Regalos.

269 26 4
                                    

Nos bajamos del coche y entramos a casa con el pequeño animal.
Dejamos el transportín en el salón y llené la bañera, Macarena y Castillo no estaban por lo que su pie que habrían salido a pasear. Entré a la bañera e invité a Zulema a entrar, esta vez sin ningún tipo de connotación sexual.
Se sentó delante de mí y comencé a acariciarle la espalda, ella se tensó pero no tardó en relajarse.
Cogí un poco de champú y le enjabone el pelo. Zulema se giró y me miró a los ojos. Le dejé un tierno beso y volvió a girarse.
Z- Tienes un moretón en la pierna.
Yo- Ya me he dado cuenta, me los hice antes, en el coche.
Z- Sí, tuvimos suerte de que Castillo comprara uno tan amplio.
Yo- Y que lo digas... -tras un rato en la bañera nos enjuagamos y nos pusimos ropa cómoda.

Bajamos al salón donde estaba Macarena acariciando al conejito.
M- ¿de donde habéis sacado esta monada?
Z- De en medio de la carretera.
M- Es monísimo.
Yo- Si lo quieres es tuyo, lo cogimos porque no queríamos que muriera.
M- ¿En serio?
Yo- Claro. -Ella se emocionó como una niña.
M- Gracias. Te vas a llamar... ¡Sandoval! -Zulema y yo comenzamos a reír ante su ocurrencia.
Yo- Pobrecito.
Z- Tenemos que sacar las compras, las hemos dejado en el coche.
Yo- Mierda, es verdad. -Salimos las dos y vimos a Castillo en el porche con una taza de café.
C- Ya habéis vuelto... ¿qué tal el trayecto? -Zulema y yo nos miramos y reímos.
Z- Entretenido.
Yo- vamos a bajar las cosas. -entramos todo lo que habíamos comprado y lo colocamos en la cocina.
M- ¿qué habéis comprado?
Z- Pf, de todo. Helena ha arrasado con el supermercado.
Yo- He comprado lo necesario.
Z- Lo necesario para un año...
Yo- Así no tendremos que ir tan seguido a comprar.
M- ¿eso es lagsana?
Yo- Sí, de pollo, de ternera, de verduras, de atún... Creo que sí que me eh pasado con las compras.
M- Madre mía Helena como te quiero. Amo la lasagna.
Z- Pues tienes para elegir. -terminamos de colocar todo y nos sentamos en el sofá.- Mierda. Los disfraces.
Yo- Mierda... bueno, nos apañaremos con lo que hay por aquí.
Z- También podemos no disfrazarnos...
Yo- Ni loca.
Z- Vale vale. -me acerqué un poco a ella y me recosté apoyando mi cabeza en sus muslos bien tras leía.
Yo- ¿por qué fuerzas la vista?
Z- No fuerzo nada.
Yo- Sí que lo haces. Cuando pase Halloween iremos al oftalmólogo.
Z- No pienso ir a ningún oculista.
Yo- Te vas a quedar ciega si sigues forzando la vista así.
Z- No me comas la cabeza.
Yo- Iremos juntas, yo también quiero revisarme la vista.
Z- Yo no voy a revisarme nada.
Yo- No seas cabezota. No es malo hacerse una revisión de vez en cuando.
Z- Lo que tú digas. -rodé los ojos y seguí leyendo.

Tras un rato vi bajar a Macarena al salón.
M- que bien os veo.
Z- Sí, hasta que llegaste...
M- Tan agradable como siempre... Castillo ha pensado en alquilar o comprar otro coche, por si pasa algo mientras alguien tiene ese...
Yo- Me parece bien, ahora miro en la web.
M- Mañana es Halloween.
Yo- Sí, me muero de ganas, van a dar un especial de Tim Burton, podríamos verlo todos juntos.
M- Me apunto. -Zulema continuó leyendo sin decir nada.
Yo- ¿Y tú?
Z- Claro.
Yo- Genial, seguro que Castillo también.
M- Podríamos hacer postres o comida temática con todo lo que comprasteis.
Yo- Me parece genial.
Z- Sois unas intensas.
Yo- Te jodes. -me levanté de sus piernas, dejé un corto beso en sus labios y me dirigí a la cocina.

Comí una manzana mientras miraba por la ventana hasta que llegó Castillo.
C- Helena... ¿has hablado con tu madre?
Yo- Ya sabes que no tengo demasiada relación con ella. Además... ¿qué le digo... Hola mamá, estoy enamorada de una delincuente buscada por todo el país?
C- Ya...
Yo- Mi único deseo ahora es hacer feliz a Zahir.
C- Me jode que la primera persona de la que te enamores de verdad sea Zahir...
Yo- Ha cambiado mucho, es todo lo que tengo, daría todo por ella.
C- Lo sé, pero como padre... aunque no sea tu padre... quiero que estes bien. Se ve que ella te quiere.
Yo- Yo la quiero mucho también... -pasé el resto de la tarde sin hacer demasiado. Subí a mi habitación y me di una ducha para meterme en la cama, Zulema se dirigía a la suya cuando agarré su mano desde mi puerta.
Z- ¿qué haces?
Yo- ¿A dónde vas?
Z- A dormir... -tiré de ella haciendo que me besara.
Yo- Yo prefiero dormir contigo... -sin decir más nos metimos en la cama, la abracé por la espalda conciliando el sueño casi al instante.

ARDER EN TU FUEGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora