Conocer el dolor.

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Castillo terminó de hablar con el doctor y se sentó a mi lado.

C- Me ha dicho que nos vayamos a casa, que hoy no la podremos ver. Que me llamaran en cuanto haya novedades.
Yo- No me pienso ir sin verla.
C- Zulema...
Yo- ¡Doctor! -dije haciendo que se detuviera.- necesito que me permita verla solo un segundo.
Doc- Señorita yo...
Yo- Da igual si es a través de un cristal, si es a distancia. No importa. De verdad que solo necesito verla, es mi hermana... no la veía desde hacía dos años y ahora puede que la pierda... por favor solo será un minuto...
Doc- Está bien, acompáñeme. -al parecer lo que le dije funcionó. Me llevó a la habitación de Helena y me dejó sola un momento.
Acaricié con sumo cuidado su mano y dejé un beso en su frente mientras las lágrimas empapaban mis mejillas.
Yo- Joder Tijuana, sí que la has liado... pero déjate de tonterías que en unas semanas tenemos que estar fuera de aquí. Tienes que despertar... Vivir, ¡joder tienes que vivir cojones! -me temblaba todo el cuerpo, la ira y la impotencia me consumían.

Yo- eres fuere, vas a salir de esta y nos vamos a ir a tomar por culo de aquí, Helena... No te vas a morir ¿me oyes? No te puedes morir... ¿sabes? No te lo dije nunca, pero eres lo más parecido que he tenido a un hogar... La única persona que me ha querido a pesar de todo... Gracias, por todo lo que me has enseñado... por ser mi familia, pero ahora tienes que despertarte. Tienes que demostrar esos cojones que tienes y seguir para delante. -el doctor volvió a la habitación y me pidió que saliera.
Doc- No se preocupe, la llamaremos en cuanto haya novedades.
Yo- ¿Cuales pueden ser las secuelas?
Doc- Si despierta, lo cual es prioridad. Pueden ser pérdida parcial o completa de la memoria a corto y largo plazo... o puede no tener secuelas, todo depende de cómo evolucione.
Yo- Joder... -caminé hacia el taxi mientras el doctor le decía algo a Castillo.
Entré y me senté en la parte trasera.

Llegué a casa agotada mentalmente.
Subí a mi habitación sin mediar palabra, cerré y me tiré en la cama. No me quedaban lágrimas, solo un inmenso dolor en el pecho y un nudo en la garganta.
La ira me recorría por todo el cuerpo. Quería romperlo todo y mandar todo a la mierda.
Me quedé en la cama intentando dormir, no pensaba levantarme.

Me dediqué a dar vueltas, perdida en la cama. Maldigo el puto día en el que Helena se infiltró para hablarle a la demente esa... Joder, si no la hubiera conocido ahora mismo estaría en algún lado huyendo del viejo o buscando el modo de salir de esa mierda...
Es la primera persona que se preocupó por mí en mucho tiempo, me cuidaba y se preocupaba aún sabiendo cómo era yo.
Recordé con nostalgia las palabras que en su momento me escribió Fátima... Que no dejara ir a Helena, que valía la pena. Pero ahora no sabía cómo mantenerla a mi lado.

Que asco le daba todo... solo quería ver a mi gitana, ella sabría exactamente qué decirme...
Traté en vano de dormir. Me pasé la noche mirando al techo y al escorpión. Fue lo único que tuvo Helena de mí mientras estuvo sola en Marruecos y en Madrid. Y ahora era lo único que yo tenía de ella.

Me levanté bastante tarde, no porque hubiera dormido, sino porque no quería ver a nadie.
M- Hola... -dijo Maca desde la cocina. Le hice un gesto con la cabeza y cogí una manzana.
C- He comprado un coche... podéis usarlo cuando queráis... -tras decir eso se fue a su habitación, al parecer él también estaba devastado. En alguna ocasión le había escuchado decir que Helena era como la hija que nunca tuvo.
Trataba en vano de llevar el tema con una indiferencia que era más que obvio que no sentía.

Salí a caminar por los alrededores de la casa, cerraba los ojos y lo único que era capaz de ver era a Helena... Eso es lo que no quería, depender emocionalmente de ella. La hija de puta se había convertido en una puta debilidad para mí.
Quizás a ella le ocurría lo mismo que a mí, vivir sin ella era como vivir sin aire. Nunca creí querer a alguien más que a mí misma...

ARDER EN TU FUEGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora