CAPITULO 25

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—¡Seiya! Yo...— ante la sorpresiva aparición del chico Mina se había quedado sin palabras.

—Hay cerca de veinte niños en este lugar ¿Que es todo esto?— Seiya no podía contener su asombro —Mina ¿Quieres explicarme qué es ésto?— comenzó a gritar en tono molesto.

—Seiya, yo... Es que... Esto...—la chica titubeaba sin formular una oración concreta para dar la explicación que Seiya le pedía.

—¡Maldita sea Mina! Habla de una vez— Seiya la sujetó de los hombros y con cierta fuerza le dió un pequeño empujón para sacarla de su estado silencioso.

—¡Lo siento!— Mina llevó sus manos a sus ojos que comenzaban a derramar lágrimas, con un profundo sentimiento continuó su confesión —este es parte del negocio de tu padre. Algunos de estos niños serán usados para pedir un millonario rescate, y otros más están cautivos en la misma situación que Rini, para mantener el poder y la inmunidad de tu padre.

—¿Cómo puedes participar en todo esto? No lo comprendo, esto es una monstruosidad.

—Lo siento Seiya, si lo he hecho ha sido por varias razones, la primera, es por Yaten, para permanecer a su lado; la segunda es por agradecimiento con Diamante, y la tercera y creo que la más importante, es por que con todo lo que yo sé si me rehúso a hacerlo mi vida estaría en riesgo. ¡Lo siento! Sé que esto no está bien, sé que es un delito y una completa atrocidad, pero no tuve opción— en sus palabras había una inmensa tristeza.

—Y ¿Qué hay de Yaten? ¿Está de acuerdo con todo esto?

—Yaten tampoco lo hace por gusto. A pesar de no seguir los pasos de tu padre tu siempre has sido su favorito, eres el mayor, su primogénito y su consentido. Si Yaten lo hizo fue para agradarle, para que volteara a verlo solo un poco y te despreciara a ti. Yaten solo quería ganarse el cariño y la confianza de Diamante, y siendo partícipe en sus negocios lo logró, aunque de la noche a la mañana las cosas cambiaron cuando decidiste secuestrar a Darien. Los años que Yaten lleva colaborando con tu padre se fueron a la basura con una sola acción tuya, dejando ver nuevamente su preferencia por ti.

—Mi padre, siempre mi padre, él es el causante de tanta desdicha en la ciudad. Ese hombre no es capaz de amar a nadie, ni a Yaten ni a mí. No puedo creer que le cause tanto dolor a las familias de esos niños solo por su beneficio propio, y a sus hijos los haya convertido en delincuentes, incluso a ti que no tenías por qué terminar metida en esto— Seiya comprendió que era la única posibilidad que Mina tenía, no sólo para conservar su vida, sino por el inmenso amor que sentía por Yaten —Mina, aún no es tarde para arrepentirte. Si tu lo deseas puedes remediar esto, juntos acabaremos con los sucios negocios de mi padre.

—No seas iluso Seiya ¿Que podríamos hacer tú y yo solos en su contra?

—No estamos solos, Darien está aquí, fingí su secuestro para poder traerlo hasta este lugar. Mi idea nunca ha sido terminar metido en algo tán sucio y ruin, solo hice creer a mi padre que quería seguir sus pasos.

—¿Y cómo haremos para salir de aquí? Son veinte niños, Rini, Darien, tú y yo.

—En la parte trasera de la casa hay una camioneta, no es muy grande, pero la idea es salir de aquí a como dé lugar. Mina, trae a Rini y vayamos por Darien.

De inmediato la chica se dirigió al interior de la casa y con sumo cuidado tomó a la pequeña niña en sus brazos y se dirigió nuevamente al lado de Seiya para dirigirse al tan ansiado reencuentro de ese padre con su hija.

Seiya abrió la habitación en la que Darien se encontraba y entró —Darien, es hora de irnos, tu hija espera afuera, vamos, debemos salir de este lugar cuanto antes.

Producto de la oscuridad del lugar y aún aturdido por el golpe en su cabeza Darien tuvo una visión al salir de su prisión —Serena ¿Eres tú? Sabía que rescatarías a mi hija— habló con lágrimas de alegría en los ojos y corrió para abrazarlas a ambas.

—Darien, creo que estas confundiéndola — afirmó Seiya con una ligera sonrisa —ella es Mina, es la esposa de mi hermano Yaten, y está de nuestro lado.

Darien asombrado no dejaba de observar a la joven en cuestión, tomó a su hija y en medio de múltiples cariños, besos y abrazos hacia ella, se disculpó apenado por su acción —lo siento, es que esos ojos azules, la piel blanca y el cabello rubio, además de ciertas facciones me recordaron a Serena, en cierta forma tienen un ligero parecido, fácilmente podrían pasar por hermanas.

—¿Qué estás diciendo?— en ese momento Seiya comenzó a atar algunos cabos. La desaparición de la hermana de Serena cuando tenía tres años, justo la edad en la que misteriosamente Mina había llegado a su casa, el hecho de que siempre se le hubiera hablado sobre el supuesto fallecimiento de sus padres sin tener conocimiento del lugar en el que se encontraban sus restos, y ahora el parecido físico que a decir verdad era muy notorio le hicieron pensar que quizá esa hermana que Serena perdió hace años estaba justo frente a él —Mina, eso podría ser cierto, tal vez tú seas la hija que Kenji lleva buscando durante mucho tiempo

En medio de su asombro Mina estaba incrédula —Eso es imposible. Mis padres murieron, eso me dijo Diamante.

—¿Alguna vez has visitado su tumba? ¿Conoces siquiera sus nombres? ¿Se te informó la causa de su muerte? ¿No te das cuenta? Son demasiadas coincidencias.

—¡Vaya, vaya! Eres muy suspicaz Seiya, debiste haber nacido en una familia de policías y no en la mía. ¡Eres una vergüenza! Mira que descubrir tantas cosas en un solo día, sin duda eres demasiado inteligente, pero no importa, no me interesa que seas mi hijo, de todas formas ninguno de ustedes saldrá de aquí— sin percatarse del momento de su llegada Diamante se encontraba hablando frente a ellos, acompañado de Rubeus, observándolos con sus características miradas frías y un gesto de furia que los hizo llenarse del más grande de los temores. Habían sido sorprendidos cuando estaban tan cerca de lograr su propósito.

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