𝔸𝕟𝕥𝕠𝕝𝕠𝕘𝕚𝕒 𝕊𝕥𝕒𝕣𝕜𝕖𝕣 «𝕀𝕝𝕝𝕦𝕤𝕚𝕠𝕟 »

Fiesta de Halloween[Starker]

—¡Ay dios mío! ¡Mírate!—grito Gwen. Peter adoptó una pose, sus manos en sus caderas mientras sacaba su pierna derecha y ladeaba el extremo opuesto de su cadera.

—Me veo muy muy bien, si, tengo que decirlo —frunció sus labios, que llevaba pintados, y lanzó besos al aire a Stacy.

Riendo, Gwen dio un paso adelante y agarró ligeramente sus brazos. Besó en el aire sus mejillas, y después de retroceder le sonrió.

—Estoy impresionada. Rihanna. —Barrió con su mirada todo su cuerpo—. Mierda, Peter. ¡Tú maquillaje se ve mejor que el mío!

Dando cuidadosamente un paso atrás con los tacones negros que llevaba, Peter le sonrió a su amiga. Se fijó en su impresionante disfraz de Marilyn Monroe. Demonios, hasta se había teñido su cabello completamente de rubio.

—Wow. —Aspiró—. ¡Te ves asombrosa! Tim Burton no podría conseguir una mejor interpretación —dijo, sintiendo cada palabra.

Gwen llevaba el cabello sujeto en la cima de su cabeza. Las cintas para el cabello de color verde sostenían las trenzas y rizos. Había intercalado falsas hojas verde oscuro en todo el conjunto. Su vestido consistía en un vestido rojo, íntimo y muy ajustado, que bien llamaría la atención de cualquiera. Sabía que se llevaba tan bien con Gwen porque ella estaba tan loca por Halloween como él, bueno, y también por varias otras razones. Junto con esta fiesta organizada por los bomberos, quedaban otras tres más en línea, y sabía que no era el único que tenía un disfraz distinto planeado para cada fiesta.

—Harry está esperando abajo —dijo Gwen, refiriéndose a su cita, que resultó ser uno de los bomberos que trabajaba en la estación organizadora de la fiesta—. ¿Estás listo?
Peter agarró su chaqueta. Deslizó sus brazos por las mangas de color negro, pero no se molestó en abrochársela. Agarrando su bolsa –una cartera pequeña, brillante y a juego con su ropa, cuya correa de brocado quedaba muy bien con sus zapatos– se la llevó al hombro.

Sonriendo, Peter asintió.

—Vamos a la fiesta.—Con un rebote en su caminar, Gwen se giró sobre sus talones y salió por la entrada. Tras echar el seguro, Peter la siguió. Descendió despacio las escaleras, consciente de lo poco acostumbrado que estaba con su calzado. No quería torcerse el talón antes de que la noche siquiera empezara. Peter caminó hacia el auto. Divisó a Harry tendido contra la puerta del pasajero del Cadillac, probablemente debido a que planeaba abrirla para Gwen. Viendo el disfraz del hombre alto y de anchos hombros, no pudo contener su sonrisa. Gwen y Harry habían hecho un muy buen trabajo al hacerlo lucir como el chofer mejor vestido, menos en la corbata. Conociendo a su amiga, Peter supuso que estaría en el asiento trasero o el maletero.

—Aww. —No pudo evitar burlarse—. ¡Combinan!

—Gracias. —Respondió Harry, alejando su atención del celular. Sus cejas se elevaron y dejó escapar un aullido bajo—.Increíble, Petey. —abiertamente deslizó su mirada de arriba abajo por el atuendo de cuero de Peter. Al final, sacudió su cabeza y abrió la puerta en la que estaba apoyado—. Impresionante. Si solo fueras calle abajo, jamás te habría tomado por un hombre.

—¡Gracias! —replicó Peter.

Sabía que no era solo la peluca y el atuendo ajustado los que lo conseguían. Había depilado sus piernas y axilas y pasó sus buenas horas aplicándose base y rubor para suavizar sus rasgos masculinos. Después, trabajó en el resto del maquillaje para conseguir los seductores ojos por los que Rihanna era conocida. Sabía que había valido la pena el esfuerzo. Para su sorpresa, luego que Gwen se subiera al asiento del pasajero, Harry se inclinó y abrió la puerta trasera para él.