Capítulo 0.

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El día era bastante nublado. Pequeños copos de nieve caían sobre todo el lugar y el frío se sentía cada vez más; pero a un grupo pequeño de niños parecía no importarles. Era muy común verlos en la calle, frente a sus casas, jugando casi todos los días. Desde que tenían memoria vivían allí, se habían conocido gracias a que sus madres se reunían a conversar sobre los chismes que ocurrían en la vecindad.

Con el paso de los años los 3 niños fueron forjando una amistad, cada uno estudiaba en un instituto diferente, y siempre que llegaban de sus clases, hacían sus deberes y se reunían a jugar; hoy no era la excepción.

– Guille ¿a dónde vas? – Preguntaba curioso un pequeño niño de tez blanca, cabello castaño y ojos color esmeralda – David y yo te estamos esperando para jugar –

– Voy a llevarle un cuaderno aun amigo del instituto, me lo prestó por que ayer no fui a clases y debo devolvérselo hoy- Respondía otro niño, un albino de tez blanca y ojos verdes rasgados.

– ¡Te acompaño! – gritó entusiasmado el primer niño.

Caminaron un par de cuadras mientras conversaban de cosas varias, el lugar donde se dirigían no era muy lejos. Estaba ubicado en un edificio conformado por varios conjuntos de departamentos. Al llegar, se dirigieron al piso 4 para ubicar la vivienda que buscaban. Tocaron la puerta y, en seguida, un niño de cabello azabache y ojos de un profundo amatista abrió.

La mirada curiosa de aquel niño se posó sobre la mirada esmeralda del niño que acompañaba a su amigo. Sin darse cuenta, al momento de que sus miradas se conectaron, el tiempo dejó de correr alrededor de ellos. Muchas sensaciones invadieron sus cuerpos, muchos sentimientos hicieron presencia. La nostalgia logró sobresalir de todo el torbellino de emociones que se aglomeraban. Pero antes de mover siquiera un dedo, la realidad volvió de golpe a ellos.

– Hola Sam, vine a traerte de vuelta el cuaderno – Hablo el pequeño albino rompiendo, sin querer, la atmósfera que se había formado brevemente entre sus dos amigos.

– emm, gracias Guille – dijo prestando ahora su atención hacia él y tomando el objeto entre sus manos.

– mmm... !ya se! - una idea pasó por la mente del albino – ¡Ven a jugar con nosotros un rato! - con un brillo en sus ojos convidó a su amigo.

– Es que mis padres no están ahorita, no puedo salir de casa. De hecho, no debí abrir la puerta estando solo, pero parecía que la ibas a reventar – Respondió, rechazando la propuesta de su amigo muy a su pesar.

– Ese fue Rubén, que golpeó "suavemente" según él – agregó el albino culpando a su amigo.

– ¡pero si golpee suave! No tengo la culpa de ser tan fuerte – por su parte, Rubén se elogió a si mismo sin ninguna sutileza por lo que él creía era su fuerza. El pelinegro esbozó una sonrisa por el comentario.

Y sin más, ambos niños se dispusieron a abandonar el lugar tras haber cumplido con el objetivo que tenían; pero antes de empezar a caminar, y antes de que las puertas de aquella vivienda se cerraran completamente, el pelinegro y el castaño se dirigieron una última mirada. Una última sensación lograron percibir: se volverían a ver.

Pasaron los días, meses, incluso años y Rubén no volvió a saber algo de aquel niño de ojos amatista que logró inquietarlo con tan solo una mirada. Quería acercarse a él, pero cuando tuvo el valor necesario para pedirle a Guillermo que lo invitara a pasar tiempo con ellos, este último tan solo le respondió que Samuel se había mudado hace mucho tiempo a otra ciudad y no sabía nada de él. Un vacío se apoderó de su ser cuando se enteró de aquella noticia. No lo comprendía. No entendía el sentimiento que en él surgía. No lograba entender por qué dolía, pero dolía.

Con el pasar del tiempo logró que ese sentimiento disminuyera. Con las nuevas experiencias que ganaba a medida de su crecimiento, el dolor que había sentido fue reemplazado por emociones alegres, pero el vacío persistió. A pesar del tiempo transcurrido, nunca olvidó a aquel niño de mirada violeta que vio en tan solo un momento de su vida.  

Junto a ti, en otra vida | RubegettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora