Capítulo 17.

124 25 10
                                    

 ¿te imaginas si pudiéramos tener nuestras propias islas flotantes?  preguntaba con ilusión un joven castaño de ojos esmeralda a su acompañante pelinegro de ojos amatista. Se encontraban recostados sobre varias mantas, bajo la luz de la luna y viendo a las estrellas. Se habían casado recientemente y celebraban su luna de miel viajando por algunos pueblos cercanos a su hogar. Eran un joven matrimonio feliz y sumamente enamorados.

– eso es mucho soñar chiqui – respondió prestando bastante atención a las expresiones de su acompañante.

– lo se amor, pero ¡tan solo imagínalo! ¡Tú tendrías una mega mansión en un pedazo de cuadrado perfectamente simétrico y un mega patio lleno de dinosaurios clonados! – relató con emoción el de ojos esmeralda – yo tendría una pequeña casa de campo sobre un círculo nada simétrico y viviría feliz con mis mascotas allí, ¡sería la hostia! – los ojos del castaño brillaban con una enorme ilusión. El pelinegro tan solo se rió por la gran imaginación de su esposo.

– amor, pero, si fuera así, tú y yo no podríamos vivir juntos – comentó sin querer arruinarle su ilusión.

– es verdad... rayos, ha fallado mi plan – comentó el castaño haciendo un puchero mientras seguía viendo las estrellas. Para el pelinegro está escena era bastante tierna. Una pequeña sonrisa se formó en su rostro. La noche era bastante fresca y la paz se sentía por todo el lugar. Amaba cuando pasaba momentos como ese con su ahora esposo. Pues sentía que tenía todo lo que quería a su lado.

Lo amaba, amaba a ese castaño con locura y era algo que se lo demostraba siempre.

– te amo – confesó con una pequeña sonrisa viendo a los ojos a su pareja para, segundos después, acercarse a este y dejar un cálido y dulce beso sobre sus labios.

– yo también te amo – respondió el castaño ante el gesto que su esposo acababa de realizar; después volvió a besar los labios de su pareja y así continuaron con ese juego por el resto de la noche.

Mágico, era la palabra perfecta para describir el momento.

Una sensación muy cálida invadió su corazón.

Y su alarma sonó. Una vez más Samuel se despertaba de un sueño que lucía demasiado real. Hace algún tiempo había dejado de tener estos sueños, por lo que pensó que ya jamás los tendría nuevo, pero se equivocó. 

Nuevamente otro extraño sueño lo atacaba, ¿por qué los tenía? ¿Que buscaba su subconsciente con recrear escenas de una historia de amor claramente feliz en su mente? ¿Tan masoquista era como para tener que imaginar todos esos escenarios en busca de aliviar un poco el dolor que sentía por no tener nada ni un poco parecido en su propia historia de amor?

La desagradable verdad dolía.

Pues ese sueño extrañamente real solo era algo que podría disfrutar en su imaginación. No se creía capaz de poder vivir algo así en su vida real, no después de que las cosas con su actual pareja tomaron un rumbo peligroso y sin retorno.

Varias lágrimas rodaron por su rostro. No sabía que dolía más, si su quebrado corazón anhelando una historia feliz, o los moretones repartidos en su cuerpo. Sus caderas dolían como el infierno y sus ánimos estaban por los suelos. No quería levantarse de su cama, sentía que no podía; pero el nuevo semestre iniciaba así que debía hacer un sobre esfuerzo casi inhumano para poder empezar su día.

Como pudo se levantó de su cama y se alistó para ir a la universidad; aprovecharía que el día estaba nublado para usar un suéter de manga larga. No desayuno, solo tomó un poco de agua junto con pastillas para el dolor y salió de su departamento. No tenía ánimos, tampoco apetito; estaba empezando a bajar de peso, pero esto él no lo notaba.

Camino lentamente por las frías calles. Su vista estaba fija sobre el camino, pero sus pensamientos se encontraban lejos de allí. Trataba de reprimir las lágrimas que querían escapar, trataba de distraer su mente pensando cualquier otra cosa; pero simplemente no podía evitar volver a recordar todo lo que estaba pasando. Su cuerpo aún dolía; aunque este dolor hubiese bajado un poco, no se iba completamente.

Llegó al lugar. El primero en encontrarse fue a su compañero y amigo Luzu; este se dirigió a él con una enorme sonrisa, la cual se desvaneció al ver su aspecto: ojeras notables, labio roto, uno que otro moretón en su cara, su cabello se veía opaco y el brillo característico de sus ojos se había esfumado. El castaño, bastante preocupado, preguntó a su amigo por su aspecto; pero este simplemente respondió que había sufrido un ataque en su ciudad antes de regresar y no había dormido bien esa noche. Una mentira poco creíble, pues le funcionaría esa vez, pero las siguientes veces ya no serviría, y Samuel debía pensar que otra cosa inventar. Porque si, él podría simplemente decirle la verdad a su amigo y buscar ayuda, rogaba en silencio por ayuda; pero su miedo era mucho más grande.

¿Era un cobarde?, tal vez, aunque esa definición no encajaba completamente. El castaño que se hacía llamar la pareja de Samuel había jugado muy bien sus cartas, pues se aseguró de aprovechar cada punto débil del pelinegro para crear mentiras disfrazadas de protección.

"es que nadie más te va a amar como yo"

¿Cómo podía estar seguro de esto?, era una pregunta que Samuel se hacía cuando un poco de razón se asomaba en sus pensamientos, pero inmediatamente era desechado, pues no conocía otra forma de amor, nunca la había experimentado.

"solo yo movería cielo y tierra por ti; te lo he demostrado"

El hecho de ayudarlo con algún deber o favor, acompañarlo a algún lugar, pasar tiempo excesivo con él, incluso acompañarlo al hospital cuando este se sintiese mal; todo eso no es precisamente mover cielo y tierra por alguien. Pero la terrible autoestima del pelinegro no le permitía ver más allá.

"nadie más apostaría ni un centavo por ti. Nadie nunca lo hizo, solo yo"

¿Es necesario recordarle cada cierto tiempo lo miserable que es?, ¿Qué no vale nada para nadie?, Samuel vivía enfrascado en estos pensamientos, pues nunca los cuestionaba, solo se hundía más en su miseria creyendo que su pareja era el único que lo valoraba.

Y podría seguir con una larga lista. Con frases que desgarraban a trozos su piel, que clavaban una pequeña estaca lentamente en su corazón. Con muestras de algo que se hacía llamar "amor".

Por eso no se animaba a decir palabra alguna de lo que su novio hacia con él. Tenía demasiado miedo, le aterraba la idea de quedarse completamente solo de nuevo. Aún tenía una pequeña esperanza de que su pareja cambiara su actitud; pero en el fondo sabía que esto nunca pasaría. 


---

2/3

Capitulo bastante sad 😔 pero me salio del corazón. 

Al principio pretendía narrar el día de Samuel, pero me terminé enfrascando en sus sentimientos 😅

en fin, espero les haya gustado <3

Junto a ti, en otra vida | RubegettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora