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La chica se fue  y Yesung le soltó la mano rápidamente al darse cuenta de lo que había dicho.

—Buena actuación...—susurró Yesung con la cara ardiendo en vergüenza, ambos querían fingir que esa palabra nunca se había pronunciado.

—¿Si verdad?...—sonrió con nerviosismo dándole la razón.

—Se me quitaron las ganas de comer aquí...¿Podemos ir a él siguiente lugar que habias planeado?...—acarició su vientre suavemente, su pequeño pateaba mucho.

—Claro...—se levantó, dejando en la mesa él dinero de los cafés, lo tomó de nuevo por la cintura, comenzaba a notar que se le hacía difícil desplazarse por lo pesado.

Entraron al auto y Yesung condujo hasta el campo, un campo bastante amplio donde solían pasar sus días después de él colegio.

Wook lo reconoció de inmediato, de nuevo quería llorar pero no podía hacerlo, no era correcto. El mayor bajó de él auto con una manta y una canasta, dentro había preparado sandwiches.

—¿Trajiste comida?—sonrió suavemente sentándose una vez que la manta estuvo acomodada, el atardecer cayendo sobre ellos hacía que todo se viera mucho mas hermoso. E incluso romántico.

—Suspuse que después de comer en la cafetería a ti y al bebé les daría más hambre así que me previene y creo que estuvo muy bien...—ambos comieron  y bebieron jugo hasta quedar totalmente saciados.

—¿Recuerdas cuando salíamos de él colegio y veníamos aquí?...—susurró Yesung cuando ambos se encontraban recostado y mirando hacia el cielo, las estrellas se miraban tan grandes y tan cerca.

—Mis padres...se enfadaban por vernos juntos—rió—y para evitar que nos descubrieran veníamos a sentarnos aquí...él helado que comprabas siempre gustó, es de los mejores de mi vida. Lo he buscado en las mejores tiendas y nunca lo volví a ver.

—Es que no era un helado caro...—rió suavemente y con melancolía —como ya sabes yo no tenía mucho dinero en ese entonces, así que tomaba cosas de la casa de mi abuela para hacerlo.

—¿Es en serio?...—su rostro se iluminó —debes hacernos algo de helado después...seguro al bebé le encantaría...

—En cuanto volvamos a Seúl voy a prepararte un poco—colocó una de sus manos sobre el vientre ajeno, sentía múltiples patadas de parte de el pequeño, se sentía alagado de poder compartir eso con él.

Wook, soltó un leve suspiro, de inmediato empezó a creer que no era justo que ese hombre no supiera que iba a convertirse en padre, si no podían permanecer juntos al menos ambos sabrían que tenian algo que lo unia, sus ojos se llenaron de lágrimas, sollozó bajito por unos segundos pero después se calmó.

—Yesung...—susurró sin apartar la mirada de las estrellas y la luna. Lo mantenían en paz.

—¿Si?...—se estiró un poco y soltó un bostezo despreocupado.

—...Él bebé que llevo es tuyo...—confesó de una sola y sin pensarlo más, ya no podía aguantarlo.

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