17.

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Desperté en mi cama, al levantar la cabeza noté que me dolía y daba vueltas la tome en mis manos para tratar de calmar el dolor.

-Louis me ayudó a traerte aquí.- Escuché a Danny decir.

-¿Qué? Ah.- El dolor era insoportable.- ¿Hizo muchas preguntas?

-Más de las que alguien común haría, no entiendo, ¿Le gustas o algo? Porque en serio, ese chico puede llegar a molestar demasiado.- No podía contestar todo era demasiado doloroso, me dejé caer en mi cama a dormir de nuevo.

Para cuando desperté estaba sola en mi cuarto, estaba tarde para el desayuno pero igual me cambie para ir a desayunar. 
Me sentía aún algo cansada y no entendía el por qué aunque tampoco el cómo pude dividir las ruedas de fuego tan fácilmente anoche así que decidí no hacerme tantas preguntas.

En cuanto abrí la puerta me encontré a Louis con la mano derecha alzada lista para tocar la puerta. Se miraba muy bien, tenía aún esas ojeras marcadas y lucía algo despeinado, también seguía desprendiendo ese frio que me hacía desconfiar de él.

-Sé lo que haces.- Me dijo. Lo miré horrorizada.

-¿Cómo lo sabes?- Pregunté gritando.

-¡Entonces haces algo!- Me respondió apuntándome con admiración, me había engañado. Lo tomé por los hombros y lo metí a mi cuarto antes de que toda la escuela se diera cuenta.

-¿Qué demonios?- Pregunté al dejarlo sentado en un de las camas- ¡Me has engañado!

-Pero funciono, ¿no?- La sonrisa que me dio solo provocó en mi deseos de golpearlo en la cabeza.- Anoche cuando te dejé en tu cama tenías la camisa quemada de las mangas y del vientre, Danny me dijo que las habían asaltado entre cuatro tipos. No sé tú, pero yo creo que merezco saber la verdad.
-¿Quién te crees, Sherlock?- Él solo sonrío- ¿Y si no te digo nada? ¿Qué harás?- Le di la mirada más dura que pude darle mirándolo hacia abajo haciendo todo lo posible por hacerlo sentir pequeño.

-Le diré todo a Gabriel y sé que me creerá.- Se levantó dejándome a mi abajo invirtiendo roles- Así que tu sabes que elegir.

Estaba en un lío grande, pretendía no contarle a nadie más sobre lo que me sucedía pero aquí me tienen ahora. Le conté todo, bueno, casi todo. Conté sobre mi nueva habilidad pero no como la descubrí.

Nadie me preguntaba eso, el hecho de verme creando fuego por las manos era lo suficientemente sorprendente como para hacer preguntas sobre sus inicios. Al terminar la historia troné mis dedos para mostrar una pequeña flama y dejara de verme como una lunática.

-Increíble.- Fue lo único que dijo sin dejar de ver mis dedos como un idiota.

-Si.- Dije viendo hacia otro lado con pena- Hay mucho de eso en mi historia.- Él solo sonrío procesando su información y posiblemente decidiendo su próximo movimiento.

Danger  -Louis TomlinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora