Intercambio.

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La bajaron y le indicaron cuál era su celda.
No le dieron mayor importancia a si que me relajé un poco y seguí con mi trabajo.

Llegó la media noche. Hicieron que las presas despertaran y formaran de rodillas a lo largo del pasillo del módulo, mientras lanzaban sus cosas fuera de las celdas.
Sandoval entró al módulo.
DS- Hoy debí decirles que contamos con el privilegio de que nos van a ayudar a elegir quién irá a aislamiento. Nos va a ayudar la recién ingresada. ¿La conocen no? No se las han presentado... Hierro tráela.
F- No no... no... por favor... -Hierro comenzó a apretarla, yo me acerqué a él.
Yo- Quita anda. -la ayudé a levantar y caminó hasta Sandoval, temerosa.
H- Deja de meterte -me dijo muy bajito.
Yo- deja de tratar a las presas como si fueran tus puros sacos de mierda. -le dije en un tono bajo y con bastante ira.
DS- Ey tranquila... -le dijo a Fátima- Les presentó a Fátima, su nueva compañera... La hija de Zulema Zahir... -maldije internamente todo lo que pude y las presas comenzaron a murmurar- Vos vas a elegir quien entra a aislamiento... solo tienes que elegir a dos compañeras... venga.
F- ¿Puedo entrar yo?
DS- Por supuesto que no... y no te pongas mal no eres culpable esto no depende de vos. Son las nuevas reglas, nada más. Elegí dos y listo, al azar las que sea pero ya.
F- Esas dos. -señaló a dos presas y Sandoval hizo que se las llevaran.
DS- Y así va a ser cada noche hasta que nuestra querida Zulema se digne a decirme donde carajo estaá Altagracia. Ahora limpien esta mierda. Y se bañan que esto apesta. -tras decir eso salió del módulo junto con los funcionarios. Yo em quedé dentro, era la encargada de revisar que recogieran las cosas.
Ellas entre quejas comenzaron a recoger lo que habían tirado de las celdas y me puse a ayudarlas.
L- ¿Qué haces? -me dijo Luna, una presa transexual, no era conflictiva, ayudaba a las demás. Era de lo mejor que había en esa mierda.
Yo- Ayudar...
F- ¿Por qué? -dijo Fátima aún temblando.
Yo- Porque esta mierda no es justa para nadie. Vamos. -terminamos de recoger el módulo y se fueron a dormir.
A la mañana siguiente fueron a las duchas. Me tocaba hacer guardia ahí. Y ni había dormido nada por estarlas ayudando a recoger.
Zulema se estaba cepillando los dientes cuando Fátima entró temblorosa. Se quitó la ropa y se metió en la ducha. Muy alerta y repleta de miedo.
Era lógico, Sandoval la había jodido.
Rizos la miró y la sonrió, cuando Goya le habló.
Rizos la miró con la misma preocupación que yo.
G- Ven, dúchate al lado mío, ¿quieres? -dijo dándole la esponja.
Fátima dudosa se acercó a ella, bajo la ante tanto mirada de Zulema a través del espejo y la de Rizos.
Fátima cogió la esponja y Goya la estampó contra las duchas. La hizo ponerse de rodillas y abrió las piernas.
G- Venga, cómeme el coño. -Zulema apartó la vista y comenzó a cepillarse los dientes con más fuerza debido a la ira que la carcomía y yo entré rápidamente.
Yo- Déjala. -dije dándole una toalla a Fátima para que se cubriera.
G- Tú vete de aquí que esto no va contigo.
Yo- Bueno no vas a hacer que una presa se coma el coño delante de mí. ¿Estamos? A si que deja a Fátima que suficiente tiene ya o te parto la columna. -dije con ira, cosa que hizo que Zulema y Rizos me miraran al instante.
G- ¿Tú quién te crees?
Yo- Tu superior, la que te puede mandar un mes a aislamiento sin comida ni agua y dejar que te mueras de hambre. ¿Estamos? -Goya cogió una toalla y se alejó cabreada, haciendo que solo quedáramos en el baño Zulema, Rizos, Fátima y yo.
F- Gracias... -dijo con la voz cortada y abrazándome.
Yo- Dúchate ahora que se ha ido, y por tu bien no te acerques a ella -tras decir eso salí del baño bajo la mirada de Rizos y Zulema.

Estaba claro que la iban a reventar... y yo no podría estar siempre ahí en el momento exacto. En el almuerzo fuí con Hierro al comedor. La tensión entre nosotros era cada vez peor. No nos caíamos nada bien.
Mientras Zulema comía sola, como de costumbre. Fátima se le acercó.
Le dijo algo que no conseguí descifrar y vi como Zulema se cubría la cara disimuladamente para que no vieran como se le escapaba una lágrima que yo sí vi.
Z- ¡Qué te vayas! -le gritó. Hierro sacó la porra y goleó una mesa.
H- ¡Silencio!
Yo- Bien he gusta sacar la porra... -le dije bajo. Zulema se acercó a Saray y le dijo algo que no logré escuchar- Zahir a tu celda -la llevé a su celda aprovechando que estas estaban vacías- ¿Estás bien?
Z- Déjame en paz...
Yo- Puedes dejar de hacerte la fuerte conmigo...
Z- ¿Pero tú de qué vas?
Yo- Yo quiero ayudarte, te dejes o no, y no soy gilipollas. Sé que tú hija te duele... igual que sé que no te vas a acercar a ella para no complacer a Sandoval...
Z- Gracias... por lo de esta mañana en las duchas.
Yo- Te dije que no iba a dejar que le pasara nada... -me acerqué a ella, la cual seguía con la ira contenida mirando al suelo, yo la abracé y ella sorprendida correspondió el abrazo- Tranquila... la voy a ayudar. -me separé y tras dedicarle una sonrisa me fuí.

ARDER EN TU FUEGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora