Capitulo 25

2.5K 209 12
                                    

Los días transcurrieron de una manera bastante rutinaria, y ahora con esta enfermedad mi marido me tiene recluida de todo deber innecesario, solo salgo para cosas importantes y la mayoría de los demás él se encara de ello, haciéndome sentir aún más exhausta, el no poder hacer nada, y mantenerme como una rehén en este harem se a convertidor en mi infierno personal, y si no hago nada me volveré loca en ello.

Voy en camino al despacho de mi marido cuando me encuentro a Hisu, ella me saluda con un asentimiento de cabeza yo solo me atengo a sonreírle tensa.

-Qué bueno verte por aquí querida, mayormente no sales de tus aposentos últimamente.

-Mis razones tendré para no hacerlo su alteza- ella sonríe con hipocresía.

-Que lastima, hay tantas cosas que hacer, y como esposa no has hecho muy bien tu trabajo, ni siquiera un hijo has podido traer al mundo después de tantos meses, ya han pasado un año y siente meses desde que te casaste- me tenso.

-Creo que ya ha he oído mucho de tus artimañas, lo mejor antes de perder la compostura es que me valla, mi marido me espera- doy media vuelta pero me detengo al escuchar nuevamente su voz.

-Ha si claro, él ahora debe estar dándoles indicaciones a la encargada de las concubinas que reintegre a una nueva que le regalo su tío Gasheni- responde, me tenso a sobremanera que incluso me falta el aire- se dice que es una excelente bailarina y posee una belleza bastante peculiar.

Me encamino de nuevo con los celos arremolinando mis pensamientos, cuando llego no toco la puerta solo entro, y allí lo encuentro, sentado en su lugar habitual detrás de su escrito de madera he incrustaciones de gemas.

Pero lo que más me llama la atención es la joven mujer que esta parada de un lado de habitación, la vista de la chica esta fija a la de mi marido, hice un esfuerzo a sobremanera para no arrancarle los ojos a esa mujer por mirar lo que es mio.

-Habibi...- Selim quita la mirada de la chica notándome ahora mi llegada.

-Zawja, que haces aquí...- pregunta serio, arqueo una ceja, mi vista se va a la chica y luego a él, pero antes de que yo pregunte, él le dice Gaiha que se retire y le prepare una habitación a la chica en el harem de las mujeres. Cuando ellas salen haciendo una reverencia y trancando la puerta tras de sí, mis ojos se van a mi marido, que me mira nervioso.

-¿Quién es esa mujer?- pregunto algo que se, pero solo quiero escucharlo de su boca.

-Es un regalo de mi tío Gasheni- responde tenso.

-Ha... y por qué tu tío tiene que regalarte mujeres cuando sabe a la perfección que tienes una esposa- le digo sentándome con una tranquilidad escalofriantes, a pesar de que por dentro estoy que muero por llorar como una niña mimada.

-Para nosotros es algo muy normal, me parece extraño que te sorprenda, ademas mi familia cree que necesito una esposa que me...- se calla de golpe, frunce el ceño y niega, me mira de nuevo a los ojos, yo simplemente me quedo callada esperando que termine esa frase que tanto odio, y que me hiere a sobremanera, últimamente entre nosotros las cosas han sido un poco difícil ya que no he podido concebir- ha que has venido habib...

-No cambien tu frase Selim solo termínala- murmuro dolida, el calla, no dice nada solo me mira arrepentido por herirme, pero lo han hecho tantas veces que cada día me acostumbro al dolor.

-Habibi...

-SOLO DILO- digo con dureza.

-Si sabes que iba a decir por qué quieres que lo diga.

Suelto un pesado suspiro, rio irónica y dolida- he escuchado tantas veces eso, de toda tu familia que cada vez esa aguja se hunde más, pero peor es escucharlo de tu boca- relamo mis labios, y trato de controlar las ganas de llorar, ese nudo cada vez se aprieta más en mi garganta- eso me destroza, me hiere a sobremanera que me recuerdes mi incapacidad de procrear- me levanto con tranquilidad.

-¡Amira!- no lo miro solo me doy me día vuelta para salir, con toda la calma que soy capaz de poseer- Zawja espera no te...

Antes de abrir la puerta hablo- iré a visitar a mi hermana, espero que no me niegues eso, he estado mucho tiempo encerrada aquí, y cada vez me asfixio mas, no soporto estar cautiva Selim.

-No iras a ninguna parte si yo no voy- murmura, solo volteo a mirarlo a los ojos, el me mira con cierto arrepentimiento pero serio a la vez.

-No te estoy pidiendo permiso, solo te lo digo porque eres mi esposo Selim no mi carcelero- y salgo sin esperar que me vuelva a negar salir de esta jaula de oro.

SELIM...

Me quedo allí sentado incapaz de soportar ese vacío que dejo mi esposa al marcharse de esa manera, jamás la había visto de ese modo, tan tranquila, fingiendo que no le afecta, escondiendo su dolor de mí, pero la amo, la amo de una manera incomparable, y me duele saber que la lastimo, y soy tan estúpido para callarme a sabiendas de lo mucho que sufre por ello.

Me acerco al ventanal que da vista a la salida, y la veo marcharse, y un fuerte presentimiento me alberga, pero las hago aun lado.

Tengo que darle un poco de libertad, mientras más la atenga en la fortaleza más dura se volverá conmigo. Estos últimos meses se ha estado comportando más fría, más controlada, y solo en las noches es que puedo disfrutar de la joven chica que conocí al principio, es como si ser la jequesa le estuviera quitando la inocencia y la estuviera volviendo más rígida, Y eso me molesta a sobremanera.

***

Estoy firmando algunos documentos cuando irrumpe mi tranquilidad, un hombre de la guardia entra con cara espantada, y me asusto por su manera de irrumpir mi despacho.

-Que ocurre...

-Es la reina, tuvo un accidente su alteza...

"QUIEN ERES TU PARA NEGARME AMAR A OTRO"

HOLAAA CHICAS, OTRO NUEVO CAPITULO, ESPERO LO HALLAN DISFRUTADO, BESOS A TODAS, NO SE LES OLVIDE VOTAR Y COMENTAR, CHAITO.

Habibi ( tercer libro de la saga "AMOR EN EL DESIERTO")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora