Destino.

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Hierro llevó a Altagracia y a Zulema directas a aislamiento, lo trasladaron en cuanto supieron que Alta había colaborado con la fuga.
Ni si quiera me dio tiempo de verlas.
Yo- Palacios, si quieres yo les llevo la cena a las de aislamiento, tú llevas todo el día de aquí para allá y debes de estar agotado...
P- Vale, gracias Helena.
Yo- No hay de qué -Realmente solo era una excusa para ver a las chicas, Altagracia ahora sería una presa más.
Las chinas ya no estaban y Anabel tampoco, por lo que tendríamos un problema menos.
Llevé la cena a Alta, miré que no hubiera nadie al rededor y vi a esta a través de la rendija.
A- Esto es una puta mierda.
Yo- Joder... y que lo digas... ¿cómo es que os han pillado? A nosotros no nos han dado ningún dato concreto.
A- No lo sabemos, solo sé que mientras la mora estaba en una fiesta se presentaron en el hotel y me dieron una paliza hasta que confesé dónde estaba Zahir.
Yo- Que hijos de puta... Voy a darle la cena a Zulema, intentaré que os saquen de aquí. -me acerqué a la de Zulema y abrí la rendija para darle la comida, cuando me topé de frente con esos ojos pardos.
Z- Y aquí estamos de nuevo...
Yo- Que mierda...
Z- Esto es un asco...
Yo- Lo sé, intentaré que os saquen pronto de aquí. -cerré las rendija y me fuí a la sala de funcionarios.
DS- ¿Qué haremos con ellas?
P- No podemos enviarlas a ninguna otra cárcel, no las quieren...
Yo- Lo mejor es que se queden aquí, ya las conocemos... podremos implementar mayores medidas de seguridad. Además Sandoval ya se ha repuesto por lo que habrá menos descontrol...
DS- Tienes razón... si te fijás toda esta mierda pasó mientras el director era un suplente...
P- A ti te respetan Sandoval...
Yo- Exacto. Acaban de ser reinsertadas. Vuelven a ser las novatas, esta vez vestidas de peligrosas. Pero a ojos de las demás, han perdido su trono. Lass primeras semanas no darán muchos problemas. Tendremos tiempo para pensar e implementar nuevas medidas...
DS- Tenes razón Helena, me gusta como pensás... Sin duda sos la mejor jefa de seguridad que ha pisado esta prisión.
Yo- Gracias, pero todos hacemos un buen equipo, no es solo cosa mía.
P- Creo que deberíamos de soltarlas, si salen a sus celdas estarán alerta, por el contrario, en aislamiento tendrán mucho tiempo para pensar...
DS- Si las soltamos las demás las reventarán y nos harán el trabajo sucio. Estoy de acuerdo. Mañana a primera hora estarán cada una en sus celdas.
Yo- Mi turno ha terminado a si que nos vemos mañana.
P- Chao. -me fuí a mi casa maldiciendo por el camino, ahora toda la cárcel estaría en contra de Altagracia, esta la jodio cuando pasó lo de Unai, ahora la iban a joder a ella.

Llegó la mañana e iba a pasar todo el día en Cruz del Norte.
Llegué cuando ya habían soltado a las chicas.
Estaba desayunando en la sala de funcionarios cuando Millán me llamó por el Walkie.
M- Pelea en el baño, ya. -corrí rápidamente y al entrar vimos a Goya intentando meter la cabeza de Altagracia en el water.
M- Eh, ¿qué pasa ahí? -Goya soltó a Altagracia y se fue- Dando problemas nada más salir...
A- Ya sabes cómo soy ¿no?
M- Pues como sigas así te vas a ir una semana a aislamiento.
A- Vale... -Alta salió del baño y nos quedamos Millán y yo.
M- ¿de qué coño va esta tía? Se carga a Frutos... se escapa con una presa... ¿No era tu amiga?
Yo- La quería mucho, sí... no entiendo qué le ha pasado... -el resto del día no vi a Zulema, supuse que estaría por ahí. Dando tumbos.

Llegó la noche, Sandoval se enteró de que Mercedes estaba traficando con drogas y no lo iba a permitir. A eso de las diez vacío la cárcel y nos hizo irnos a todos a casa.

A la mañana siguiente nos enteramos de que había sacado a Mercedes de la celda y había hecho que la devoraran los perros.

Llegó la hora del almuerzo, donde me tocaba vigilar con Palacios, y vi como Saray le proporcionaba un bandejaso en la cara a Zulema, haciendo que esta escupiera la manzana que estaba comiendo.
S- ¡Me dieron una paliza! ¡Porque creyeron que sabía dónde estabas! -dijo lanzándola contra una meza y poniéndose sobre ella- y a mi hija me la sacaron como a un conejo de un sombrero ¡Blanca y medio muerta!
P- Pelea en el comedor, solicitamos refuerzos. -Hierro no tardó en llegar, Saray comenzó a ahogar a Zulema.
S- ¡Muérete!
Yo- No podemos dejar que la mate -iba a intervenir cuando Zulema le dio un codazo en el abdomen a Saray,
S- La cesárea hija de puta... -se quejó cayendo al suelo.
Z- Hice lo que tenía que hacer. Puta. -tosió y tomó agua, la cual escupió con sangre- y una cosa, me alegro de que estéis vivas. Puta -Saray le iba a dar cuando Zulema le estampó una bandeja- ¡¿Qué miráis?! -dijo a la demás haciendo que estas se sentaran en silencio- ya está... ya está... ya. Que yo tampoco me voy a poder poner bikini después de los dos putos tiros que me dieron.
S- ¡Una puta mierda! -Iban a volver a pelear cuando cogí a Zulema reteniéndola y Palacios cogió a Saray.
H- ¡Se acabó! -gritó Hierro.
S- Me las vas a pagar... me las vas a pagar... -dijo Saray mientras se la llevaban entre Hierro y Palacios.
Yo- Tú, a tu celda -dije tirando de Zulema. La llevé a la celda mirando que no hubiera nadie al rededor- ¿estás bien?
Z- No necesito una canguro.
Yo- Deja de ser gilipollas... ¿Te dieron dos tiros?
Z- Sí, pero tranqui, están curados.
Yo- Me alegro, con lo que yo había deseado no volver a verte por aquí...
Z- Pues el destino quiso que si -dijo acostándose en su cama.
Yo- Vuelvo al turno, si necesitas algo sabes dónde encontrarme. -salí dejándola sola en la celda.
Me era imposible no preocuparme por ella. Era una verdadera mierda. El día terminó, sin novedades.

ARDER EN TU FUEGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora