Condenadamente tuya.

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Yo- Vamos a dormir, tienes cara de cansancio y yo llevo tres días conduciendo. -nos metimos en la cama y dormimos abrazadas.

Helena's POV:

Dormí toda la noche pegada a ella, sentía que estaba en una nube, no me creía que estuviera ahí conmigo, pude dormir bien por primera vez desde que pasó todo. Me desperté bastante tarde, ella seguía dormida a si que me quedé un rato observándola y después fuí a hacer el desayuno.
Estaba preparando tortitas cuando mi teléfono comenzó a soñar.
Yo- Diga.
C- Helena, ¿ya ha llegado?
Yo- No puedo estar más feliz.
C- Se te nota hasta en la voz.
Yo- La vida me ha sonreído.
C- Disfruta.
Yo- Gracias, chao. -colgué y continué preparando el desayuno. Tras unos minutos tocaron a la puerta.
Abrí encontrándome de frente con Pedro, acababa de caer en la realidad.
P- Hola, tengo el día libre y me preguntaba si querías pasarlo conmigo...
Yo- Eh... Pedro, lo siento pero entre nosotros no puede haber nada más que una bonita amistad.
P- Oh... ¿de repente?
Yo- Em... -sentí pasos tras de mí y vi a Zulema apoyada en la barra de la cocina con una de mis camisetas hasta las rodillas, una peluca y sus gafas de sol.
P- ¿es por ella? pero... ¿y el beso? -dijo alzando la vista a Zulema, ella simplemente nos observaba.
Yo- El beso fue un error. Y sí, es... es la única persona a la que de verdad he querido en toda mi vida. -dije mirándola y sonriéndole.
P- Claro... bueno, pues entonces espero que os vaya bien. -tras decir eso se fue algo decepcionado. Cerré la puerta y me apoyé en esta mirando a Zulema.
Z- ¿y ese?
Yo- Yo... tratando de sacarte de mi puta cabeza de todas las maneras posibles. Pero ahora estás aquí, y no pienso irme de tu lado nunca más. -Me acerqué a ella besándola lentamente.- ¿Y esa peluca?
Z- No esperabas que me pusiera frente a él diciendo "Hola, soy una presa fugada, encantada."
Yo- Estás en todo.
Z- Suficiente me ha costado esta libertad, como para perderla por un niñato con la bragueta caliente.
Yo- Eres cruel. -le dije riendo.
Z- Te encanta.
Yo- Me encanta. -me subió a la encimera de la cocina y comenzó a dejar mordiscos por mi cuello.
Bajó su mano a mi intimidad notándola ya húmeda. Besó mis labios e introdujo uno de sus dedos en mí haciendo que gimiera.
Comenzó a moverlo con rapidez mientras su otra mano se centró en mis pechos, introdujo un segundo dedo aumentando la velocidad.
Por primera vez estábamos completamente solas a si que no tuve que callar ninguno de mis gemidos.
Con su pulgar acarició mi clítoris haciendo que todo mi cuerpo se tensara, cuando sentía que iba a llegar mordió mi cuello. Me arqueé en señal de que había llegado y ella besó mis labios, me recompuse unos segundos, me bajé de la encumbra y la pegué contra la gran cristalera del salón, besé su cuello y fuí dejando besos desde su pecho hasta sus muslos, para después de unos segundos volver a su boca.
Acaricié el exterior de si vagina haciendo que se tensara y mordiera su labio en señal de súplica, metí un dedo en ella y comencé a moverlo en círculos, mientras con mi pulgar acariciaba su clítoris.
Volví a besarla para que gimiera en mi boca y metí otro dedo, aumente la velocidad de mis dedos y mi pulgar haciendo que sus gemidos fueran más repetidos, cuando sentía que se iba a venir me pegué más a ella y la besé haciendo que llegara al orgasmo.
La sostuve mientras nos temblaban las piernas y nos sentamos en musas sabanas frente a la cristalera, estuvimos un buen rato observando las luces abrazadas, hasta que nos ganó el hambre.

Nos dirigimos a la cocina en busca de las tortitas que había preparado.
Yo- ¿Sirope?
Z- Ajá... ¿cuál es el plan?
Yo- ¿El plan? Quedarnos aquí hasta que Castillo nos avise de si sospechan algo...
Z- Vale. A si que por fin tendremos una casa solas.
Yo- Creía que te gustaba vivir con Maca. -dije bromeando.
Z- Sí bueno... la rubia no me cae mal, pero vivir con ella y con el cojo no era mi plan ideal la verdad.
Yo- ¿y vivir conmigo sí?
Z- Uf... me lo tendría que pensar. -dijo bromeando.
Yo- Eres idiota. -reímos y terminamos el desayuno.- ¿qué quieres hacer hoy?
Z- Lo dices como si tuviéramos muchas opciones.
Yo- Estamos en Nueva York, nadie se va a fijar en ti si vas con peluca y gafas de sol. Conozco un restaurante japonés precioso, podríamos pasar el día aquí y después ir a cenar.
Z- Me parece bien. -le día pasó tranquilo. Fuimos a cenar al precioso restaurante y lo pasamos realmente bien.

La vida junto a ella era más bonita, los días pasaban mejor que el anterior, siempre teníamos algo que hacer. Le enseñé la gran ciudad y me dediqué a invertir parte del dinero de las chinas en contratar la mejor y más discreta seguridad, mayoritariamente guardaespaldas, para que procuraran que no le pasara nada. No tuvimos problemas, nadie sospechaba de mí y no tenían ni idea de donde estaba ella, pese a que nunca encontraron su cuerpo, la dieron por muerta, ya que había aADN suyo donde había sido la explosión y los cuerpos quedaron destrozados y eran irreconocibles.
Aún así teníamos bastante cuidado, viajamos bastante, sobre todo en el avión del amigo de Castillo, pasábamos las navidades en su casa de Canadá con él y Macarena e ir a ver las auroras juntas se convirtió en tradición.

3 años más tarde.

Yo- ¡Zule! ¡Termina ya que van a llegar!
Z- ¡Que ya voy! -me gritó desde el baño.
Yo- Es una tardona ¿a que sí Lana? -dije a nuestra gata, era de la raza Sphynx, me la regaló Castillo las segundas navidades que pasamos en su casa, aunque en este punto era más de Zulema que mía, la quería más a ella.
Z- Ya está ya está. -dijo saliendo ya vestida.
Yo- ¿Estás nerviosa?
Z- No, bueno...
Yo- Pues yo sí, son las primeras navidades que organizamos en nuestra casa y además voy a conocer a la pequeña Estrella. -tocaron al timbre.
Z- Voy yo. -salió de la cocina y abrió la puerta.- ¡Los canadienses! -dijo refiriéndose a Castillo y Maca, salí de la cocina y los abracé.
Yo- Sentaos por ahí, la cena ya casi está.
C- Tu casa mejora con los años.
Yo- La decoración atribúyela a ella. -dije señalando a Zulema.
M- Bueno ahora que lo dices... ¿hay mucho negro no? -bromeó.
Z- Que graciosa. -volvieron a tocar en la puerta.
Yo- Deben de ser ellas. -corrí a abrir y precisamente vi a Saray, con su nueva novia y con Estrella.
S- Joder, por fin puedo conocer bien a la tía que tiene loquita a la mora. -dijo abrazándome. Saludé a la pequeña Estrella y a la novia de Saray.
Yo- Encantada, pasar.
Z- Gitana.
S- Mora. -se dieron un fuerte abrazo y se quedaron charlando un rato. Terminé la cena y comimos todos en la gran mesa del comedor.
S- Jamás me imaginé una cena navideña en casa de la poli y compartiendo mesa con el gran Castillo, coño esto se merece un brindis ¿no?
Yo- Yo creo que sí. -elevamos las copas y Estrella elevó su pequeño vaso de zumo, terminamos la cena y estuvimos un rato charlando.
Esa noche tos dos nos quedamos en mi casa, ese piso en Nueva York que empezó siendo para mí un infierno y terminó siendo el hogar donde me quería quedar para siempre.

Poco a poco nos convertimos en una pequeña familia, pasábamos muchas festividades juntos. No volvimos a España, era el precio que tenía que pagar por la libertad de Zulema, pero estaba dispuesta a pagarlo una y mil vidas más.

Tras unos días todos se fueron de casa.
Z- Por fun solas.
Yo- me alegro de los vínculos que hemos formado con ellos.
Z- Y yo.
Yo- Jamás me imaginé esto. Todo lo que hemos vivido estos años.
Z- Y aquí seguimos.
Yo- Te quiero tanto... que aún no sé qué es lo bueno que hice en otra vida ora tenerte a mi lado. Eres mi todo. Zulema no hay dimensión para explicar cuánto te amo. Soy condenadamente tuya.
Z- Yo también soy condenadamente tuya. -tras decir eso nos fundimos en un profundo beso.

No era la vida que había soñado, era mejor. Lo único que quería era entregar mi vida por completo a esta mujer que me había robado el corazón.

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Bueno, aquí termina este maravilloso viaje. Espero de verdad que hayáis disfrutado de la novela.
Muchas gracias a los que habéis votado y comentado. ❤️

Estoy pensando en empezar una novela Ralicia y me gustaría saber si la leeríais. Muchas gracias por haber leído esta.❤️

ARDER EN TU FUEGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora