Nerviosa, angustiada y sobre todo triste. Hoy me convertiría en la esposa de un hombre que no conozco, hoy me tendría que entregar a él en cuerpo y alma. Desde este preciso momento yo Amira Abdul, dejaría de ser la simple chica que se la pasaba horas leyendo trincadas novelas románticas, a la mujer de un rey Arabe. Desde hoy mi papel cambiaría, se me exigiría traer al mundo un heredero, se me exigiría cumplir las leyes y sobre todo ser la sumisa de mi esposo.
Cierro mis ojos, trato de mantener la compostura y no echarme a llorar como niña pequeña, cuando ya siento que todo está bien, que mi cuerpo se relaja, los vuelvo abrir, resignada a la realidad.
Mis ojos están fijos en la imagen que aparece en el espejo del enorme vestidor, mi corazón late de prisa al verme así, vestida de blanco, con una enorme y brillante corona tallada en oro, plata y hermosos zafiros incrustados. Mi cabello esta trenzado delicadamente con horquillas aperladas, haciendo de ella un moño elegante y sofisticados. Un maquillaje bastante recargado hace que me vea mucho más mayor. Mis manos llevaban unas pulseras de platas y diamante, y por un momento mi corazón de encogió, es como si fueran grilletes para mí.
Adornos de henna pintan mis manos, estomago, una buena parte de mis muslos y espalda. Aunque el vestido los tapa, aun puedo imaginarlos allí. Y lo peor de todo, es imaginarme las manos de Selim tocando cada parte de ellas. Mis manos se hacen puños, niego. El mundo es un enigma, y lo peor de todo es un perfecto y astuto jugador.
-Hija...
Me volteo, mi madre me mira llorosa y con una sonrisa triste, sé que ella no pudo hacer nada, y de igual mi padre lo evitaría.
-Crees que logre ser feliz...- pregunto.
Ella se acerca a mí, acuna mi rostro y besa mi frente, para luego mirarme fijamente- nosotras las mujeres jamás hemos sido dueñas de nuestras vidas. Los padres siempre han elegido los maridos y las esposas de sus hijos a través del tiempo. Eso hasta ahora jamás cambiara, a pesar de que nos neguemos aceptarlo. Soy consciente de lo difícil que es, pero si te niegas desde un principio tu vida no será fácil en este lugar, si te dejas llevar, quizás tanto tu como tu esposo encontraran el amor en el camino del matrimonio- la abrazo, me aferro a su calidez, la extrañare mucho, tanto que incluso duele- mi amada niña, ya verás que todo estará bien, además Selim es un hombre guapo- confiesa, sonrió- ¡acaso no lo es!
-Sí que es guapo, aunque muy frio para mi gusto- me separo de ella, arrugo la nariz y hago una mueca- demasiado serio y muy autoritario.
Madre se encoje de hombros- todo hombre serio tienes su lado tierno dormido, solo les hace falta la mujer que despierte esa ternura, quizás esta noche lo haga- arrugo el rostro, la sangre se acumula en mis mejillas, recordando una vez más a Selim tocándome.
-Y si no me gusta- murmuro apenada, madre se ríe.
-Bueno, pues en mi noche de bodas a mí me gusto por que no sería igual contigo.
-Madre...- me quejo, no me gustaría imaginar a mí 'um haciendo esas cosas con baba.
-Majestad...
Miro hacia la puerta, la joven muchacha mucama del palacio entra haciendo una leve inclinación de cabeza.
-Si...
-Ya es hora- responde, miro a mi madre un par de segundos para luego asentir. Madre se acerca a mí, acomoda el velo de ceda, y me ayuda a salir. Tanto las esposas del padre de Selim como las hermanas y varias mujeres que no conocían esperaban afuera, me sorprendí bastante al verlas, pero el velo ocultaba mi desconcierto.
-Te vez preciosa querida, que Allah te llene de dicha, que te otorgue felicidad y una noche fértil, donde puedas traer al mundo un nuevo heredero para nuestra tierra- habla una muy sonriente Hisu, un escalofrió me embargo cuando las mujeres empezaron hacer su canto con el tarareo de sus lenguas.
-Ya es hora Cariño- murmura mi madre, yo solo empiezo a caminar, dispuesta a cumplir con mi deber.
***
Mi vista esta fija, mi rostro neutro, siento que el aire no entra por mis pulmones, mis manos están en puños, ya no escucho nada, solo el resonar de mi corazón palpitante.
-Acepta usted...
Una lágrima cae por mi mejilla, incapaz de poder mantenerme a flote.
-Acepto...- susurro con la voz ronca, y las emociones arremolinados en mi estómago, siento que voy a vomitar, trato de mantenerme firme per se me hace difícil.
Reacciono cuando todas empiezan a plaudir, una de ellas levanta mi velo y me hace comer un terrón de azúcar- para que tu vida matrimonial sea dulce, felicidades mi señora.
-Gracias...- murmuro, ella vuelve a cubrirme el rostro, todas comienzan a cantar y bailar, me hacen levantarme y me guian por los pasillos, hasta llegar donde están los hombres. Cuando quedo frente a mi esposo me mantengo quieta sin mover ni un mínimo músculo. Sus manos levantan el velo. Mi mirada va hacia esos ojos mieles. Mi corazón empieza una vez más a retumbar, nerviosa y extasiada, por una vez durante todas las horas de este día, una paz me embargo al mirarle.
Lo veo sonreír de lado, besa mi frente, todos aplauden y las mujeres otra vez comienzan su danzar con la lengua- Jamila...- murmura, muerdo mi mejilla interior, el extiende su mano y sin bacilar la tomo. Empezamos a caminar por el saloncillo, para salir al salón principal donde todos los invitados están. Los aplausos no se hicieron esperar, la cantidad de personas en aquella sala era tanta que incluso creo que hubiese faltado espacio.
Nos sentamos en los tronos de los novios, y allí nos mantuvimos recibiendo felicitaciones y demás, tomamos bebidas dulces, también comimos una que otras cosas. Bueno Selim comió, mi estómago poseía un nudo tan apretado que no me dejaba dirigir nada.
Hasta que las luces menguaron, la gente se hizo a un lado, haciendo un enorme circulo, en el medio una bailarina esta en posiciones. La música da su lugar en la estancia, cuando la chica de clara piel, de ojos mieles y cabello castaño comienza a mover sus caderas. La chica tiene buenas curvas, incluso podría decir que parecía un reloj de arena. Pero lo más curioso de todo esto, que mientras bailaba sus ojos vivaces solo miraban a mi marido.
HOLAAA MIS CHIQUILLAS, ESPERO QUE ESTÉN MUY BIEN, MEJOR QUE YO. EL DÍA DE AYER EN LA NOVELA DE ASIM INFORME QUE SE ME HABÍA CAÍDO EL TELEFONEO EN EL TANQUE DE AGUA, POR LO QUE POR ESO NO PUDE PUBLICAR EL DÍA DE AYER, MI PREOCUPACIÓN POR MI BEBE HERMOSO ME HA TENIDO PARANOICA YA QUE NO PODRE COMPRARME OTRO SI SE DAÑA, ASÍ QUE OREN POR MI, EL TÉCNICO ME DIJO QUE NO TIENE NADA QUEMADO Y ESO ES ALGO, PERO QUE NO PRENDE, ESPERO QUE HOY SI PRENDA, SI NO A DIOS EDIMAR HERRERA, POR QUE MI MAMA ME ENTRARA A CHANCLASOS POR DESCUIDADA HE IRRESPONSABLE.
BIEN A LO DEL CAPITULO DE HOY, ESPERO ME DEN SU OPINIONES SOBRE LA ESTÚPIDA QUE MIRA A MI SELIM, PERDÓN AL SELIM DE AMIRA, TENGO GRANDES SORPRESAS PARA USTEDES, ESPERO QUE LO HALLAN DISFRUTADO Y NO SE LES OLVIDE DARLE SU VOTOS Y SUS COMENTARIOS. NOS VEMOS MAS AHORA, EN EL EPILOGO DE ASIM Y QUIZÁS EN OTRO CAPITULO DE ESTA MARAVILLOSA HISTORIA.
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Habibi ( tercer libro de la saga "AMOR EN EL DESIERTO")
RomanceElla sabia que no tenia alternativa, simplemente dejo que las arenas del desierto hiciera con ella lo que quisiera y es allí cuando no pensó que se enamoraría de él. Ella no lucho contra el destino, que tenia por perder si ya desde años sabia que el...