TEMPTATION

DIECISIETE

El plan sufrió algunas modificaciones luego de que tuvieran que considerar que se enfrentarían a personas con habilidades especiales. Iron man pidió encargarse de Maximoff, dejándole el Soldado de Invierno a Rogers. El primer paso consistía en acceder al edificio de SHIELD. Con la ayuda del millonario, Steve llegó hasta uno de los pisos superiores desde el exterior. Stark disparó contra el vidrio y dejó ahí al supersoldado, no sin antes hacer un comentario cómico sobre el peso del capitán.

Steve intentó lastimar lo menos posible a los agentes que lo enfrentaron en un intento de detener su avance. Logró llegar a la sala desde donde acostumbraban hacer anuncios a los diferentes departamentos del edificio. Utilizó el micrófono para informar sobre la situación por la que estaba atravesando. Su voz casi tembló cuando mencionó que HYDRA había estado creciendo dentro de SHIELD desde sus inicios. Les recordó que todos podían decidir hacer lo correcto y que él no dudaría en hacer lo que estaba en sus manos para derrotar a los traidores.

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Natasha escapó de la vigilancia de Barton cuando le informaron al agente que los tres helicarriers habían caído y que el capitán América había sido llevado al hospital. Encontró la manera de ir hasta su departamento y sacar algunas cosas que necesitaría para mantenerse en las sombras por un tiempo.

El celular hecho pedazos frente al sofá le recordó que horas antes había estado allí con el rubio. Ahora tendría que huir sola, lo cual sería mucho más sencillo, pero igual de aburrido. Ya no tendría a cierto supersoldado para hacerle compañía.

Movió la cabeza a los lados. La idea de ir a verlo una vez más llegó para impedirle pensar en otra cosa. Si alguien podía acercarse a Steve sin que sospecharan de sus intenciones, esa era ella. Sería arriesgado, lo sabía. Aún así, decidió que lo haría, con la última conversación que había tenido con el capitán se repitiéndose varias veces en su mente.

No dudó en que pronto irían a buscarla hasta su departamento. Decidió dejar sus pertenencias en un casillero en la terminal antes de ir hasta el hospital. Ingresó por la puerta de empleados. Cerca de allí estaba la habitación donde las enfermeras y residentes tenían asignados compartimientos personales. Tomó una bata blanca y una cofia celeste para esconder su llamativo cabello rojo. Caminó con confianza a través de los pasillos en busca del área de internación. En una de las primeras habitaciones donde se asomó, encontró a Wanda. Ella estaba inconsciente y tenía cortes en el rostro. Leyó su expediente al ver que estaba sin vigilancia. No tenía nada grave, solamente debía permanecer en observación por unas cuantas horas más. Verla indefensa le recordó a sí misma cuando era joven. En un acto altruista, le dejó un número en caso de que necesitara su ayuda.

La sokoviana abrió los ojos cuando la pelirroja abandonaba la habitación. La llamó por su nombre. A pesar de que la rusa estaba disfrazada, con ella no pudo ocultar sus pensamientos.

―Por favor, espera ―pidió la castaña.

―Escuché en las noticias que tuviste una dura pelea con Stark. Espero que hayas conseguido tu venganza.

Wanda apretó los labios. La cabeza comenzó a molestarle con tanta luz, pero no cerró los ojos porque sabía que si lo hacía, Romanoff se iría.

―Al parecer estaba equivocada ―comentó dejando ese tema de lado―. Yo... quería disculparme.

―¿Por qué? ―Natasha elevó una ceja con curiosidad.

―Yo fui la responsable de que James intentara acabar contigo. Me metí en su cabeza antes de que saliera de la base para cumplir con su misión. Estaba celosa porque le gustaste, así que aproveché la oportunidad que se presentó cuando supe que también estarías allí.