Capitulo 15

1.2K 81 2
                                    

Le mentí a mi madre.

Era la primera vez que le mentía.

Le ocultaba cosas tal vez, como la vez que no le conté que Lando y Alex también estaba en la casa de Charlotte y que Lando me acompaño hasta casa y que esa misma noche también Sebastian me había ayudado.

Sebastian, me ayudo y éramos completos extraños, le agradecí regalándoles libros y él me ignoro, días después tuvimos una intensa conversación en el desayuno, luego volvíamos a ser completamente extraños, ni saludos, ni miradas y ahora me había dado libros para que no vaya a la biblioteca y no corriera peligro. De solo pensar él acordándose de mí en alguna parte de su día, entrar a una biblioteca destruida y buscar libros que me gustará me producía una sensación extraña en el estómago.

Le mentí a mi madre diciendo que me sentía mal para ir al colegio, ella me regaño por haber caminado de noche bajo la lluvia con el frio pero me dejo quedarme en casa. No sabía los horarios de Sebastian, así que solo quedaba esperar hasta que llegara.

Me quede la mayor parte del día tirada en el sofá tapada con una manta leyendo uno de los que libros que Sebastian me había regalado y bebiendo un amargo y asqueroso té que mama hizo que Bonnie me lo preparará y me lo recargara cada vez que se me agotaba.

Había 2 libros de amor, uno de aventuras, uno suspenso y otro eran pequeños relatos de todo tipo. Antes de bañarme ayer me di el lujo de leer las primeras dos páginas de cada libro y quede maravillada. Eran libros interesantes, los guarde en el baúl de madera que tenía en mi habitación para que nadie los viera. Si mamá o papá o Charlotte, incluso Lando los llegara a ver sería peligroso, pensarían que yo me escapé a la biblioteca o peor aún, tal vez descubran que Sebastian me los había traído y ¿cómo les explicas que el soldado nazi que vive en tu casa, que se supone que debes temer y odiar te trae libros sin que parezca que me esté acostando o siendo acosada con por él? Imposible

Así que decidí que conforme me los vaya terminando, lo sacare.

¿Era posible que los libros capten el olor corporal de una persona en tal solo horas? No lo se, pero estoy segura que estos libros tenían impregnado el olor a Sebastian, o tal vez su olor ya estaba flotando por toda la casa. Una colonia suave que no conocía, gel de pelo y jabón blanco. A eso olía. Y su aliento a menta mezclado con los cigarrillos que fumaba.

A vecés dejaba de leer imaginándome lo que la historia me contaba, y miraba hacia la nada abrazando el libro. Estaba feliz.

Pero todo eso se derrumbó cuando mi madre llego de hacer los mandados con Catherine y me toco me toco la frente.

-Tienes fiebre.

No lo había notado y no me sentía mal pero según ella estaba demasiado roja y cuando me saco la frazada sentí frio y eso que afuera había un luminoso sol. Al parecer la mentira no resulto tan mentira.

Mamá me obligo a cambiarme y acompañarla al hospital a pesar de mis constantes "estoy bien" "ya se me pasara".

Ella tenía una especie de trauma cada vez que me agarraba fiebre, cuando era chica estuve 3 días con 44 de fiebre, básicamente estaba inconsciente antes de que los antibióticos hicieran efecto. Desde entonces no me enfermaba y si lo hacía era algo leve como una tos o alergia, pero cada vez que producía un poco de fiebre mama me alteraba.

Como ahora por ejemplo. Estábamos caminando/ corriendo hasta el hospital porque papá había llevado el auto al campo. Cada paso de daba me parecía cansador y mis pies no me respondían, tenía sueño y solo quiera volver a mi cómodo sillón y terminar de leer mi libro.

Cuando llegamos al hospital teníamos que esperar hasta que el doctor Joffre nos atendiera. Era médico de prácticamente toda la familia, y bueno, solo había dos médicos en el pueblo y uno era un viejo con parquin son.

Buenas Noches SebastianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora