Durante el trayecto Usagi observaba maravillada la ciudad con una inmensa emoción, parecía que era la primera vez que sus ojos la miraban. El brillo en sus ojos demostraba una inocencia, pureza y ternura que Darien solo había observado una vez en la vida. De pronto, el doctor detuvo el auto en la entrada de un lujoso centro comercial —¿Por qué nos detenemos aquí?— preguntaba Usagi con tono curioso.
—Bueno Usagi, este día quiero dedicártelo a ti, es tu primer día en el exterior y quiero que lo disfrutes, necesitamos comprarte algunas cosas, necesitas más ropa, accesorios y todo lo necesario para que estés cómoda. En este almacén encontraremos todo lo necesario.
—Buenos días, bienvenidos a Crystal Palace ¿En qué puedo ayudarlos?— se acercó una asistente.
—Buenos días, necesitamos ropa, accesorios, zapatos, en fin, todo lo que está hermosa señorita pueda necesitar— decía Darien sonriente refiriéndose a Usagi —Por la cantidad no se preocupe, la pongo en sus manos— la asistente de la tienda se retiró en compañía de Usagi para comenzar esta divertida aventura.
La asistente le mostró a Usagi distintas prendas, vestidos, faldas, blusas, pantalones que le combinaban con sombreros, cinturones y algunas joyas. La joven rubia se probaba una y otra vez lo que la asistente le mostraba y salía del vestidor para modelarle a Darien. El joven doctor solo se reía al ver la actitud de Usagi, le parecía sin duda que era una chica muy tierna y agradable.
Después de algunas horas por fin salieron del lugar agradeciendo a la asistente por su amabilidad —Gracias por su atención señorita.
—No hay de que. Usted debe quererla mucho ¿Verdad? No todos los días un hombre se gasta una suma millonaria para consentir a su novia— esas palabras dejaron sorprendidos tanto a Darien como a Usagi haciéndolos ruborizarse.
Salieron del lugar y nuevamente abordaron el auto en el que Darien condujo está vez hacia un restaurante.
—¿Qué haces Darien?
—El día aún no termina, te prometí que lo disfrutarías y ahora vamos a comer aquí.
—Darien, ya has gastado mucho en mi.
—No te preocupes por eso, solo déjate consentir. Vengo a este lugar con mucha frecuencia, te va a encantar.
Ambos descendieron del auto para ser recibidos por un anfitrión —Joven Darien, que gusto verlo nuevamente, entre por aquí, mesa para dos lista, disfruten.
La tarde pasó rápido, con Usagi el tiempo se iba volando, era agradable ver su inocencia y ese aire divertido que ella le ponía a cualquier momento. De pronto, una llamada telefónica cortó el pensamiento de Darien —Hola, si, lo siento, se me fue el tiempo, no había visto la hora, pero voy para allá, te espero en casa, llego en una hora— Usagi observaba extrañada la situación.
—Bueno Usagi, es hora de irnos, ahora sí te llevaré a tu nuevo hogar— durante todo el trayecto Usagi se había mantenido callada, sin mencionar una sola palabra, acción que no pasó desapercibida por Darien —¿Te sucede algo Usagi? Te noto rara.
—No, es solo esa llamada telefónica que recibiste. No dejó de pensar en que por mi causa tuviste algún problema.
—Así que es eso— Darien soltó una carcajada —No es lo que tú crees. Desde las seis de la mañana salgo de casa para cumplir mis obligaciones como director del hospital y debo estar de regreso a las siete de la noche para cumplir mis otras obligaciones. No vi el reloj y se nos fue el tiempo pero no es nada que no se pueda arreglar, no te preocupes, no me causaste ningún problema.
De pronto, llegaron a una zona residencial, el auto entró por una larga calle hasta detenerse afuera de una enorme mansión —Señorita bienvenida a su nueva casa.
—¿Yo voy a vivir aquí?— cuestionaba Usagi sorprendida.
—Así es, está es mi casa. Tu tratamiento aún no termina, y creí que lo mejor sería que vinieras a vivir conmigo para seguir al pendiente de ti, aunque si te molesta puedo alquilarte algún otro lugar.
—Por supuesto que no me molesta— Usagi corrió a darle un fuerte abrazo a Darien que causó en él una sensación extraña—gracias, gracias por hacer todo esto por mi— los ojos de Usagi se cristalizaron de la emoción que sentía.
Entre los dos bajaron las bolsas con las cosas que había comprado y entraron a la casa. Usagi quedó aún más sorprendida al ver el interior del inmueble —Tu casa es enorme y muy bonita, parece un palacio.
—Mis padres me dejaron una pequeña herencia, lo demás lo he conseguido a base de mi esfuerzo y trabajo. Acompáñame, te enseñaré tu habitación.
Ambos subieron las escaleras hacia una habitación que se encontraba en el segundo nivel de la casa. Al abrir la puerta se podía observar una cálida alcoba coloreada de rosa pálido con el techo blanco, en el centro, una cama muy bien arreglada con dos burós a ambos costados y una lámpara de noche en cada uno. El piso estaba totalmente alfombrado, un enorme ventanal en frente de la entrada le daba toda la iluminación que necesitaría a través de unas cortinas blancas con bordados dorados. —¡Darien! ¡Es hermosa!
—Sabía que te gustaría. Te dejo para que te instales. En un rato vengo a verte por si necesitas algo.
Darien salió de la habitación y regresó al recibidor en donde una joven mujer lo esperaba.
Usagi siendo una chica muy curiosa salió para recorrer la enorme casa, descendió hacia la entrada de la casa y escuchó una conversación que la dejó paralizada.
—Darien ¿En donde te metiste todo el día? Estuve tratando de localizarte y tú teléfono estaba apagado hasta hace un rato.
—Lo siento, estuve ocupado.
—Pues llame al hospital y me dijeron que habías salido desde las diez de la mañana ¿Que estuviste haciendo Darien?
—Te dije que estuve ocupado, atendía un asunto muy importante para mí.
—Si, Darien, pero sabes que tienes que estar en casa a las siete en punto.
—Lo siento, en verdad, se me fue el tiempo, prometo que te lo compensaré.
Al escuchar la conversación Usagi se asomó un poco para ver de cerca lo que sucedía, y su sorpresa fue más al observar que esa joven mujer que le reclamaba a Darien por su tardanza llevaba una pequeña niña en sus brazos.
—Darien, espero que esto no se vuelva a repetir, tu hija y yo necesitamos que estés en casa a la hora exacta— de pronto, la joven que cargaba a la bebé giró su cabeza hacia donde se encontraba Usagi —Darien ¿Quién es ella y qué hace aquí? ¿Por eso se te fue el tiempo? ¿Estabas con una mujer? ¿Y tú hija y yo qué? ¿Nos hiciste a un lado por estar con una mujer?
Usagi salió del lugar en el que se ocultaba para correr de regreso a su habitación con una tristeza que le inundaba el pecho —Está casado. Tiene una familia— se repetía Usagi una y otra vez consumida por el llanto.

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Perseguida
FanficSerena conoce un secreto que debe permanecer oculto por el bien de ella y de su familia, pero también por las personas que protagonizan dicho misterio. Ella promete no contar absolutamente nada, pero hay gente peligrosa detrás de todo esto que inte...