capitulo 17

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Mamá estaba bien; un tanto alterada y paranoica, mucho más que antes pero era el centro de atención de sus amigas en la siguiente reunión, se victimizaba frente a ellas porque le gustaba la atención que recibía. Contaba las atrocidades que vivió ese martes a la noche a todo el mundo; el día siguiente la encontré contándole al cartero lo que le paso, pero lo cierto era que no sufrió tanto; se había encerrado en la farmacia junto a las demás personas y nunca llegaron a entrar allí, cuando todo se disperso pudo salir a hablar con papá para que le vaya a buscar.

El hecho no salió en los diarios locales, seguramente tampoco en los nacionales (aunque no sabía porque los diarios de Paris no llegaban desde hace semanas), el alcalde no salió a hablar ni dar explicaciones de porque una mujer embarazada fue fusilada en plena plaza a la vista de todos, pero lo ocurrido si fue pasando de voz en voz y dos horas después todas las personas del pueblo estaba hablando de eso.

Algunas personas decían que se lo merecía, por intentar abortar al bebe. Otros no podían creerlo por la buena persona que era, había llegado un pequeño rumor de que el bebé que esperaba era del profesor Castelli pero no tuvo mucha repercusión aunque fuera cierto, la señora Norris había dicho que era fruto de un amorío breve con un hombre que ya no estaba en el pueblo y por eso quería desasirse del bebe y como lo decía la señor Norris tenía todo el mundo comenzó a hacer circular esa versión como verdadera.

Me molestaba escuchar como las personas decían que se lo merecía, me molestaba la hipocresía de este pueblo, me molestaba que fueran hijos del rigor porque hasta que no vieron la gravedad del mundo en el que estamos viviendo no aceptaban que estábamos en guerra, me molestaba tener que vivir con miedo, me molestaba saber que ahora convivíamos todo el tiempo con el enemigo, me molestaba escuchar como el hospital estaba repleto de personas golpeadas por el incidente, también que la señorita Cohen no fue la única vida perdida en esa noche, varias personas no volvieron a sus hogares luego de ese día.

Luego de ese día nada volvió a ser como antes. Había un aire a cambio, a pesadez, las personas tenían una espina clavada en el corazón que punzaba cada minuto. Hubo un momento, en las semanas luego que ellos llegaran, donde el pueblo volvió a la normalidad, donde las personas sabían que ellos estaban allí pero seguían haciendo sus vidas. Donde la mayoría ni si quiera le importaban su llegada, donde la incertidumbre mala de su llegada había desaparecido. Pero ahora era distinto.

Esa noche fue una matanza, una amenazada, una carta que decía "esto somos". Donde caíamos que convivíamos con ellos día a día. Qué eso, y peor, era la guerra. Qué ellos mandaban. Qué nuestro tiempo de break se acabó y nos teníamos que afrontar a la realidad.

No hubo clases en mi colegio por una semana porque las personas tenían miedo y no querían salir de sus hogares. No hubo funerales para las vidas perdidas porque no estaba permitido, algunos de los cuerpos no fueron identificados o encontrados. Charlotte me llamó asustada para contarme todo, no le dije que no hacía falta porque yo misma lo presencie porque seguramente me iba a preguntar cosas que no quería recordar, fue un momento horrible; no hacía falta remover el pasado. Me dijo que su padre estaba como loco, las personas lo llamaban a él de forma secreta para pedir explicaciones o para preguntarle si estaban seguros; no, no estábamos seguros, estábamos en guerra, era hora que la realidad caía sobre ellos. También me contó que la policía no podía intervenir, de hecho alguno fueron a recoger los cuerpos y enterrarlos en fosas comunes por órdenes de los oficiales alemanes, estábamos bajo su dominio total, ellos eran los que mandaban. Me dijo que estaba preocupada por su padre porque lo veía impotente, la justifica para él era importante y no poder hacer nada le carcomía su cabeza.

Nos quedamos en casa toda la semana, como no había iglesia un grupo de personas decidieron que todos los días por lo que va de la semana a las 3 de la tarde rezar por el alma las personas mataron desde sus casas de forma simultánea, así que mi madre, Bonnie, Catherine y yo le dedicábamos una hora de nuestro día para eso. Mi gripe había disminuido conforme iban pasando el día y la noche en cuestión fue la última vez que tuve fiebre, había tomado mis antibióticos en los días correspondientes, mama me compro vitaminas para fortalecer mis defensas y obligo a papá que traiga leche de cabra también. Papá era una de las pocas personas que seguía trabajando en el pueblo, algunas tiendas de suma urgencia para la vida cotidiana también lo hacían, pero la mayoría decidía quedarse en su casa por miedo, pero él al dedicarse al campo no estaba en contacto con peligro por así decirlo, y decidió seguir trabajando. Además, odiaba quedarse en casa sin hacer nada aunque estuviéramos en guerra, incluso le preguntó a Sebastian si necesitaba algún tipo de permiso para circular a lo que él dijo que no era necesario si no quería abandonar el pueblo.

Buenas Noches SebastianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora