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Narra Michelle

Cómo siempre, me encontraba en el hospital sólo que esta vez tomé un turno nocturno para poder salir el fin de semana con Emanuel.

Apenas iba en la mitad de mi turno y ya estaba cansada, había muchos pacientes en urgencias y mi vientre dolía debido al ajetreo pero también a  una presión que sentía en la parte baja.

-Por Dios...-Apoyé mi mano en una camilla vacía mientras trataba de respirar profundo.

-Doctora se encuentra bien?-Me preguntó una enfermera.

-Si, no se preocupe, podría traer los resultados de la camilla 4 por favor?

-Por supuesto.

Me senté en la camilla para descansar un poco mientras acariciaba mi vientre ya abultado.

-Cómo va el turno? - Preguntaron a mis espaldas.

Al voltear me encontré con el Doctor Brown quien traía puesta su cofia y uniforme.

-Bien, algo difícil pero nada por qué preocuparse- Le sonreí.

-Te sientes bien? Te ves pálida y cansada.

-S...si,es que hace varias semanas que no hacía un turno nocturno.

-Segura? Puedo pedirle a algún residente que cubra urgencia para que vayas a descansar.

-Estoy segura, no te preocupes.

-Está bien, si me necesitas voy a estar en el quirofano 2.

Antes de irse me abrazó y besó mi cabeza, mi celular vibró pero cuando lo iba a revisar la enfermera llegó con los resultados.

-Gracias-Le dije para después revisar las tomografías- Avisa a Neurología para una consulta y si pasa algo llámame.

[...]

Me empezaba a sentir muy mal y decidí ir a una sala de descanso para tratar de descansar , llamé a Emanuel a pesar de la hora pues sabía que su voz me iba a tranquilizar.

-Hey... - Solté.

-Hola mi amor, cómo estás?-Dijo despierto para mi sorpresa.

-Bien...-Suspiré- y tú? Qué haces despierto?

-Bien, estoy haciendo unas cosas que me pidieron del trabajo pero te oigo extraña, pasa algo?

-Me siento un poco mal pero debe ser por el estrés.

-Quieres que vaya por ti?

-No, tranquilo, sé que hablar contigo me va a ayudar.

Estábamos hablando pero mi atención se centró en la persona que entraba a la sala de descanso.

-Vaya, vaya que sorpresa verte Michelle.

-Diego...

-Bebé sigues ahí?-Preguntó Emanuel en la llamada.

Cerró la puerta y se acercó a mí, tiró mi teléfono fuera de mi alcance y se colocó sobre mí.

-Diego no,por favor... - Trataba de quitarlo para que no lastimara mi vientre.

-Quédate quieta!

Mi corazón latía muy rápido y por más que trataba de quitar a Diego no lo lograba, cuando empezó a darme besos en el cuello sentía asco y muchos recuerdos de cuando se trataba de sobrepasar conmigo invadían mi mente.

-Diego, quítate!

-Cállate! - Me abofeteó.

El miedo y la angustia me controlaban, Diego bajó sus manos a mi cadera para bajar mi pantalón y las lágrimas empezaban a brotar. A pesar de las patadas que soltaba para que me dejara era imposible detenerlo, el aire me empezaba a faltar pero yo no hallaba la manera de salir de ahí.

TAL Y COMO SOY  |  JOERICKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora