Capitulo 21

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-¿Me acompañas a la casa de Basile para pegarle?- me pregunta Char con una mirada inocente un día mientras salíamos del colegio. La jornada había estado... ¿bien? ¿normal?. Me había tocado dos horas seguidas con el profesor de química, y para ser exactos no era mi profesor favorito o el más apasionado a la hora de enseñar su materia, de hecho nos contaba una y otra vez porque no se hablaba con su padre pero que él tenía la razón. Un hombre muy interesante que lo último que hacía era enseñar su materia y lo último que yo quería era tenerlo dos horas seguidas.

-¿Qué? ¿Porque?.

-Se supone que debía ayudarme para el examen de matemáticas ¡lo estuve esperando toda la semana!, siempre se escapa o no viene; como hoy- dijo enojada.

-Entonces... ¿quieres ir a patearle la puerta porque no te está ayudando para matemáticas?

-Y porque se escapa de mí en los recreos, y porque nos evita.

-¿Nos evita?- pregunte confundida caminado a su par. Pisábamos la nieve dejando las huellas de nuestras botas. El sol nos acompañaba y a diferencia de los otros días parecía que no se iba a esconder tan rápido.

-¿No te has dado cuenta? ¿Dónde tienes tu cabeza?- Sabía perfectamente donde tenía mi cabeza. Me encojo de hombros- básicamente tenemos que secuestrarle para que pase tiempo con nosotras en el receso- se detiene de golpe y me sujeta del brazo asustándome.

-¿Qué pasa?-pregunte alarmada-¿estás bien?

Me mira con los ojos abiertos choqueada-¿y si tiene novia?

Mis facciones se relajan y suelto el aire que contuve. La asesine con la mirada- No vuelvas a asustarme así - le dije enojada y volví a caminar.

Ella vuelve a caminar conmigo aun con su rostro de preocupación y entrelaza su brazo con el mío - Esto es serio, ¿qué tal si tiene novia y nosotras no sabemos?, me siento devastada, somos sus amigas, somos las hermanas y el hermano que nunca tuvimos.

-Tú tienes hermanos.

-Si pero él es él que nunca tuve. No puedo creer que no nos lo haya dicho-siguió dramática a mi lado completamente preocupada- somos como mano uña y mucre, tú le enseñaste a leer y yo a que hacer pis en el jardín está mal.

Fruncí el señor al escuchar lo que acababa de decir- no le enseñaste le tiraste de la hamaca y le amenazaste que no vuelva a hacer pis en tu jardín o le encerrarías en el sótano.

-¿Pero volví a hacer pis en el jardín? no, así que mi táctica funciona.

Puse mis ojos en blanco.

-No creo que tenga novia - dije volviendo a la conversación anterior - ni siquiera sé si le gusta una chica, creo que no le gusta una chica desde sexto.

-Entonces ¿qué le ocurre? .

-No lo sé, pubertad. Otal vez le está ayudando a su padre en el trabajo; cuando te fuiste con tu abuela paso tiempo trabajando con él.

-¿Y qué? ¿Por eso esta raro y nos evade?, no, a este chico algo le pasa y tenemos que averiguarlo.

Charlotte era así, se preocupaba por los demás, tenía el corazón más sensible y fuerte que conocí jamás. Tenía mucho peso sobre sus hombros. Desde que murió su madre ella se olvidó la figura materna para sus hermanos y en su casa, trataba de no ser una carga para su padre, y nunca la había visto llorar por la herida que sabía que aún no se cerraba por la muerte de su madre, ni por los problemas que podría tener en su casa. Siempre estaba alegre y le gustaba ser el centro de atención de la diversión, veía el lado positivo a todos, era el tipo de persona que no distinguía si una persona tenía cáncer o una astilla en su mano, trababa a todos los dolores por igual y se compadecía de todos.

Buenas Noches SebastianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora