Peter no daba más de estrés, necesitaba terminar el libro antes de que llegara fin de mes. Y solo faltaba una semana. Soltó un largo suspiro y cerró su laptop, enredo sus manos en su cabello y tiro suavemente de él, cerrando sus ojos.
-¿Peter?- el mencionado dio una sonrisa pequeña, aunque el dueño de aquella voz no podía verlo. -¿Haz terminado el libro, cariño?- Y entró con una bandeja con dos tazas pequeñas de té, dejándola sobre el escritorio, apartando algunos apuntes de Peter.
-No, Tony.- hizo una mueca al escucharse tan brusco y tapó su rostro, suspiró y se quitó los anteojos. -Lo siento, no qui..- se interrumpió a si mismo al ver a su esposo con unas pantimedias negras, una tanga roja, de encaje, y su torso desnudo. "Mierda", pensó Peter.
Tony sonrió ante la reacción de Peter, lo que venía sería lo tercero mejor de su vida. Claro está que lo primero fue conocer a Peter y lo segundo, casarse con él. Hizo que la silla donde estaba Peter se inclinara un poco, y luego se sentó sobre él, dándole la espalda. Abrió la laptop y comenzó a leer lo que había escrito mientras que corregía una que otra falta ortográfica; y por parte de Peter acariciaba las piernas del menor sobre las pantimedias de este, deleitándose con su aroma.
-¿Sabes algo? me gustaría que me lo hicieras justo aquí, pero aprecio mucho tu trabajo.- murmuró un Anthony algo distraído, leyendo.
-Mi santuario, luego de que entregue ese infierno, será solo para ti y para mí por unos maravillosos meses.- susurró el mayor, besando su espalda y subiendo una mano lentamente por su abdomen duro hasta su pecho.
-Me encanta la idea.- Tony guardó las ediciones y luego apagó la laptop, meneando sus caderas lentamente.- ¿Algo en mente, cariño?
-Follarte hasta que te desmayes.- murmuró hundiendo su rostro en los cabellos de su amado, inhalando su aroma. El menor se estremeció y mordió su labio, luego de relamerlos para luego intentar levantarse. Peter aferró su agarre y movió su erección sobre el pequeño trasero de Anthony, logrando que ambos soltaran un pequeño gemido. -Ruégame.- demandó el mayor, dando besos en el cuello de su pareja.
-Papi, déjame ir.- dio un pequeño salto luego de sentir un pellizco en su pezón. -Por favor...
-Mucho mejor.- murmuró Peter dejando libre a Tony, el cual se inclinó descaradamente para agarrar un bolígrafo el cual estaba casualmente en el suelo. Peter sintió como su gran amigo crecía bajo el pantalón de su pijama mientras mordía su labio y le dio una leve nalgada. Anthony jadeó, provocativo. -Más te vale estar en la habitación para cuando me termine el té.- pasó lentamente su lengua por sus labios una vez que Tony estaba de pie y logro ver lo ajustada que le quedaba la tanga. "Santa mierda."
Anthony salió moviendo sus caderas luego de haber agarrado su taza de té entre sus grandes manos, Peter moriría algún día de esto por culpa del menor. El escritor miró sus pantalones y se acarició, sonriendo, mientras que con su otra mano agarraba la taza y bebía del té.
"Jodido sea Anthony y su cuerpo" rio para sus adentros dejando la taza en el fregadero. Había bajado para cerrar las puertas de la casa ya que "seguridad ante todo".
¿A quién engañaba? solo daba un pequeño paseo antes de subir con Tony y partirlo a la mitad.
Sonrió y mordió su labio inferior al recordarlo con aquellas pantimedias, sintió como crecía su pene bajo el pijama, gimió levemente y caminó masajeándose la entrepierna hasta la habitación.
Agarro la perilla y escuchó pequeños jadeos detrás de la puerta. "Que putita me saliste, Tony." Abrió la puerta y vio a su pareja, acostado boca abajo, con una de sus manos dentro de la tanga, entre sus nalgas.
