SELIM...
Después de haber dejado a mi esposa en su recamara, decidí adelantar trabajo en mi despacho, allí me la pase la mayoría del tiempo hasta que a las doce de la noche me fui acostar, solo me cambiaria y me iría a dormir con mi adorada esposa, hoy fue un duro día, por lo que estaba un poco robótico para todo.
Pero me llevo una sorpresa enorme cuando entro y encuentro a la chica que mi tío me regalo, frunzo el ceño al verla desnuda en el medio de la habitación, por lo que tranco la puerta y me acerco a ella un tanto enojado.
-Que haces aquí...- le pregunto, ella alza la mirada y me sonríe, una sonrisa tan inocente y bonita, niego mentalmente al ver a donde van mis pensamientos.
-Su alteza, se me es mandada para complacerlo esta noche, ya que hoy ha tenido un día muy pesado es bueno que deje que yo lo relaje un poco- la chica acorta la distancia y empieza a tocar mi pecho, yo voy alejarla pero sus pequeñas y delicadas manos toman de mi rostro y me besan, cierro mis ojos y me deleito en ese beso tan caliente y fugas.
Mi cuerpo reacciona a sus caricias, y sin pensar en las consecuencias la tomo en brazo y la llevo a mi cama, la acuesto y comienzo a poseerla.
Pero todo cae como un bálsamo de hierro caliente, cuando abro mis ojos y empiezo a razonar sobre lo que había echo, ya era demasiado tarde. La puerta se abre con lentitud, pero ni eso me dio tiempo de alejarme de la mujer que estaba bajo mi cuerpo.
Amira había entrado con una enorme sonrisa que se borró al momento que vio la horrible escena, me sentí como un maldito desgraciado, me sentí como el peor y poco hombre del mundo, al ver como de sus ojos veía todo tipos de sentimientos negativos dirigidos para mí y para la mujer que estaba bajo mi cuerpo.
No pude ni siquiera levantarme cuando ella se fue corriendo de la habitación dando un enorme puertazo.
-Su alte...
-¡LARGO!- digo enojado.
-Pero mi señ...
-¡QUE TE LARGUES ACASO NO ENTIENDES!- la mujer se sobre salta, y se levanta de la cama de prisa, se viste y se marcha, dejándome completamente solo.
Sin poder hacer nada, paso mis manos con desesperación por mi rostro y por mi cabello jalándolo un poco al momento. Frustrado, ha arrepentido y muy conmocionado.
El pánico me embargo a sobre manera, mis manos se hacían puño a cada instante, hasta que decido darme un baño rápido he ir por ella, necesitaba verla, necesita explicarle, a pesar de que no tenga excusa alguna.
Amira, es una mujer muy celosa incluso podría decir que más que yo, pero siempre sabia controlarse, tenía ese don de mantenerse callada para luego cuando el momento llegara atacar con todo lo que puede.
Me coloco un chándal y una franela de mangas cortas, salgo de mi recamara y voy directo a su ala. Pero al llegar me llevo la grata sorpresa que su puerta está cerrada con seguro. Los nervios me recorren cada tramo de mi anatomía, por lo que desisto. Por ahora no quiero molestarla, así que decido dar media vuelta y marcharme, dejando que se tranquilice para después hablar civilizadamente con ella. No podía arriesgarme a perderla, a que se alejara de mí, porque si eso llegase a pasar no lo soportaría, dolería mucho más que una bala en el pecho o en cualquier parte de mi cuerpo.
***
Miro el hermoso rostro de mi esposa, está dormida abrazada a mi almohada, verla así solo hace nacer un tramo más de culpa, suelto un leve suspiro, me siento en la cama y roso con mis dedos su blanquecina y delicada piel. Poco a poco ella se despierta, sus ojos al abrirse se encuentran hinchados por el llanto, muy pocas veces he visto a mi esposa llorar, ella siempre se atiene de que nadie ni siquiera yo la vea haciendo eso.
Mis caricias sobre su brazo siguen pero ella no volea a mirarme, sus ojos solo mira un punto fijo de la pared al lado.
-Buenos días habibi- hablo después de un rato de silencio sepulcral, no responde, ni mueve ni un musculo. Se mantiene neutra y callada como si no estuviera allí- mi cielo tenemos que hablar sí, creo que me merezco aunque sea...- ella rodea más la almohada y hunde su rostro en ella suelta un pesado suspiro y cierra los ojos- Amira por favor te ruego que me mires- no lo hace, sé que ella aun esta despierta, solo hace con su silencio lo que yo más temía, se ha alejado, me está dejando en claro cuál es su compostura en esto, por lo que me levanto dispuesto a marcharme y dejarla sola- cuando desees hablar, solo avísame o simplemente ve a mi despacho para que discutamos esto- hablo, ella no abre sus ojos, solo se mantiene allí callada sin ni siquiera dedicarme una mirada. Por lo que sin remedio alguno salgo tristemente arrepentido.
"Una traición rompe un corazón, y ni por qué trates de armarlo será igual"
HOLA CHICAS, ESTE ES EL ULTIMO CAPITULO POR EL DÍA DE HOY, AUN QUE YA EL CAPITULO 28 YA ESTA LISTO, NO LO PUBLICARE HASTA LA NOCHE SI HAY LUZ POR SUPUESTO, TAMBIÉN QUERÍA COMENTARLES QUE PARA AQUELLAS QUE NO SABEN CUANTOS CAPÍTULOS SERÁN, TAN SOLO TENDRÁ CUARENTA CAPÍTULOS, DEPENDIENDO COMO VAN LAS COSAS.
MUSICA DE SELIM Y AMIRA.
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Habibi ( tercer libro de la saga "AMOR EN EL DESIERTO")
RomanceElla sabia que no tenia alternativa, simplemente dejo que las arenas del desierto hiciera con ella lo que quisiera y es allí cuando no pensó que se enamoraría de él. Ella no lucho contra el destino, que tenia por perder si ya desde años sabia que el...