capitulo 14

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Me coloco el albornoz, para luego perfumar mi cuello, y una que otras partes de mi cuerpo, aun no se me han borrado los dibujos en henna y en gran parte me gusta verlas en mi piel. Estoy dispuesta a acostarme cuando una de las mujeres entra.

-Su alteza...

-Si- Salma entra hace un pequeño asentimiento con su cabeza.

-Su majestad en Emir quiere verla...- frunzo el ceño ante aquello, hace ya un mes que el dejo de llamarme, y tenía días que no le veía, desde entonces me he mantenido muy ocupada para no afligirme por ello. Selim es un hombre muy ocupado, los tratados del país, sus variaciones de viajes lo han mantenido lejos, a pesar de tener tan solo tres meses de matrimonio, me he llegado a sentir sola, por lo que he tratado de entablar amistad con mis sirvientas.

-Esta bien... no os dijo para que me llamaba- niega.

-Solo me dijo que no será necesario de que vuelva, que lleve su ropa de dormir y que la espera en su recamara- relamo mis labios, un nervio instintivo de apodera de mí, por lo que simplemente coacciono, me dispongo a terminar de prepararme. Me miro al espejo ya lista y luego voy hacia la mesilla de noche, recojo mi libro y salgo de mis aposentos. Entro por el pasadizo que me da camino a la habitación de mi esposo, cuando llego a la puerta, me volteo y le digo a Salma que ya puede irse a dormir. Toco la puerta dos veces, cuando escucho el pase entro.

Me sorprendo encontrarlo sentado en su escritorio, muy concentrado leyendo documentos. Tranco la puerta tras de mí y me encamino hacia él.

-Me llamabas- hablo un poco nerviosa, tenía tiempo que no lo veía, y su presencia despierta en mi un deseo inaudito de siempre estar con él.

-Si... Mañana es 23 de septiembre, el aniversario de nuestro país, por lo que quiero que te encargues de la organización y el banquete que daremos mañana en el palacio- dice sin levantar su mirada- vendrán toda mi familia, jefes de estados y algunos tribunitas, todo debe quedar perfecto para la noche- no respondo, durante toda su charleria no se ha atrevido a levantar su rostro.

-Y mi familia vendrá- pregunto, esta vez si levanta su mirada.

-No...- responde, arrugo el ceño y retrocedo un paso.

-¿Por qué?- pregunto nuevamente.

-Los que estarán aquí son los de la familia real, y hombres importantes no es necesa...

-¡YA! No digas nada- reprocho, me doy media vuelta, enojada y triste, no comprendo cual es el problema de que este mi familia en las fiestas que se celebran en palacio.

-Amira... - me llama, pero decidió ignorarle. Abro la puerta dispuesta a salir- ¡Amira, no te he dicho que te vayas!- me detengo, cierro mis ojos un momento, respiro hondo antes de voltearme y enfrentarlo. Él aún está sentado, sus ceño fruncido y si cuerpo tenso.

-Ya he tenido suficiente Selim, primero fue la celebración del ramadán, segundo tu desaparición de un mes, y ahora otra vez mi familia no estará, ya me doy de cuenta que solo me quieres mantener alejada de todo- él se levanta con brusquedad, con la rabia en su mirada.

-¡YO SOY TU FAMILIA AHORA!- responde, mis manos se hacen puños, lo miro por un par de segundos, para luego irme dando un fuerte portazo. No pienso tolerarlo.

Cuando llego a mi recamara, lo único que me atengo es a tirar el albornoz y acostarme a dormir, para así olvidar mi obstinante vida en este palacio.

***

Me despierto sobresaltada al escuchar un ruido, mis ojos barren el lugar cuando veo la figura de Selim caminando hacia mí.

-Que haces aquí...- pregunto con osadía.

-Vine a dormir con mi mujer- responde metiéndose en la cama. Me levanto de ella, tomo mi almohada y una sábana- ¿qué haces?- pregunta.

- Voy a dormir en otra parte- respondo sin más, me encamino hacía el enorme sofás que se encuentra cerca del ventanal, acomodo la almohada y me acuesto, me arropo y cierro mis ojos. Selim suelta un pesado suspiro. Me doy vuelta para acomodarme de lado cuando siento unos brazos que me levantan con rapidez y me colocan sobre su hombro- ¡BAJAME SELIM, QUIERO QUE ME BAJES!

-¡Cuando dije que dormiría con mi esposa, lo dije muy enserio!- me baja y me obliga acostarme a la cama, trate de escapar pero sus brazos me encerraron entre su cuerpo. Trato de evitar llorar como una niña pequeña pero termino fallando, un sollozo sale de mi garganta. Selim se tensa, mi espalda esta contra su pecho, su brazo enroscado en mi cintura y mi cabello tapando mi rostro. Una de sus manos quita la maraña de pelo de mi cara, besa mi coronilla, su agarre se vuelve más suave- no quiero que llores habibi, no me gusta verte así.

-¡Dejame sola Selim!- digo seria entre lágrimas.

-No are tal cosa- responde, aferrando mi cuerpo contra el suyo. Suelta un suspiro- solo quiero que te acostumbres a mi habibi, cuando tu familia esta eres otra, siempre me haces aun lado, por lo que te quiero solo para mí- mi labio inferior tiembla, trato de quitar su brazo pero no me deja.

-No seas ridículo Selim, siempre soy la misma, solo son escusas tuyas para mantenerme aislada de las personas que amo.

-No quiero compartir tu amor con nadie- responde.

-Y tu si puedes compartir tu amor con Inna, no es así.

-Amira...

-Crees que no lo sé...- respondo- crees que no la vi entrar hace dos semanas atrás a tu recamara.

-Nuestra recamara, y ella solo fue...

-No quiero saber nada, no me importa... y no copares mi afecto hacia a ti por el sentimiento de amor hacia mi familia- silencio, solo ese crudo silencio, creo que es lo mejor, mientras más cerca estamos siempre habrá algo que nos separe.

"Roto el corazón de los amantes, celosos y obsesionados con el amor"

Habibi ( tercer libro de la saga "AMOR EN EL DESIERTO")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora