Tanto me puedes doler
Estar en casa es como poder volver a respirar para Thomas.
Dormir en su antiguo cuarto, en silencio, sin nadie rascando la pared o poniendo un partido de fútbol a un volumen exorbitante a altas horas de la noche del otro lado de la pared lo ayuda a dormir mucho mejor. Al menos eso piensa las primeras dos noches, pero ya a la tercera prueba todas las posiciones en la cama y se queda en silencio mirando la oscuridad hasta que se rinde y prende la luz para leer hasta que se duerme.
En el cuarto día no se aguanta más y busca el contacto de Robert en su teléfono. Lo llama y siente como comienza a sonar. Al segundo tono Tom quiere cortar y al tercero ya tiene un dedo en el botón de finalizar la llamada.
—Hola,— se escucha la voz del otro lado del teléfono.
—Hola,— contesta Tom rápidamente. El silencio se estira en la línea de teléfono.
—¿Qué quieres Thomas?— Robert tiene ese tono de voz característico de cuando esta irritado y no tiene ganas de pelear. Tom piensa que es preocupante que sepa identificar el humor de Robert por su tono de voz. Tom esperaba que Robert estuviese feliz que lo llamara pero no es el caso.
—No se...quería llamarte.— Admite sin pensar lo que esta diciendo.
Robert tarda varios segundos en contestar. —No entiendo porque me estas llamando bebu,— suspira finalmente —No somos amigos.—
Tom siente una punzada. Pero deja el dolor de lado. —Claro que no,— dice Tom y va a cortar el teléfono cuando escucha un ruido de un golpe del otro lado de la línea. —¿Estas bien?—
—Si,— contesta Robert"Estoy cuidando al perro de Chris y esta haciendo un desastre en algún lado.—
Thomas se ríe y escucha los ladridos del otro lado y Robert murmurando por lo bajo que haga silencio. —Me tengo que ir,— dice Robert —Esta esperando que lo saque a dar una vuelta.—
—Mmm. Esta bien.— Contesta Tom y Robert cuelga el teléfono sin mas.
Tom se queda un largo rato tirado en la cama con el teléfono presionado contra su oreja, como esperando que Robert mágicamente aparezca del otro lado. Obviamente no pasa, y eventualmente se queda dormido.
Cuando se despierta tiene un mensaje sin leer. Es una foto que le mando Robert, una selfie sacada desde un angulo extraño con un enorme Boxer Mestizo que le esta lamiendo la cara, Robert esta haciendo esa cara donde arruga la nariz y Tom siente como el corazón le golpetea contra el pecho.
*
Finalmente Tom vuelve a su departamento.
Llega a la noche y cuando va a empujar la puerta de su departamento se le traba con algo que hay debajo de la puerta. Se agacha a buscar que es lo que le impide abrir la puerta y encuentra una estuche con un CD adentro. Es un CD genérico de esos que usan para re-grabar y tiene escrito su nombre en letra redonda y prolija. Reconoce la letra de Robert.
Como si lo hubiese atraído con la mente, Robert se baja del ascensor. Lleva puesto su uniforme del hospital y tiene cara de cansado. A tal punto que ni siquiera se esfuerza por reconocer la presencia de Tom hasta que llega a la puerta de su casa. Cuando llega, se queda parado como si estuviese debatiendo abrir la puerta y se da vuelta para mirar a Tom.
Thomas siente como el corazón se le sale del pecho. Robert ve lo que Tom tiene en la mano y abre sus ojos cómicamente.
—Te lo deje para tu cumpleaños,— explica
