20.5

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En el despacho de la residencia Luo se encontraba un señor de edad avanzada, de pie, con la vista en la ventana y las manos detrás de su espalda. Su rostro reflejaba tristeza y nostalgia, nadie creerá que él realmente extrañaba a su primogénita. 

Unos suaves golpes se escucharon desde la ventana haciendo que el señor se volteará hacia esa dirección y dijera un "Pase". Una pequeña sonrisa se le dibujó al ver que era su otra hija, QingYing. 

—Papá, regresé.

—Bienvenida...—Se dirigió hacia su escritorio y se sentó en la silla ejecutiva.—¿Cómo está MeyLin?

—¿A-Li? Ella está bien~—Dijo con una sonrisa.—Sabes como es ella, concentrada  en su entrenamiento y prefiere alejarse de nosotros para evitar.

—Lo sé...—Respondió mientras fingía echar una ojeada a las hojas, pero al final las dejó para mirar a QingYing—Sabes que amo a tu madre, ¿Cierto?

—Sí, sé que la madre de mi hermana es tu primer amor...

—Temo perder a tu hermana también... Es la única que me queda de su madre, tampoco quiero perder a ti ni a tu madre.

La menor se acercó hacia él y tomó la mano ajena.

—A-Li estará bien, no te preocupes y no nos perderás. 


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En los pasillos del departamento se vio un borrón pasar, saliendo de la habitación y corriendo hacia el baño. Dentro de él, estaba la castaña abriendo la tapa del inodoro y devolvió lo que ni siquiera sabía que comió. 

Las nauseas y vómito comenzaron unos días atrás, cosa que en realidad Li no tenía problemas de salud desde que empezó a entrenar para ser espía.

—Que día...—Susurró con molestia mientras terminaba de cepillarse los dientes. 

Se alistó para salir ya que empezó a trabajar casi un mes atrás, ese mismo día fue a emborrachar y sólo recordaba que tuvo el mejor sexo de su vida, debió quedarse a preguntarle cuál era su nombre, pero tenía prisa. 

¿Qué si recordaba su cara? Sí, era guapo. 


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—Serás una de los invitados de la fiesta, tienes que ser amiga del sospechoso principal.

—Entendido.

—¿Estás bien? Te veo un poco pálida. 

—Sí, estoy bien, puedo hacer el trabajo.

—Así me gusta, dedicada al trabajo, después de la misión, te daré unos días de descanso. 

La mujer hizo una reverencia agradeciendo y salió de la oficina, tomó una de las donas que compró su compañero de trabajo para compartir. 

—¿Y eso? Dijiste que no te gustaba lo dulce.—Dijo una de sus compañeros.

—Me dieron ganas de comer uno, además no me hará daño comer de vez en cuando.

Ah, pero cuando ya era hora de irse a su casa, su hermana ya estaba esperándola en el departamento de la mayor y fue testigo de como Li vomitaba todo en el baño, entonces terminaron en el hospital privada por parte de su padre. 

A different destination. [Niecest]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora