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HuaiSang tenía la vista en el abanico, el primer que MingJue le había regalado junto a la tinta china, en él había un símbolo que él mismo hizo. Era simple, pero para él significaba mucho después de todo, se relacionaba a su pasado.
—Llegamos.—Avisó Song Lan a su lado.
El menor regresó a la realidad y echó un vistazo al lugar, estaban frente a la prisión dónde se encontraba Xue Yang.
—Que ganas de ver su rostro.—Se burló HuaiSang cerrando el abanico.
—Lo bueno es que te tengo como aliado.—Admitió Song Lan mientras se bajaba del vehículo y a su lado estaba la mujer quién asintió imitando al otro.
HuaiSang soltó una leve risa antes de hacer un moño en su cabello y se puso el gorro, encima la capucha para evitar que en un futuro lo reconocieran.
Los tres se dirigían hacia la sala dónde se encontraba un Xue Yang con las manos atadas en los lados de la silla, una sonrisa divertida adornaba en su rostro como si no temiera a la muerte, sus ojos siempre fijos al reflejo de la ventana, sabiendo que estaba siendo vigilado por el otro lado del vidrio, lo cual era cierto.
—Este maldito sigue siendo el mismo.—Dijo HuaiSang una vez cuando lo vio.
—¿Seguro que entrarás?—Preguntó una vez más el mayor.
—Consideraré un regalo por parte de ti el arreglar ese lugar para que nadie nos molesten excepto por ustedes.—Dijo antes de abrir la puerta y entrar, así encarar al otro.
Xue Yang desvió su mirada hacia la persona que acababa de entrar y la sonrisa desapareció de su rostro, en su lugar, su ceño se frunció al no reconocerlo, estaba seguro de que este joven no era mayor, pero no comentó nada.
—Sí, puedo notar que no me conoces, pero yo sí... Te conozco.—Se acercó hasta quedar al menos un metro de distancia.
—¿Me conoces?—Volvió a sonreír.
El menor entrecerró los ojos, lo odiaba y más al ver la sonrisa despreocupada que tenía el mayor, se acercó un poco más al otro. Ninguno de ambos apartó su mirada, era como una guerra y HuaiSang sonrió después de unos segundos en silencio.
—¿Sabes qué? Te ves realmente lamentable.—Al ver que sus palabras no afectaron al mayor, prosiguió.—¿No te dijeron quién ayudó a Song Lan?—Aquella pregunta captó la atención del otro.
—... ¿De qué hablas?
—¿Oh? ¿Te interesa?—Se burló.—Fui yo, hice todo. Le dije a Song Lan que mantuviera su distancia, así evitar que lo acuses injustamente como antes.
Mientras hablaba, más confundido se quedaba Xue Yang, aunque no lo demostraba, pero HuaiSang se dio cuenta, así que soltó una risa seca.
—Yo sabía que acosabas a XingChen... Sabía que algún día conocerías a esta persona, hacerle caso para que puedas tener lo que querías, pero estoy aquí, con el conocimiento y pude evitar el hecho. ¿A que no soy genial?
—¡Tú!
—Sí, yo, yo lo logré.—Carcajeó y se calmó después de unos segundos, teniendo la expresión seria.—Esto es por Song Lan.
Xue Yang frunció el ceño sin entender el porque lo mencionó, pero...
¡Plaf!
En ese momento, el sicario mostró asombro al recibir una bofetada y cuando estuvo a punto de decirle que el menor estaba loco, pero se quedó sin habla al ver la mirada fría que le dirigió este, también sintió la tensión que lo sofoco. ¿Cómo podía un joven intimidarle? ¿Quién era él?
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A different destination. [Niecest]
FanfictionSi tuvieras la oportunidad de cambiar todo, ¿Lo harías?