Le había costado un poco convencer a Steve de que no pasaba nada si él descansaba un poco. Había escuchado que sus heridas sanaban pronto, así que lo hizo acostarse y le puso un paño frío en el rostro. Mientras, ella entregaría la información que había conseguido. También aprovecharía el momento para escribir un informe de la misión para SHIELD y otro para HYDRA.
Horas después, Steve despertó en mejores condiciones. A pesar de que la herida en el labio era algo profunda, se notaba que no volvería a sangrar. Su rostro se veía menos lastimado. Ya no parecía un luchador de boxeo que había perdido una pelea.
Cerró las cortinas y encendió la lámpara en la mesita de noche. Fue hasta el baño para lavarse el rostro. Después fue hasta la sala. Vio que Natasha estaba sentada frente a la mesa. Le estaba dando la espalda. Ya no tenía puesto el abrigo claro ni el vestido dorado. Reconoció una de sus camisetas blancas.
―Creí que aprovecharías para descansar un poco ―comentó al acercarse.
―Estuve bastante ocupada ―llevó su mano a su cuello, la posición en la que estaba había hecho que sus músculos en la zona se endurecieran―. Espero que no te importe que haya tomado prestada tu ropa y que haya preparado café.
―Por supuesto que no me importa.
Al aproximarse más, se percató de que la mujer tenía las piernas desnudas dobladas en la silla. Steve siguió un impulso y llevó sus manos a los hombros femeninos para hacerle un masaje. La pelirroja gimió levemente en aprobación. Sintió que la tensión iba desapareciendo con el toque del supersoldado.
―Si continúas puede que me den ganas de dormir y no es para lo que vine.
Él retiró sus manos para que ella pudiera levantarse. La tomó de la cintura. Sin sus zapatos, la diferencia de estatura era más notoria.
―Admito que estoy sorprendido de tenerte aquí.
―Todos merecen una oportunidad ―susurró.
Soltó un pequeño grito cuando él la cargó en brazos, pasando un brazo debajo de sus rodillas y poniendo el otro en su espalda. Ella recostó su cabeza en el hombro, restregando su mejilla contra la tela de la camiseta e inhalando su aroma. La dejó encima de la cama, mientras se acercaba a la puerta del dormitorio para cerrarla.
La pelirroja se arrodilló en el borde de la cama, observándolo con lascivia.
―Sería justo que estuviéramos en las mismas condiciones ―apuntó a sus pantalones.
Steve se los quitó, dejando ver el bóxer negro que llevaba debajo. Entonces ella se quitó la camiseta prestada, logrando que a él se le secara la boca. Se veía realmente atractiva con la ropa interior oscura.
―Eres la mujer más hermosa que he conocido ―se le escapó en un tono grave.
La rusa sonrió halagada, se inclinó hacia atrás y subió más a la cama. Rogers la siguió de inmediato para hacerle compañía. Ella lo tenía completamente hechizado. Con delicadeza, la hizo abrir las piernas para arrodillarse ahí. Después se recargó en sus codos para mirarla desde muy cerca.
―¿Has soñado conmigo? ―pasó un dedo por manzana de Adán.
―¿Y tú?
No la dejó contestar cuando bajó más la cabeza y buscó sus labios. No había perdido las esperanzas de volver a tenerla a su merced y estaba agradecido de que no hubiese pasado demasiado tiempo para que ella accediera a ese encuentro. Era cuestión de orgullo el hacerle cambiar de opinión sobre la última experiencia íntima que habían compartido. La besó sin prisas, haciéndola desear que profundizara el roce. La tentó al apartarse cada vez que ella pensaba que le permitiría explorar su boca. Una ronca carcajada nació en él cuando ella frunció el entrecejo.
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TEMPTATION
FanfictionHistoria finalizada| A veces hacemos lo correcto por las razones equivocadas. 𝙻𝚘𝚜 𝚙𝚎𝚛𝚜𝚘𝚗𝚊𝚓𝚎𝚜 𝚗𝚘 𝚖𝚎 𝚙𝚎𝚛𝚝𝚎𝚗𝚎𝚌𝚎𝚗, 𝚜𝚒𝚗𝚘 𝚊 𝙼𝚊𝚛𝚟𝚎𝚕.