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La fiesta me divirtió bastante al principio pero todo fue algo diferente cuando mis pies comenzaron a doler como los mil infiernos por los zapatos que me había puesto Danny.
Dolía, dolía horriblemente.
Así que una hora después de baile me senté en la barra solo a esperar, Robert y Stella se turnaban para hacerme compañía pero en un momento terminé haciéndome amiga del chico que atendía la barra.
Y como si fuese un regalo no pedido de cumpleaños terminó siendo una persona agradable y atractiva. Cuando terminó su turno se sentó a mi lado a platicar un rato y hacerme reír.
-Ten, es por tu cumpleaños, va por la casa.- me extendió el vaso antes de sentarse a mi lado para evaluar mis reacciones. Lo miré antes de tomarlo, me estaba sonriendo y sé que no debo tomar bebidas provenientes de extraños pero era mi cumpleaños y el cabello rubio y lindos ojos café de este chico me hacían querer tomarlo.
-Gracias Charlie.- y tomé y no fue tan malo. Incluso el color de la bebida rosa con un poco de anaranjado se veía inofensivo. 
El problema fue dejar de tomar, no es que yo sea una persona muy bebedora, en realidad nunca antes había tomado pero ese trago estaba muy bueno y dulce. Dejé de contar desde el cinco.
Y sabía que eran gratis porque Charlie esperaba acostarse conmigo esta noche.
Y sabía que tenía que controlarme pero era un poco difícil ahora mismo con mi cabeza un poco revoltosa y la vista nublada.
Sorpresivamente comencé a estar muy feliz y a reírme por todo lo que Charlie decía y sabía que los tragos gratis seguían llegando por una razón, estaba un poco ebria pero no estúpida.
-¡Hey mira, se hacer un truco!- Charlie seguía sonriendo y comenzó a sacar algo de un bolsillo de sus pantalones, era un encendedor. Juntó sus manos y dejo entrar un poco de gas dentro de ellas haciendo una pequeña casita, encendió el encendedor y una pequeña llama salió de sus manos. Fue pequeño y gracioso para mí ya que sabía que podía hacerlo mucho mejor que eso.
Reí como estúpida por unos segundos mientras aplaudía por su truco.
-Yo puedo hacerlo mejor.- la sonrisa que me dio me incitaba, quería su atención. Me extendió el encendedor y yo lo rechacé, sabía que era peligroso e iba a hacerme dar muchas explicaciones pero él se veía muy lindo esperando emocionado y solo quería verlo divertirse por todo lo que me había hecho divertirme en mi extraño cumpleaños.- Promete que no enloquecerás.
-Prometido.- alzó su mano como si estuviera jurando al estrado y yo sonreía aún más.
Junté mis manos.

Inhalé y exhalé.

Comencé a abrirlas despacio.

-Cameron.- estaba tan concentrada que no me esperaba el llamado de nadie más, salté en mi silla y un pequeño grito salió de mi boca, este tipo de reacciones se estaban volviendo comunes en mi de un tiempo para acá.
Miré a la persona que me llamaba, era Louis. Por dios, lo extrañaba tanto. Pero era un idiota y yo no tenía la culpa de eso.
-Oh Louis.- reí por mis pensamientos, se veía un poco borroso.- Es mi cumpleaños, ¿Puedes creerlo?- me dio una mirada rara y luego rió por lo alto.
-Cameron, ¿Estas borracha?- mi risa pequeña respondió su pregunta.- Feliz cumpleaños por cierto.- se volvió a mi amigo Charlie con aspecto enojado. - ¿Tu eres?
Dios, denle una espada a este hombre y dejen que lo mate si su mirada no lo hace… creo que estaba comenzando a sentirme mareada.
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Danger  -Louis TomlinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora