Ansiada libertad.

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Zulema's POV:

No conseguía pegar ojo, lo que me había dicho Helena en el avión me tenía en un vaivén. Ella decía que de verdad me quería y yo no estaba dispuesta a sufrir por nadie.
No paraba de dar vueltas en la cama, la noche anterior la había pasado mal, no acostumbraba a dormir sola. Simplemente tener a Helena al lado me relajaba.
Esa mañana habíamos jugado como niñas en la nieve, sin preocupaciones, sin Fabios, sin polis...
Simplemente lo pasábamos bien, sin pensar demasiado. Eso es lo que siempre me decía la gitana, que pensaba demasiado.

Decidí no pensar y hacer caso a lo que me hubiera dicho Saray si hubiese estado aquí. Me levanté de la cama, salí lentamente y sin hacer ruido de mi cuarto y de la misma forma entré al suyo. Notó cómo entraba y se levantó un poco, iba únicamente con un tanga negro. Bajó la guardia al ver que era yo la que entraba y volvió a acostarse.
Sin decir nada me acosté a su lado y la abracé por la espalda, metiendo mi cabeza en el hueco de su cuello.
Helena era como una medicina, me dormí casi al instante a su lado.

Me despertó el sol entrando por la ventana, pese a que había sol, fuera hacía un frío cortante, pero dentro y gracias a la calefacción no hacía falta que llevaras nada de ropa de abrigo.
Seguía abrazada a ella. Me jodio mucho como me contestó la otra vez, no porque me llamara asesina, que en realidad no me afectaba. Sino por sentirla tan fría hacia mí, por sentirla tan indiferente e insensible.
Mi reacción no fue la mejor, pero es algo que realmente me hizo pensar si de verdad Helena me quería por lo que era, o por lo que creía que era...

Estaba dispuesta a dejarla, a terminar esa relación que ni si quiera había empezado, pero sus palabras en el avión le dejaron boquiabierta... Lo dijo desde el corazón, me quería a pesar de todo. Y lo peor es que yo también la quería a ella... pero no quería volver a estar jodida.

Acaricie lentamente su pelo y minutos más tarde pude ver cómo se despertó poco a poco.
Fue abriendo los ojos hasta encontrarse con los míos, sonrió tímidamente al verme y miró hacia otro lado.
H- Buenos días.
Yo- Buenos días.
H- ¿Has dormido bien? -asentí y le hice un gesto para que ella también contestara.- También... ¿tienes planes para hoy? -negué con la cabeza.- Tengo que ir a comprar a la ciudad, podrías acompañarme. Aquí no te van a reconocer y de igual modo llevarás la peluca y las gafas.
Yo- Vale. -me acosté boca arriba y miré al techo.
Tocaron en la puerta y hablaron a través de esta.
M- ¡Buenos días por la mañana! Castillo pregunta si vas a ir a comprar, Helena.
H- ¡Sí, voy luego!
M- ¡Vale! -gritó a través de la puerta.
Yo- Ya ya aprendido a tocar a la puerta... -dije mientras reía.
H- Me sorprende que os llevéis bien.
Yo- Es que lo de matarnos no funcionó...
H- Ya lo veo. Voy a desayunar. -asentí y le levanté tras ella.

Se puso una camisa larga y bajamos a desayunar, charlaron entre ellos mientras yo los observaba con una manzana, no me gustaba demasiado participar en sus conversaciones "familiares".
H- Nos cambiamos y nos vamos. -subimos cada una a nuestra habitación y bajamos ya vestidas más decentemente.
M- ¿tú también vas?
Yo- Ajá.
M- Vale pues tened cuidado.
C- Tranquila, no las reconocerán. Pero ponte la peluca y las gafas.
Yo- Tranquilos que la más interesada en que no me pillen soy yo. -salimos y nos subimos al coche.
H- Necesitamos comida, chuches de Halloween y disfraces.
Yo- ¿Disfraces?
H- Para Halloween. Que lo pasemos los cuatro solos no quiere decir que no podamos divertirnos.
Yo- Vale, como quieras. ¿Cuánto se tarda en llegar a la ciudad?
H- Unas dos horas, como al aeropuerto.
Yo- Vale, pues deberíamos de poner gasolina.
H- Tienes razón, en cuanto vea una gasolinera pararé. -condujo unos treinta minutos hasta ver una gasolinera. Metió el coche y puso gasolina. Terminó y me dispuse a bajarme a pagar.
Yo- Voy a pagar.
H- Te acompañó, tengo que ir al baño. -aparcó el coche en el estacionamiento y entramos, ella fué al baño y yo me quedé cogiendo unas chucherias para proceder a pagar.

ARDER EN TU FUEGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora