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— ¿Sabes qué? Después hablamos de esto, tengo un mierdero de cosas que hacer. Y no tengo tiempo para aguantarte. —murmuró fingiendo enojo, sabiendo que así era la única forma de que Peter se fuera, y él pudiera respirar.
— ¿Aguantarme? Vete a la mierda, Anthony —su voz salió dolida. Esta vez sí se alejó, Tony vio como Peter se bajaba del ring y caminaba hacia la puerta.
En ese instante, se dio cuenta que podía hace dos cosas:
Dejar que el castaño se fuera, quizás para siempre, de su vida.
O por una vez hacer lo que realmente quería, dejando detrás el miedo y lo que fuera que lo detenía.
— ¡Espera! —le gritó sin moverse de su lugar. Esperando que Peter se detuviera, o al menos lo escuchara antes de salir. —Yo te quiero, Peter. Y no como amigo. Te quiero y te pienso todo el maldito día, estoy asustado de ti y de mí. No sé qué hacer con lo que me pasa, siempre termino huyendo de todo. Perdóname —pudo escuchar como su voz temblaba. De repente las ganas de llorar lo invadieron, y Tony quiso esconderse, estar en cualquier otro sitio que no fuera ese ring donde se sentía tan expuesto, como si hubiera miles de ojos clavados en él. Sin embargo, la mirada de Peter fue la que más lo descolocó, ni cien personas observándolo hubieran causado la electricidad que le recorrió el cuerpo cuando el castaño clavó sus iris cafés en él.
— ¿En serio Anthony, Por qué no me dijiste eso desde un principio, Te puedes bajar de ahí? Me siento como Steve cuando te grita en las peleas. —habló tan rápido que Tony solo pudo entender lo último, y bajarse del ring para quedar frente a él.
Lo observó antes de mover sus ojos a otro lado, lejos del rostro de Peter. Tony estaba tan avergonzado, podía sentir el calor subir por su cara y como el cuerpo le comenzaba a temblar.
Peter le puso una mano en el hombro, luego le siguió un leve apretón. No habló hasta que Tony lo volvió a mirar; el castaño estaba sonriendo, algo brillando en sus ojos.
—Dilo de nuevo —susurró.
— ¿Qué? —Tony frunció el ceño. Estaba un poco atontado por todo, y solo habían pasado minutos de su confesión, todavía no se recuperaba del impacto de haber expuesto su corazón en tan pocas palabras. —Perdóname —murmuró.
—No, tonto —Peter se río logrando que Tony se pusiera un poco más bobo por él. —Lo otro —la mano que tenía en su hombro se movió hasta su cuello donde comenzó a dejarle caricias suaves.
Entonces Tony lo entendió y solo pudo bufar, todavía más avergonzado que antes. Sin embargo, volvió a decirlo, ahora más calmado.
—Te quiero —dijo bajito.
— ¿Si? —Peter le rodeó el cuello con ambos brazos, acercándolo hasta que estuvieron rozándose las narices.
—Sí, Peter. Te quiero, por eso actúe como un idiota. —le rodeó la cintura con sus brazos, sintiendo como el corazón se le subía a la garganta. Podía sentir el calor del cuerpo de Peter en todas partes, casi envolviéndolo.
—También te quiero, por eso actúe como un intenso. Buscándote y todo eso... —Tony pudo sentir como sonreía, porque lo único que podía ver eran ojos cafés, expectantes. —Ahora es cuando me besas —bromeó Peter, aunque su voz tembló un poco, evidenciando sus nervios.
—Cállate —y antes de que pudiera replicarle algo, Tony lo besó. Y hacerlo se sintió como un premio, como si tirarse al abismo confesándole todo a los gritos, hubiese válido totalmente la pena. Porque lo estaba besando, y Peter encajaba tan bien con él, correspondiéndole con mordidas y sonrisas en medio de los besos. Tony se sintió feliz, realmente feliz, esa clase de sentimiento que no experimentaba desde hacía años.

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𝔸𝕟𝕥𝕠𝕝𝕠𝕘𝕚𝕒 𝕊𝕥𝕒𝕣𝕜𝕖𝕣 «𝕀𝕝𝕝𝕦𝕤𝕚𝕠𝕟 »
Fiksi Penggemar𝘙𝘦𝘤𝘰𝘱𝘪𝘭𝘢𝘤𝘪𝘰𝘯 𝘥𝘦 𝘖𝘯𝘦 𝘚𝘩𝘰𝘵𝘴 𝘚𝘵𝘢𝘳𝘬𝘦𝘳 𝘺 𝘙𝘰𝘮𝘩𝘰𝘸𝘯𝘦𝘺.