-Ah...-gimo extasiada, llena de tanta sobrecarga de placer que no podría ni siquiera negarme a nada, estaba segada, segada con sus caricias con su lengua viperina y aquel hombre que no me dejaba en paz, sabia a la perfección que su único objetivo es doblegarme ante él, sabía a ciencia cierta que solo quiere amarrar la cadena en mi cuello para no dejarme marchar, y sabía muy bien que jamás podría liberarme de él.
¡Pero tan solo soy una simple mujer, que puedo hacer en contra del hombre a la cual estoy malditamente enamorada. Como podría luchar contra el Emir de Arabia saudita, mi marido, el amor y dueño de mi corazón.
Sus penetraciones son lentas y cuidadosas, sabiendo bien lo delicada que es esa parte de la anatomía, jamás estuve de acuerdo que el sexo valla más allá de lo normal, y que ahora haya caído en las redes, y que a pesar de mi negativa a que Selim poseyera otra parte de mi cuerpo no estuvo en mis planes, pero no pude negarme, supo cómo jugarla a la perfección para poner al tope del éxtasis, y ahora, en este preciso momento, me tenía a su merced, sudada y mareada por la increíble he inexplicable forma de darme todo el placer que jamás había sentido en mi vida.
He tenido que morder la almohada para acallar mis gritos, he tenido que clavar mis uñas en la cama para poder soportar esa acumulación deliciosa que se enfrasca en mi vientre. Los lentos y precisos movimientos de Selim me están matando y partiendo en dos, y sin poder retenerlo más llego al más delicioso orgasmo.
Jadeante, caigo en la cama como peso muerto, cansada y extasiada, plenamente satisfecha con lo acometido. Selim me hace voltearme y me besa dulcemente, "Dios cuanto me gusta que me bese" nuestros cuerpos están sudados y resbaladizos, él me hace recostarme en su pecho y ya soñolienta me quedo profundamente dormida con sus caricias en mi cabello.
-Te amo Habibi, te amo demasiado, y es por eso que nunca te dejare ir, estas atrapada a mí, ambos estamos encadenados, y yo no dejare que tú cortes esas cadenas por un error inexplicable que yo haya cometido.
***
Llegamos a palacio, desde que me desperté he evitado a Selim toda la mañana, no tuve alternativa, así que me obligo a volver de nuevo a la jaula de oro. Me bajo de auto después de que el chofer abriera la puerta, me adentro a la enorme casa y me voy dirigiendo al harem.
-Amira...- me detengo, volteo para verlo. El me mira con el ceño fruncido- hoy en la noche te espero en mi habitación, alístate con un traje quiero que bailes para mí- mi vista se va tras su espalda, a la cual esta Hisu con una sonrisa de satisfacción, no sé qué trama pero lo más seguro no es nada bueno.
No digo nada, solo doy media vuelta y me encamino de nuevo a mis aposentos. Aun que me quedo un poco intrigada al escuchar a Hisu murmurarle que necesita hablar algo muy importante con él.
Camino por los pasillos, y atravieso una buena tanda del jardín, pero me sorprendo al ver a la mujer que se revolcó con mi esposo la otra vez. Ella está sentada en una de las butacas del jardín comiendo bocadillos y disfrutando del sol, mi enojo se acrecentó, y me voy directo a ella. La mujer al verme se levanta de prima y me mira un poco temerosa, pero en sus ojos puedo ver una mirada de satisfacción.
-¿Qué haces aquí?- le pregunto molesta.
-Fui traída a palacio para hablar con su alteza- frunzo el ceño.
-Para eso está su despacho, así que lárgate de mí harem- ella niega sonriente.
-No se equivoque mi señora, este harem es para las esposa de su majestad, y yo ahora soy una de ellas.
-Aquí la única equivocada eres tú, yo soy la esposa de Selim su única mujer y la que reina a su lado, ahora no lo repetiré lar...
-Yo también soy su esposa, yo llevo en mi vientre en futuro de la dinastía, soy la futura madre del heredero al trono...
Me quedo en shock al oír aquello, y sin más retrocedo, doy media vuelta y corro hacia el despacho de Selim "no puede ser cierto, eso no puede ser verdad" al llegar no me importo que estuviera haciendo, abro la puerta de golpe haciéndola chocar contra la pared. Sus ojos me miran sorprendido y arrepentidos a la vez. Hisu estaba allí, con una enorme sonrisa en su rostro.
-Largo...- murmuro sin dejar de ver esos ojos a los que tanto amo.
-Pero quien eres tú para...
-QUE TE LARGUES ACASO NO LO ENTIENDES- le grito, ella se sobresalta, la miro con todo el odio que le tengo, ella mira a Selim y el solo asiente. La mujer se marcha cerrando las puerta tras de sí, el silencio llena todo el lugar- Como pudiste- mi voz de quebró, las lágrimas poco a poco comenzaron acumularse en mi rostro y cayendo de prisa sobre mis mejillas- cómo pudiste Selim- vuelvo a murmura casi en un hilo de voz, él se levanta y pasa sus manos por el rostro.
-Perdóname habibi, yo... yo no sé, pero tendré que casarme con ella- eso fue la gota que derramo el vaso, alzo mis manos y tomo la corona de mi cabeza, esa corona que representa mi fidelidad, esa corona que representa el amor de mi marido. Camino hacia el frente y la dejo encima de su escritorio, él mira el objeto por un buen tiempo.
-Destruiste cada parte de nuestra estabilidad, destruiste nuestro matrimonio Selim, no pretendas que te perdone cuando has destruido por completo el respeto y el amor que te tenia- le digo, sus ojos se alzan para verme, el empieza a negar, alzo mi mano- este anillo que vez aquí, no es merecedor de que este en Mi mano- me lo quito y lo dejo en el medio de la corona- ya no soportare más esto, has hecho suficiente. Tú decides Selim o me dejas marchar, o simplemente atente a las consecuencias de que hablare con la corte imperial arábica para que prepare el divorcio.
-No serás capaz de eso- responde nervioso.
-Si soy capaz, si quieres pruébame- respondo tajante.
-Amira...
-No pienso vivir en el mismo techo con esa mujer, no pienso ver cómo nace aquel bastardo de su vientre, ya está decidido, no me separare de ti pero si me iré de aquí, seguiré siendo la Jequesa Amira Salman de al Gala, pero no seguiré siendo tu esposa- refuto seriamente, saco todo el aire retenido y decido marcharme, pero antes de abrir la puerta digo- no me esperes en tu recamara, porque no iré, si quieres pídeselo a tu nuevo mujer- salgo
"La llama del amor no es tan fuerte como para vencer la hoguera de la traición"
HOLA SOY YO OTRA VEZ, OTRO CAPITULO ESPERO Y LO HALLAN DISFRUTADO, NO ME MATEN OK, TAMPOCO ODIEN A SELIM, ES QUE EL NO ES UN NIÑO NORMAL JEJEJEJ DALE TU VOTO Y NO SE TE OLVIDE COMENTAR MIREN QUE YO ADORO LEER LO QUE COMENTAN USTEDES, BESOS A TODAS Y LAS QUIERO, GRACIAS, POR SU ENORME APOYO Y POR LEER MIS LIBROS.
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Habibi ( tercer libro de la saga "AMOR EN EL DESIERTO")
RomanceElla sabia que no tenia alternativa, simplemente dejo que las arenas del desierto hiciera con ella lo que quisiera y es allí cuando no pensó que se enamoraría de él. Ella no lucho contra el destino, que tenia por perder si ya desde años sabia que el...