Capítulo 10

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– ¿Qué es todo esto? – Un pelinegro, quien acababa de llegar al hogar que compartía con el castaño, se asombraba al ver la decoración en la parte trasera del lugar. Una manta morada extendida en el suelo con dos cojines sobre esta, un recipiente con un vino y unas copas, un pequeño ramo de flores (moradas también) junto al recipiente del vino, y un pequeño telescopio al otro lado.

– Recordé que te gusta mucho ver las estrellas, así que quise hacerte esta pequeña sorpresa – Decía el castaño con una amplia sonrisa en su rostro, le encantaba ver el brillo en los ojos del pelinegro cuando estaba feliz.

– es hermoso, pero, ¿Por qué? – la curiosidad invadía al pelinegro.

– verás... – guardó silencio un momento para pensar bien en sus palabras, estaba a punto de confesarse y esto podría tener dos resultados: ser correspondido y vivir feliz; o ser rechazo y crear una incomodidad entre ambos por el resto de los días. Tenía miedo, pero no podía callar más lo que sentía.

– Desde que te conocí sentí algo especial por ti, ¿sabes? Solo contigo me siento en armonía, siento que mis días son más pacíficos, aunque nos peleemos todo el tiempo – una pequeña risa se escuchó del contrario – siento que a tu lado vale la pena continuar la vida, que vale la pena cualquier esfuerzo con solo ver esa hermosa sonrisa en tu rostro – un enorme sonrojo se formó en ambos – Te quiero. No sé en qué momento empezaste a gustarme, para cuando me di cuenta, ya me encontraba perdido en el hermoso amatista de tus ojos – Ambos se miraban atentamente. Poco a poco fueron acercándose – Y la verdad, me gustaría seguirme perdiendo en ellos – finalizó. Esperaba una respuesta del pelinegro, pero los hechos hablaron más que las palabras.

La distancia entre ambos se acortó, sus labios se unieron en un suave y dulce beso. Un beso que ambos soñaban se hiciera realidad. Porque ambos se correspondían, y ambos estaban dispuestos a emprender un nuevo camino juntos.

Una calidez inundó su corazón.

Y despertó, otra vez, de un sueño extraño. Uno en el que nuevamente era protagonista junto a un pelinegro de ojos amatistas curiosamente parecido a Samuel. No eran iguales, sus facciones eran muy diferentes, pero algo en su mirada le recordaba demasiado a él, de eso estaba seguro. Aun no comprendía por qué tenía ese tipo de sueños que podía sentirlos como algo real. Era la tercera vez que ocurría y se le hacía algo extraño e ilógico. Parecía como si su cerebro estuviera creando una película por si solo. El peliblanco era muy imaginativo, eso lo admitía, pero esto era diferente.

Las escenas del sueño seguían en su mente. Con sus dedos tocó la comisura de sus labios, se sentía demasiado real. Quería que fuera real. Pero evidentemente no lo sería. Más porque sabía que no podría estar tan cerca del pelinegro parecido al de sus sueños. Ellos tan solo habían hablado unas cuantas veces, cruzado unas miradas curiosas, incluso un pequeño abrazo, y la ves que se perdieron en sus miradas en aquella fiesta mientras rozaron sus labios...

Un momento.

¡¿Rozaron sus labios?!

Los ojos de Rubén se abrieron de la sorpresa. ¿Acaso estuvo a punto de besarse con Samuel? ¿lo besó y no lo recordaba?

Malditas lagunas mentales, maldito alcohol.

Se sentía muy ausente, más de lo que siempre estaba, y esto podía notarlo su hermana. Pues mientras desayunaban, la mirada perdida de su hermano le causaba bastante intriga y preocupación, quien parecía comer su cereal de manera mecánica sin siquiera saborearlo. Dejando la taza de café que había tomado previamente sobre la mesa, se dispuso a salir de dudas.

– hermano, ¿te ocurre algo? Te vez más distraído de lo normal – Preguntó viendo directamente a sus ojos, analizando sus expresiones.

– ¿eh?... ¡Ah! Si, estoy bien, es solo que algo me tiene bastante pensativo – respondió viendo a su hermana por un breve momento. Siempre había considerado a su hermana como una mujer preciosa, tez blanca como él, ojos celestes y cabello rojizo que muy pocos miembros de su familia poseían, ahora peliblanca por la tonta apuesta que hicieron.

– ¿el qué? ¡No me digas que ya tienes novia y no me habías dicho nada! – Exclamó exagerando indignación.

– ¡No! No es eso –

– pero ¿entonces si es por una chica? –

– chico... – dijo sin pensarlo para, al momento, darse cuenta y tratar de negarlo. – Digo, ¡no! ¡No es una ella!, ¡digo no es un él!... bueno, si lo es... – hablaba casi balbuceando dejándose apoderar por los nervios, no podía ocultarle cosas a su hermana, ella siempre se enteraba de alguna manera; a veces le asustaba el hecho de pensar que podría ser una especie de adivina. Por su parte, ella tan solo reía al ver el rostro avergonzado de su hermano y su intento de mentir, cosa que se le daba fatal.

– No tienes que ocultarme nada hermano, sabes que te quiero y siempre te querré por ser auténticamente tú, y si algo te carcome la mente puedes contarme que para eso soy tu hermana –

– gracias Zaira... es que, verás, en realidad no sé qué me pasa – empezaba a relatar poniendo ambas manos sobre sus piernas, cerrándolas ligeramente. – Guillermo tiene un amigo, su nombre es Samuel, él es un poco más bajo que yo, de cabello negro y ojos de un precioso color amatista. Cada vez que lo veo me siento extraño, siento un nudo en el estómago que no había sentido antes. Me cuesta describirlo. Es como si pudiera perderme en su mirada y no me importara hacerlo. Cada vez que estoy cerca de él puedo sentir paz, como si el ambiente de repente se transformara en algo agradable. Y te digo que nunca me había pasado, ni siquiera con mis exnovias me había pasado algo similar –

– vaya que estás enamorado, quien lo diría, no imaginaba que llegara el día que te vería así –

– no, no creo que este enamorado. Nos conocemos hace poco, sería imposible enamorarme en tan poco tiempo –

– ¿seguro? ¿desde hace cuánto te sientes así con él? –

– mmm – se quedó pensando un momento. – Desde que lo vi por primera vez – aseguró.

– ¡entonces es amor a primera vista! – aseguró la peliblanca con entusiasmo.

– ¿qué? – gritó alarmado el de ojos esmeralda – no ni de coña va a ser eso... ¿o sí?, no, no creo en eso –

– solo piénsalo hermano, una persona que desde el primer momento te hizo sentir todo eso que me estas contando sin siquiera saber de su existencia antes, ¿Qué más podría ser? –

Rubén solo se quedó pensándolo. Tenía razón la conclusión a la que había llegado su hermana. Pero le costaba aceptarlo. Nunca había creído en el amor a primera vista; siempre pensó que el amor debía empezar a construirse poco a poco conociendo primero a la otra persona, por ello sus relaciones no duraban mucho.

– mira hermano, deja de darle tantas vueltas y mejor intenta conocerlo, tal vez si pasas tiempo con él podrás estar seguro de qué es lo que en realidad sientes – 

–... ese es el problema, que él ya tiene pareja –

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Primer cap de otro pequeño maratón.

Tengo ya varios capítulos escritos, por lo que los iré soltando poco a poco <3

Por cierto, ¿vieron el directo de hoy? yo que sad después de la boda 😔😔

aunque eso no va a impedir que siga amando el ship xd

En fin, gracias por leer <3 <3 <3

Junto a ti, en otra vida | RubegettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora