Capitulo 38

842 70 5
                                    

-Tu tío se volvió loco - le susurré a Sebastian intentando no alzar tanto la voz pero quería gritar.

Suspiro resignado y se encogió de hombros -probablemente sí.

-No puede hacer una fiesta estamos en guerra.

-Te sorprendería las cosas que le interesan menos a mí tío.

-¿Cómo hizo la señora Civil para convencerlo? El señor Kahnwald ya le había dicho que no.

-El señor Kahnwald no es mi tío, a él le gusta la fiesta. Seguramente la señora Civil logro interceptarlo y le dijo algo, escuche a esa señora antes, es bastante persistente y da argumentos buenos.

-Qué son mentiras.

-De todas formas son buenas. Si mi tío aceptó el gobernador no tiene otra opción.

-¿Entonces -fruncí el señor disgustándome lo que estaba apunto de contar -se realizara el baile?

-Si -puso los ojos en blanco también disgustado por los acontecimientos sorpresivos -intentare hablar con mi tío y saber que carajos paso pero no creo que cambie mucho las cosas. No te preocupes, es solo un estúpido baile.

-Si pero yo tendré que ir a ese estúpido baile.

Hizo una mueca y miró alrededor asegurándose de que no venga nadie. Estábamos en la calle, le había visto rondando los campamentos, no pude contenerme y antes de entrar al colegio me quede en la vereda tratando de simular que acomodaba mi mochila en un banco cerca. Esperé hasta que me viera y cuando lo hizo le hice señas para que nos veamos en el mismo callejón que me llevo cuando me salvo hace unos meses que estaba a solo unas cuadras de distancia. Fui primero y luego de tres minutos llego, estábamos bastante ocultos, no creía que nadie nos pueda llegar a ver pero él parecía inquieto.

-Es peligroso no deberías hacer más esto - me dijo tenso.

-Lo siento -dije arrepentida bajando la cabeza. Tenía razón -es que quería hablarte.

Escuche como suspiro y sus botas dieron un paso hacia mí, lo siguiente que sentí fue sus manos tapadas por sus guantes alzándome la cara para que lo mire -Solo no lo vuelvas a hacer ¿está claro?

Asentí.

Cuando hacia eso me sentía vulnerable, él era más grande y alto que yo que sentía que podía decirle cualquier cosa y aceptar todo cuando estaba así de cerca y me dejaba llevar.

-Bien -susurro pero de estar preocupado algo cambio bruscamente. Sin previo aviso su rostro paso a serio con un gesto que conocía bien.

Miro de reojo hacia la salida del callejón y cuando se convenció de que nadie nos vería saco lentamente su mano derecho del guante, me apretó más a él y su otra mano se fue directo a mi cuello apretándolo un poco al mismo tiempo que me levantaba la cabeza para que lo mirará fijamente. Su pulgar derecho delineo los bordes de mi labio hasta que finalmente hizo que los separará para luego meterlo a mi boca.

Me quede helado un momento sin saber qué hacer, él arqueo la ceja esperando a que haga lo que quería.

Y lo hice. Moje su pulgar con mi lengua y una media sonrisa se plasmó en su rostro mientras él movía su pulgar y yo lo seguía con mi lengua chupándolo hasta el punto que lo metió tan adentro que hizo que tosiera. Sebastian retiro su mano rápidamente pero tenía una mirada divertida como si hubiese querido causar esa reacción.

A mí no me gusto pero no se lo dije.

-Deberías irte al colegio -me dijo como si nada hubiera pasado antes. Me dio un beso que quise profundizar pero él se separó - No me provoques. Aguarda a esta noche.

Buenas Noches SebastianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora