Perseguida

CAPITULO 12

Al salir de casa de Darien, serena abordó un taxi, después de haber analizado todas las posibilidades concluyó que el único lugar seguro al que podía acudir era a casa de su padre, aunque sabía perfectamente que el verla ahí, viva y frente a él podía causarle una fuerte impresión así que pensó en hablar primero con el capitán Tomoe, quizá él podría ayudarle a preparar el terreno para regresar a casa, pero también a descubrir algunas cosas que hasta el momento desconocía.
—Buenos días capitán Tomoe.

—¡Señorita Usagi! ¡Qué sorpresa! ¿Pasa algo?— el capitán estaba sorprendido con la presencia de la joven, no imaginaba nada de lo que había sucedido, aunque al verla con su pequeño equipaje se desconcertó aún más

—Serena, mi nombre es Serena, Serena Tsukino— ante tal confesión el capitán comenzó a comprender el motivo de su visita. —Necesito platicar con usted, necesito hacerle algunas preguntas.

—Bien señorita Serena, veo que ha recuperado la memoria, me alegra mucho. Dígame ¿Qué necesita saber?

—Me dijeron que usted averiguó todo lo referente a mi accidente, quiero que me cuente qué sucedió.

—Pues verá señorita, analizamos toda la escena, y no fue precisamente un accidente, alguien dañó a propósito los frenos del auto en el que usted viajaba. Interrogamos al joven Seiya y él nos confirmó que el auto era de su propiedad pero era usted quien lo usaba, así que quien hizo eso lo planeó pensando en que sería usted quien usaría el auto. Intentamos interrogar a Diamante Black pero no obtuvimos ninguna respuesta ni ninguna prueba para culparlo a él o a su hijo. Aún seguimos investigando los motivos de ese atentado en contra suya, pero no hemos podido resolver nada. Parece ser un rompecabezas sin piezas, sin las piezas clave. Cuando supe eso de inmediato me comuniqué con el doctor Chiba para pedirle que dejara su identidad oculta. Si alguien quería verla muerta era mejor que pensara que había logrado su propósito, así que el señor Darien me ayudó, y no solo eso, la protegió y la ocultó del mundo.

—¡Darien!— serena dió un fuerte suspiró ahogado —Capitán necesito pedirle un favor. Necesito que proteja a Darien y a su hija. Vigilarlos las veinticuatro horas si es necesario. Por favor— no pudo contenerse y derramó algunas lágrimas.

—¿Qué sucede señorita? ¿Pasó algo? Puede confiar en mí— el capitán había comenzado a preocuparse ante la actitud de Serena.

—Verá capitán, el día de ayer acudimos a una boda a la que invitaron a Darien pero él desconocía a los anfitriones quienes resultaron ser los Black. Yo ya había asistido antes a una fiesta en el mismo lugar de ayer, así que desde que llegamos me resultó familiar, y cuando vi a Seiya mi mente regresó al momento del accidente. Estaba un poco confundida y me dolía la cabeza, algunos recuerdos eran vagos, pero cuando Diamante nos interceptó toda mi vida pasó frente a mis ojos en solo unos minutos. De alguna manera gracias a Seiya logré salir de ahí con bien, y no por mi, sino por Darien y su hija que nada tienen que ver en esto, pero antes de irme Seiya me dió una nota en donde me advertía que su padre no descansaría hasta lograr su propósito, y obviamente eso pone en riesgo a quienes en su momento me brindaron su ayuda, así que tuve que salir de casa de Darien, sin decir nada, solo dejé un pequeño recado que sé que le romperá el corazón y evitará que me busque. Es por eso que le pido que los proteja, Diamante no sabe que huí de casa de Darien, así que lo primero que hará será ir a buscarme ahí.

—No se preocupe señorita, mandaré un equipo capacitado en este momento. Pero ahora necesito que usted me responda algo ¿Por qué Diamante quiere asesinarla?

—Lo siento capitán, no puedo responder eso, al menos no por ahora, deme tiempo, tiempo para arreglar algunas cosas y acomodar otras. Ahora lo que necesito es regresar con mi padre, necesito que me ayude a explicarle lo que pasó, no quiero causarle una impresión.

Mientras Serena se encontraba intentando reconstruir su vida, Darien había comenzado una larga plática con el que consideraba su mejor amigo
—Dime Darien ¿Que quieres saber?

—¿De dónde conoces a Serena?

—La conocí en casa de Diamante Black, verás Darien, el compromiso entre Seiya y mi hermana Michiru fue un arreglo de nuestros padres, pero Serena era la novia de mi cuñado, él la llevaba a su casa constantemente y ahí la ví.

—El día que me trajiste la invitación a la boda de tu hermana te sorprendiste cuando la viste ¿Por qué no me lo dijiste? ¿Por qué me lo ocultaste? Tú sabías quién era.

—Me dijiste que su nombre era Usagi y después me contaste todas su historia, y el parecido físico, eso me hizo sospechar que eran la misma persona, pero no estaba seguro, tenía que comprobarlo.

—Pues debiste habérmelo dicho Haruka.

—Mira Darien, piensa que todo esto fue por tu bien, estás mejor así, lejos de ella. No te mereces a una mujer de su tipo.

—¿Qué quieres decir con eso Haruka?

—Serena no es más que una mujer oportunista, una completa caza fortunas interesada, se relaciona con quién puede darle lujos y complacer sus caprichos. ¿Por qué crees que estaba encaprichada con Seiya? Si él se casaba la dejaría a un lado. Es más, no me sorprendería que su dichosa amnesia fuera un truco para engatusarte, y creo que lo logró.

—No Haruka, eso no puede ser cierto.

—Piensa Darien, ella se mostraba frágil y tierna, pero en el fondo ese era su plan. Al verse descubierta por los Black no le quedó más remedio que fingir que se había recuperado. Es más ¿Tu por que crees que se fue? Es más que obvio, Seiya es mucho más poderoso y adinerado que tú, no me extrañaría para nada que ahora quiera convertirse en su amante. Lo siento amigo, sé que es duro, pero así es ella.

—No sé cómo pude creerle— Darien sintió que su corazón se rompía en mil pedazos. El sentimiento de frustración le trajo a su mente el recuerdo de Setsuna y las causas de su muerte, la aparición de Serena y el poderoso lazo afectivo que había creado hacia ella, y las palabras de Haruka clavándose una y otra vez en sus oídos "es falsa, oportunista e interesada, así es ella", y no pudo contenerse más. Se quebró en llanto, un llanto ocasionado por la decepción y la inmensa tristeza de haber sido engañado por la mujer a la que amaba, se maldijo a sí mismo y al momento en que ella llegó a su vida, se culpó por lo que estaba sucediendo, por sentir eso que llaman amor verdadero, un amor que creía falso y no correspondido gracias a Haruka, un hombre capaz de traicionar a cualquier persona a cambio de una buena suma de dinero.

Cómo ya lo había hecho anteriormente Darien encontró el remedio para sus penas y su dolor, una salida falsa que hizo que por un momento se olvidara del mundo entero, de los que lo rodeaban, y hasta de su pequeño retoño. Copa tras copa fue perdiendo su estado consciente, omitiendo aunque fuera por un momento todas sus emociones, sus penas y sus pesares, sin imaginar aún que todo era un plan perfecto, un  malicioso momento creado intencionalmente que traería consecuencias aún más graves.

—Hola Diamante, ve preparando mi siguiente cheque por favor. Sin necesidad de llegar a la violencia el médico que protegió a Serena está acabado. Le di en donde más podía dolerle y con algo que lo dejará muerto en vida.

—Muy bien Haruka, ahora solo falta el golpe final— palabras que salieron de forma malévola de su boca.

—No te preocupes, está completamente perdido por el alcohol, y está conmigo.

—¡Perfecto! Si no está en casa será más fácil actuar. Mandaré a mis hombres de inmediato.