Seguir sin ti.

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Z- Helena que te vayas. ¡Joder lleváosla ya coño!
Yo- Venga levántate cojones.
Z- Helena. Vete. No voy a ir. -Macarena corrió hacia mí y tiró de mí con ayuda del piloto.
Yo- ¡Zulema joder! -grité mientras Macarena y el piloto me arrastraban corriendo al helicóptero.
Este despegó dejando a Zulema indefensa.
Mi cabeza se inundó de recuerdos y comencé a llorar al instante.
La gente de las furgonetas le apuntó mientras otro helicóptero soltó unos explosivos, haciendo que esos coches volaran por los aires y con ellos probablemente Zulema.
Yo- ¡No! -Macarena me abrazó mientras yo miraba.- Joder... joder ¡me cago en mi puta vida! ¡Aterriza!
M- Helena, no.
Yo- Acaban de volar por los putos aires.
M- Acabamos de despegar.
Yo- Joder joder...
M- Helena, se ha ido... El otro helicóptero bajará en busca de supervivientes.
Yo- Puto asco de todo. -el helicóptero nos dejó al lado del aeropuerto.
M- He hablado con Castillo. Me voy a quedar unos días en su casa, deberías de venir.
Yo- No... no quiero. Quiero ir a mi casa, a llorar, sola. Dale recuerdos de mi parte. -dije entre sollozos.
M- Helena lo siento muchísimo, creí que si tú vendrías ella se echaría atrás, que podríamos ayudarla... no sé qué cojones pensé.
Yo- Me voy. -entré en el aeropuerto y compré el primer pasaje a Nueva York.

Me senté en mi asiento sin decir nada, no quería hablar, no quería comer, no quería vivir.
Pasé las tres horas de vuelo procesando todo, Zulema se había ido. Se había ido para siempre.
Llegué a casa, dolida como nunca. Estuve varios días sin salir, tampoco comía, no entendía como mi mundo se derrumbó en dos putos segundos.

Habían pasado varios días, estaba en la cocina cuando noté como se abrió la puerta. Era Fabio, ya me había olvidado de él.
F- ¡Helena! Joder que susto me has dado. ¿Donde tienes el móvil? Llevo tres días llamándote. -No sabía dónde coño lo tenía, cuando llegué de México lo lancé por la habitación y no lo había vuelto a encender.- ¿Y esa cara? ¿Qué ha pasado? -dijo abrazándome. Yo no pude hacer más que llorar.- Helena, ¿alguien te ha hecho algo? -continuaba inmóvil y sin habla.- Helena joder.
Yo- Lo siento, esto no va a funcionar. Vete, por favor.
F- ¿estás de broma?
Yo- No, no estoy de broma. Vete por favor. -abrí la puerta haciendo un gesto de que saliera, me devolvió la copia de mis llaves y salió cabizbajo.
Estos meses habían sido una farsa, mi vida sin esa puta mujer de ojos pardos había sido una farsa.
Me senté frente al ventanal de cristal del salón y me quedé apoyada en este durante un largo rato. Me di cuenta de que mi vida había perdido el sentido, todo lo que era. Todo lo que quería se fue con esa pelinegra... estuve toda la noche sentada en la misma posición, pensando en todo lo que habíamos vivido, la vi morir, la vi morir y la dejé ahí. Si pudiera dar marcha atrás me hubiera quedado con ella, no hubiera dejado que me subieran a la fuerza al helicóptero.

Decidí encender el móvil para hablar con Castillo. Era la única persona que me quedaba.
C- Helena... cielo...
Yo- La he perdido. -dije comenzando a llorar.- la he perdido para siempre.
C- Cariño. Ven unos días, no es bueno que estes sola.
Yo- No quiero ver a nadie.
C- Bueno. Te encierras en la habitación, pero así al menos si me necesitas sólo tendrás que cruzar el pasillo para verme...
Yo- No quiero vivir así, no sin ella.
C- Helena, ¿quieres que vaya yo a verte?
Yo- No, quiero estar sola, irme de este mundo de mierda.
C- Mira, hagamos algo, voy a verte poquititos días y me enseñas tu casa. Seguro que es un pisito precioso, y cuando te canses de mí me echas, además Maca quiere verte, y Nui está muy grande.
Yo- No sé...
C- Tranquila, ¿vale? En unas horas me tienes ahí. -sonreí levemente, Castillo era la única familia que me quedaba.
Yo- Gracias, de verdad. -en cuatro horas tenía a Castillo y a Macarena por fuera de mi casa.
Abrí la puerta desganada y dolida.
M- Cariño... estás devastada. -Ella em abrazaron nada más verme.
C- Mi amigo nos ha traído, por eso hemos tardado tres horas en lugar de una y media. Ya sabes que los aviones mercantiles tardan casi el doble. -yo simplemente les hice entrar.
Yo- ¿qué sentido tiene seguir así? Seguir sin ella...
M- Helena, sé por lo que estás pasando y lo único que puedo decirte es que aunque ahora te parezca imposible, lo vas a superar, tranquila. Tomate tu tiempo y no te fuerces.
Yo- No quiero superarla, no concibo una vida sin ella. Estos meses han sido un infierno. Tenía que haberme quedado con ella, haberla obligado a seguir un tratamiento y no haberla dejado sola joder. Esto es mi puta culpa, ¡si no me hubiera ido ella estaría viva! -tras decir eso lancé las llaves y me senté en el suelo apoyando la espalda en la pared.- Siento que he perdido a la única persona que me importaba de verdad, a la única que realmente he querido, Josef estoy sola, vacía. Estoy muerta por dentro.
M- Helena...
C- Déjame con ella Maca. -indiqué donde estaba la habitación de invitados. Ella soltó a Nui en el suelo y entró a la habitación.

ARDER EN TU FUEGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora