengo que encontrarla— un ansiado reencuentro estaba por darse.
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Perseguida
FanfictionSerena conoce un secreto que debe permanecer oculto por el bien de ella y de su familia, pero también por las personas que protagonizan dicho misterio. Ella promete no contar absolutamente nada, pero hay gente peligrosa detrás de todo esto que inte...